Tras nueve años y medio de recorrido y cerca de 5 mil millones de kilómetros, el pasado 14 de julio, New Horizons, la sonda de la NASA, más cercana a Plutón. “Siguiendo los pasos de misiones planetarias como Mariner, Pioneer, Voyager, etc., New Horizons ha triunfado en Plutón”, señaló al día siguiente Alan Stern, jefe de la misión, cuando confirmó que todo había ido bien.
“Me parece alucinante”, afirma el astrónomo Jesús Arregi y miembro del Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV. “Cuando partió en 2006 y pasó cerca de un año junto a Júpiter y estuvimos atentos. Luego se te olvida, pero cuando llega, y a la vista de lo visto, te das cuenta de lo que es un viaje de casi diez años, a una velocidad tan alta, comunicándote a una distancia así, y después de diez años, que todos los equipos funcionen bien, y que Plutón, que está tan lejos, y lo que menos conocíamos, se vea casi de cerca. A mí me parece sorprendente y admirable”.
Los astrónomos empezaron a sorprender a medida que se acercaron a New Horizons Plutón. Las primeras imágenes mostraron que la superficie del planeta enano era compleja: unas partes eran claras y otras oscuras. Por ejemplo, existía una región cardíaca y luminosa gigantesca y una zona ballenera muy oscura (al corazón le han llamado Región de Tombaugh y a la ballena la Región de Cthulhu). “Se ha visto que tiene una superficie bastante confusa –explica Arregi–, tiene partes muy antiguas en las que hay cráteres muy viejos y otras superficies son muy jóvenes”.
También hay montes de 3.500 metros. Creen que puede estar formado por hielo de agua. Y es que, aunque en la superficie de Plutón hay mucho hielo de metano y nitrógeno, éstos no son tan fuertes como para formar montañas. El hielo de agua a la temperatura de Plutón es como una piedra. Se estima que los montes no superan los cien millones de años. “Es una de las superficies más jóvenes que hemos visto jamás en el Sistema Solar”, señalaba Jeff Moore, miembro del Grupo de Geología, Geofísica e Imagen de la misión New Horizons.
La presencia de estas características en la superficie de Plutón supone una actuación geológica. “Para ello el interior tiene que ser bastante caluroso —dice Arregi— y no sabemos cuál es esa fuente de calor. Al ser un cuerpo pequeño no puede ser influenciado por la gravedad. Quizá la fuente sea la radiactividad, no está limpia”. Sin embargo, al ser un cuerpo tan pequeño, es curioso. “Es menor que la Luna y en ella no hay ninguna actividad geológica ni ninguna otra. En Plutón hay algo. Es sorprendente”.
Y parece que la mayor luna de Plutón, Karon, también tiene actividad geológica. Los investigadores se han quedado sorprendidos porque hay muy pocos cráteres y los que hay parecen muy jóvenes. Y hay un par de cañones gigantes, el mayor es más largo y profundo que el Gran Cañón de Arizona. “Son cuestiones sorprendentes, ya que son cuerpos pequeños y están compuestos mayoritariamente por elementos ligeros. Pero, quizás, también teníamos prejuicios. Imaginábamos algo congelado, todo frío, todo lento y sin grandes cambios. Pero la naturaleza a menudo nos sorprende”.
En cuanto a la composición, no ha habido muchas sorpresas. “De momento no se ha visto ningún asunto especial, se ha encontrado lo que se esperaba. Pero es destacable la atmósfera, porque es mayor de lo que se pensaba”, ha afirmado Arregi.
En las horas que estuvo cerca de Plutón, New Horizons recibió mucha información. Y todo esto tardará unos 16 meses en llegar a la Tierra. “Después vendrá la fase de estudio, que también se alargará unos años”, explica Arregi. “Sin embargo, si hay algo sorprendente o curioso, pronto lo sabremos”.
“Desde el punto de vista tecnológico, la importancia de la misión es enorme”, afirma Arregi. Pero también ha subrayado la importancia de “todo aquello que contribuya a conocer nuestro sistema solar. Y conocer también aquello relacionado con la metafísica, nuestro origen. Ver estas cosas da una visión general que puede incluso cambiar la mentalidad humana. Creo que abrir nuevos caminos siempre hace que la mentalidad de la sociedad sea más abierta”. Por otro lado, “ser tan exitoso, llegar bien hasta allí, y enviar imágenes como ésta, etc. Esto seguramente dará fuerza a este campo de la ciencia. Y eso también es importante”.
De cara al futuro, los objetivos están aún por concretar, pero la intención es analizar algún otro cuerpo del cinturón de Kuiper. “Eso también va a ser muy interesante –dice Arregi–, porque eso también va a cambiar la imagen actual de estos cuerpos”.