Está claro: si uno no cocina, otro comerá lo que haya preparado. Aunque lo que dice la frase es evidente, quizá no sea tan evidente todo lo que ello supone. De hecho, según los investigadores canadienses Jaffe y Gertier, en los últimos tiempos se ha perdido la costumbre y el saber hacer en la cocina, una pérdida que no se ha producido necesariamente: forma parte de una estrategia impulsada por la industria alimentaria.
De hecho, estos investigadores han analizado las causas y consecuencias de la McDonrevista y han concluido que los consumidores no hemos desarrollado sin más la tendencia a elegir alimentos rápidos, precocinados, baratos y fáciles. Es que la industria alimentaria, en colaboración con los agentes implicados, ha realizado una campaña de desinformación para modificar los criterios y gustos de los consumidores, haciéndonos dependientes de los productos que producen.
Esto supone, en cierta medida, que uno no sea dueño. Así, una parte cada vez mayor de la sociedad devora los productos producidos sin tener en cuenta nada más que el máximo beneficio económico para la industria. Sin preguntarse a sí mismo (o sí, pero no demasiado) cómo han conseguido vender tan barato este plato que no da más trabajo que salir y comer.
Por eso, entre otras cosas, cree el sociólogo de la UPV, Mauleón, que saber en la cocina es clave para una dieta sana y sostenible con el medio ambiente. Además, en las páginas centrales de la revista se recogen otras claves que contribuyen a este mismo objetivo en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.
El lema que ha preparado la Organización de las Naciones Unidas para este día es: Piensa. Alimenta. Ahorra. A pesar de tres palabras sencillas, forman una chaqueta con muchos puntas de hilo, el reportaje se ha completado tirando de algunas de ellas.