Para responder a estas primeras preguntas, más de 3.000 excrementos recogidos en una colonia en la que anteriormente se encontraron indicios de pescado pasaron bajo mi lupa con el objetivo de encontrar escamas y otolitos (Figura 1). Los otolitos son estructuras sólidas de carbonato cálcico en el sistema de equilibrio que caracterizan a la especie. Entre esos miles de excrementos identificé 97 otolitos y, analizando sus características morfológicas, concluyó que todos los peces ingeridos por los murciélagos pertenecían a la exótica especie de peces Gambusia holbrooki. Las ganbusias son pequeños peces que flotan en superficie en zonas de agua dulce y agridulce, y que proliferaron en todo el sur de Europa durante el siglo XX. A principios del siglo XX, desde que los trajeron para combatir la malaria. Por el contrario, encontré a las escamas de pescado a lo largo de todo el año y concluyó que la importancia del comportamiento pesquero en esta colonia es mayor de lo esperado.
El siguiente paso fue conocer dónde pescaban los peces, con dos objetivos principales: conocer los factores que posibilitan la actividad pesquera y cómo se desarrolla la actividad pesquera. Para encontrar pesquerías, hice un seguimiento por radiotelemetría a los animales que comieron peces. Para ello, pillé 15 murciélagos muy largos al entrar a la cueva por la mañana. Tras analizar sus excrementos con una lupa en el lugar, marché con emisora de radio a los murciélagos que más restos de peces dejaron (Figura 1). En las noches siguientes me di cuenta de que los animales que seguían compartían un terreno de caza: un gran y profundo pozo artificial de un campo de golf (Figura 2). Para asegurarse de que los murciélagos estaban pescando allí, puse en marcha los equipos de grabación. Se trata de la primera vez que el murciélago dactilar se graba en estado natural pescando.
El objetivo de la segunda parte de la tesis doctoral fue conocer cómo se desarrolla la actividad pesquera. ¿Cómo es posible que un murciélago de diez gramos de peso pesque? ¿Qué técnica utiliza para capturar peces y en qué se diferencia de la técnica de captura de insectos? ¿Qué tipo de quinada utiliza para detectar peces? Para responder a todas estas preguntas hice cuatro experimentos.
De la caza de insectos a la pesca
Para conocer en qué consistían las técnicas de pesca y caza de insectos, dedicé dos tipos de caza a los murciélagos dactilares en su pesquería natural: insectos y peces. Después, paciencia. Tras cincuenta y dos noches de trabajo tuve la oportunidad de grabar 135 intentos de caza y pesca (figura 3).
Estas grabaciones demostraron que los insectos posados en la superficie del agua son capturados por los dedos largos de los murciélagos mediante un breve arrastre con los pies o con el uropatago (membrana entre los pies). En el caso de la pesca, sin embargo, las patas se introducen mucho más y el arrastre es más largo. Las diferencias no sólo se aprecian en el avión, sino que el patrón de barrido también es diferente (Figura 4). Para entender el mecanismo, situémonos por un momento en un frontón, en un partido de pelota por parejas. Imagínate que el pelotari es murciélago, la pelota, el pulso sonoro y el frontis, la presa. Cuando el zaguero está peleando en el cuadro 8, lejos del frontis, la pelota tarda varios segundos en ir al frontis y llegar al otro pelotari. Sin embargo, cuando el delantero está viviendo en el cuadro 2, la pelota llega más rápido al rival después del frontis y el juego es mucho más rápido. Lo mismo ocurre con el barrido de murciélagos. A medida que se acerca al botín, el tiempo desde que emite el pulso de barrido hasta que recibe su eco disminuye y, para evitar que se superpongan los pulsos, es necesario acelerar el mecanismo de barrido. Los murciélagos pueden cambiar de 10 a 120 pulsos por segundo al final de una captura. Esta aceleración de pulsos que se produce al final de la fase de captura se denomina buzz y, en el caso de estos pescadores murciélagos, se divide en dos partes de características diferentes: Buzza 1 y buzza 2 (figura 5). En el caso de la primera buzza, los pulsos tienen mayor ancho de banda y mayor frecuencia, mientras que en el caso de la buzza 2 el ancho de banda es menor y la frecuencia es menor. Por ello, la información que recibe el murciélago de cada tipo de pulso es diferente.
