El físico Leonard Mlodinow viajó al instituto Caltech para investigar. Allí le asignaron una oficina en el departamento de Física Teórica. Y se sorprendió cuando descubrió a quienes pertenecían a las oficinas de la zona: en un lado estaba Richard Feynman y en el otro Murray Gell-Mann. Para entonces, los dos premios Nobel eran famosos y de gran personalidad. Feynman realizó grandes contribuciones a la electrodinámica cuántica y Gell-Mann propuso el modelo de clasificación de quarks. Además, ambos realizaron conjuntamente grandes avances en el marco de la débil interacción. Mlodinow estaba asustado.
En este libro autobiográfico, Mlodinow cuenta aquella época. Describe sobre todo su particular relación con Feynman. Se trata de los últimos años de Feynman, un hombre con diagnóstico de cáncer que se prepara para la muerte. Pero eso no quiere decir que Feynman esté decaído. Al revés. Su fuerza y vitalidad era famosa y en los últimos años continuó igual. Y quizás por ello, los encuentros que el autor mantuvo con él tuvieron un gran interés. Mlodinow los describe muy bien en este libro. Todo el libro está bien escrito.
El autor también tuvo relación con Gell-Mann. Y a medida que avanza el capítulo se ve cómo evolucionó esa relación, al principio Mlodinow no le gustaba Gell-Mann, pero luego empieza a apreciarse gracias en parte a Feynman. La relación entre ambos genios era conocida en Caltech. No paraban de meterse en líos, de discutir apasionadamente y a la vez admirarse.
En la época del relato, Mlodinow buscaba un tema para investigar y buscaba consejo. Mantuvo numerosas conversaciones con Feynman (cuando le dejaba el secretario de la sección Helen, que le apoyaba mucho de las visitas no programadas a Feynman). Y en aquellos coloquios, también se filmaron sobre la física, sobre la belleza y sobre las razones de querer investigar, entre otros muchos temas.
Mlodinow cuenta además su historia de una manera muy atractiva. En algún momento, por ejemplo, el médico le encuentra unos bultos en los testículos y le amenaza el cáncer. Y eso cambia su relación con Feynman o así lo siente el autor.
En definitiva, el libro no trata de física, sino de físicos. Es sobre todo un homenaje a Richard Feynman, por eso el libro lleva por título Feynman's Rainbow.