El Sahara es un gran desierto. En todos los sentidos es enorme: es el desierto más grande del mundo, el más caliente, el más seco... Para adentrarse en él hay que ser muy valiente. Lo mejor es ir en caravana. Y es que para adentrarse en el territorio de la sed, así se denominan a las zonas alejadas de pozos y oasis, mejor en grupo.
La caravana ha sido la forma más frecuente y segura de transporte en el desierto. Sé cuántos esclavos, oro y temas de lujo han atravesado la caravana del Sahara. Siempre ha sido la base del comercio. Y el comercio es muy antiguo en el desierto.
Primeras caravanas grandes VIII. Los historiadores creen que fueron hacia el siglo XX. Pero no está claro cuándo se abrieron las vías comerciales en el Sahara, ya que las huellas son escasas. Por ejemplo, algunos de los elementos decorativos encontrados en las ciudades subsaharianas han sido elaborados con cobre procedente de las minas marroquíes. En función de la datación, estos adornos van a C. Corresponden al año 400. Y también son escritos de aquella época. El herodoto romano, por ejemplo, realizó una expedición en el desierto con la ayuda de los bereberes y describió, entre otras cosas, el comercio entre varios grupos humanos.
La tradición comercial es muy importante en el Sahara y en todo su entorno. Dicen que antiguamente llegaban a formar caravanas de doce mil camellos. Y por cierto, el propio camello llegó al Sahara gracias al comercio. De hecho, no es de origen, sino de Arabia. A. C. VI. Fue introducida en Egipto en el siglo XX, pero en la C. III. Hasta el siglo XX no se extendió a todo el Sahara. Pero esas grandes caravanas de camellos son viejos. El comercio ha sufrido un declive y, en la actualidad, las caravanas son más pequeñas y escasas. Y poco a poco la caravana de camellos ha sido sustituida por el camión cargamento.
En cualquier caso, los medios utilizados por los nómadas del desierto tanto para el comercio como para el desplazamiento son los mismos que se han utilizado en los últimos miles de años. Las vías de mayor tráfico se denominan autopistas del desierto. Estos caminos atraviesan el desierto de un lado a otro, de un oasis o pozo a otro. En estos lugares, el comerciante, el viajero o el nómada tienen la oportunidad de tomar agua y descansar.
Área recreativa y vial Oasia de arena. El paisaje que viene a la mente cuando se imagina una caravana es un territorio interminable cubierto de arena. Pero en la realidad el paisaje es más rico. Existen estructuras geomorfológicas muy diferentes en el Sahara: líneas montañosas como Atlas, Tibesti y Ahaggar, cuencas fluviales secas, lagos de poca profundidad, llanuras rocosas reg, dunas de arena erg, mesetas... Y es que nombres como erg, reg y hammada tienen su origen en el Sahara.
Los erg y reg son las estructuras más conocidas del desierto. Se originan por la acción del viento y el agua y proceden de los llamados hammadas, mesetas rocosas en torno al puerto desnuda por la erosión. Cuando hay lluvia intensa (típicas del desierto), el agua se extiende por la llanura recorriendo las rendijas. La inundación arrastra piedras y barro hacia los territorios más bajos, dando lugar al regs, una zona casi plana de piedra.
A medida que el rega se erosiona, sobre todo debido al viento, se desprende arena. Esta arena es fácilmente transportada por el viento y acumulada en depresiones cerradas. La actividad milenaria ha ido acumulando arena formando amplias zonas de dunas arenosas, erg. El mayor erg del Sahara es el desierto de Libia --subido a la cima de una duna, parece que este mar de arena no tiene su fin -.
Pues el desierto de Libia es el lugar más cálido del mundo. La temperatura más alta de la historia se ha medido en el erg de Libia, concretamente en Azizija: 58ºC en las sombras. En general, la temperatura media diaria en el Sahara supera los 30ºC. Por la noche, sin embargo, la temperatura baja mucho, sobre todo en invierno. Nada más esconder el sol la tierra empieza a perder calor, y como no hay nubes en el cielo para retener ese calor, también hay temperaturas bajo cero. Esta incidencia térmica no es de broma. La incidencia ha sido de treinta y ocho grados en pocas horas (-0,5 ºC por la noche y 37,5 ºC por el día).
Sin embargo, el clima no es homogéneo en todo el desierto del Sahara, y se suelen diferenciar dos zonas climáticas. Así, en el sur se dice que el clima es tropical seco y en el norte, subtropical seco. Esta diferenciación se debe principalmente a la temperatura y a las lluvias. El norte es muy seco. En el Sur, sin embargo, llueve más a menudo: El Sahel es un territorio de transición entre el desierto y la sabana.
A diferencia de Sabana, en el Sahara no hay una época de lluvias limpias y en general llueve poco. Debido a su ubicación y orografía, las nubes de lluvia son escasas. Desde el sur de África, por la llamada convergencia intercontinental, llega un poco al sur del Sahara. El Sahara Septentrional presenta un mayor inconveniente: Los Atlas sirven de barrera a las nubes procedentes del océano. Así, es muy difícil que lleguen las nubes al centro del desierto. Por eso es el territorio más seco. Pueden transcurrir años sin gotear y la media anual oscila entre 0 y 25 mm.
A pesar de las escasas lluvias, se cree que en casi todo el fondo del desierto hay agua. Esta agua llega a la superficie en determinadas zonas y gracias a ella, por ejemplo, hay oasis. Sin embargo, en la zona media del Sahara son abundantes los extensos territorios sin agua, denominados tanezfouft, que son los territorios de la sed.
El Sahara es, sin duda, un territorio seco. Pero no siempre ha sido así. Este clima sólo tiene cinco mil años. En la última época de hielo, por ejemplo, gran parte del Sahara era una ventresca sabana, la mayoría de las que hoy son hammadas. Los grupos humanos dejaron testimonio de esta riqueza. En los petroglifos de Tassili n'Ajjer de Argelia se pueden ver imágenes de cocodrilos, de grandes conjuntos de jirafas y de otros animales que viven habitualmente en ríos y sabanas.
El actual Sahara está lejos de la prosperidad representada por aquellos hombres y mujeres prehistóricos. La tierra es árida, con muy poca materia orgánica y escasez de lluvias. Por ello, hay poca gente que vive. Al margen de la cuenca del Nilo, vive aproximadamente 0,4 personas por kilómetro cuadrado. La gente no vive dispersa por todo el desierto. Se acumula en lugares donde hay agua, sobre todo en los alrededores de los ríos y oasis.
Dicen que el ser humano ha tenido algo que ver con la escasez de agua y que la tierra no es productiva, no sólo por la incidencia del clima. Ha explotado demasiado los acuíferos, el regadío de los siglos ha salado las tierras y el ganado ha comido plantas. Esto ha supuesto la expansión del desierto. Muchos creen que el Sahara ha llegado al sur de España. ¿Llegará a Euskal Herria?