Esta tesis doctoral ha demostrado por primera vez que los murciélagos tienen la capacidad de modular las dos partes de su buzza, alargando una parte en función del interés y reduciendo la otra. Al atrapar los insectos, la importancia de dos buzz es similar, pero al atrapar los peces se reduce mucho la 2ª buzza y en algunos casos desaparece. Este fenómeno tiene su explicación. Los pulsos de baja frecuencia tienen menor direccionalidad, lo que permite a los murciélagos asimilar información de un ámbito más amplio (Figura 6). Por ello, los murciélagos utilizan la 2ª buzza para conocer las maniobras de escape de los insectos a última hora, ya que los pulsos de mayor direccionalidad no darían información sobre el destino del insecto. A la hora de capturar peces, sin embargo, al encontrarse el pescado bajo el agua, el murciélago no espera una maniobra de escape de última hora y reduce la 2ª buzza a favor de la 1ª buzza más informativa.
Quinada
El empleo de una u otra técnica para la captura de insectos y peces indica que los murciélagos son capaces de separar las dos piezas de caza, y el siguiente paso fue comprender cómo se produce esta separación: conocer cuál es la forma de identificar a la presa como pescado.
El primer paso para conocer la quinada exacta fue conocer el tipo de estímulo al que responden los murciélagos. Para ello, estudié el comportamiento de los murciélagos ante tres opciones. En una quinada, creé ondas de agua sin ninguna presa visible. Otro día me puse un pez parado sumergido en el agua, con el labio alto fuera del agua. El último inciso fue un pez que ascendía y descendía, que, además de aparecer y desaparecer, producía ondas de agua. Me di cuenta de que los murciélagos sólo respondieron a los estímulos que mostraban su presa, sin hacer caso a las ondas.
Con esta información, comencé a analizar las diferencias entre el pez inactivo y el que desapareció, con el objetivo de saber si identificaban a los peces desde la morfología o el movimiento de desaparición. Me di cuenta de que la respuesta correcta era la segunda opción, ya que vi que la respuesta a los dos tipos de quinadas era similar a la respuesta a insectos y peces, es decir, cuando un pez está parado, lo atacan como si fuera un insecto, realizando extracciones cortas de la piel y utilizando buzz 1 y 2 similares. Cuando el pescado desaparece, sin embargo, se hacen arrastres más profundos y largos, dejando la buzza en pulsos de tipo 1, al igual que en la captura de peces.
Modulación de la técnica de caza
La técnica utilizada por los murciélagos para la captura de peces es más costosa que la utilizada para la captura de insectos, ya que la fricción en la introducción de las piernas bajo el agua produce una gran pérdida de energía cinética. Su utilización como técnica de caza permanente para la captura de peces no resulta, por tanto, provechosa si no se trata de una especie de captura masiva. Y para saber cómo reaccionan los murciélagos al desaparecer la presa, preparé un último experimento. Sumergí al pescado en diferentes momentos de la actividad cinegética de los murciélagos y estudié la modificación de los patrones de vuelo y barrido de los murciélagos.
La respuesta de los murciélagos no fue de tipo sí/no, sino gradual. Es decir, el cambio del momento de desaparición del pescado y del patrón de caza estaban relacionados entre sí (figura 7). Los murciélagos ajustan la intensidad del arrastre a la incertidumbre de la posición de la presa y lo adaptan para recoger el tipo de información que les interesa el patrón de barrido. Este comportamiento regulatorio puede ser, por tanto, un elemento importante que rentabilice la pesca.
El grado de delicadeza de los sentidos aflorados en esta tesis y de la aviación sugiere que la pesca es un factor importante que puede influir tanto en la historia evolutiva del murciélago dactilar como en la supervivencia actual de la especie.
Viven en la oscuridad, les tratamos con desconfianza y a menudo nos dan asco. Sin embargo, todavía tenemos mucho que aprender, admirar y disfrutar de ellos. Procura volar a oscuras atrapando un pez bajo el agua. ¡Que no te pillen!
Mi agradecimiento a Ignacio y a Joxerra por hacer posible que este trabajo salga adelante, y a todo el equipo por estar ahí cuando lo he necesitado, especialmente a Antton. Por último, queremos agradecer a todas las personas y entidades que durante estos cuatro años habéis participado en esta tesis, ¡que han sido muchas! Este estudio ha sido financiado por el Gobierno Vasco (BFI-2009-252), la UPV/EHU (INF09/15) y el Ministerio (CGL2009-12393).