Farmazian doktorea. Biofarmazia, Farmakozinetika eta Farmazia-teknologiako irakasle kolaboratzailea
Farmazia Fakultatea UPV-EHU, Vitoria-Gasteiz
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Farmazia Fakultatea UPV-EHU, Vitoria-Gasteiz
Proviene de la palabra "nutra" nutrition y "zeutiko" pharmaceutical. Así, aunque no todos los expertos coinciden en una definición única, podemos definir una nutracéutica como la sustancia de origen natural que, formando parte del alimento o del alimento, ofrece beneficios médicos por su actividad biológica. Es decir, podríamos entenderlo como una sustancia que se encuentra en el límite del medicamento y del alimento.
El mercado de los nutacéuticos ha crecido considerablemente en los últimos años. Por un lado, porque se pueden conseguir fácilmente sin receta médica; por otro, porque el origen natural de estos productos y la ausencia de posibles efectos adversos son más atractivos para los consumidores que la naturaleza química de los medicamentos; y por último, porque se utilizan como alternativa cuando no se ha conseguido mejorar el estado de salud con medicamentos estándar.
El primer paso para empezar a creer en las capacidades curativas de los nutracéuticos fue la publicación de ensayos clínicos en humanos en prestigiosas revistas científicas. Stephen de Felice es un doctor en medicina pionero fundador del término nutacéutico que consiguió publicar por primera vez en la revista New England Journal of Medicine un ensayo clínico con nutacéuticos.
Además, las organizaciones de nutracéutica médica han trabajado mucho para que la mayoría de los nutracéuticos que se comercializan tengan garantizada la calidad. Todos ellos son requisitos: ser purificados por métodos no desnaturalizantes; superar estrictos análisis de estabilidad y análisis químicos y toxicológicos; pasar pruebas repetitivas de bioactividad en animales y seres humanos; y, al igual que los medicamentos, los procesos de validación y desarrollo siguen los criterios científicos de la FDA (Food and Drug Administration) --a diferencia de Europa, los criterios establecidos por los Estados Unidos como pares de medicamentos nutracéuticos.
Todos los indicios apuntan, por tanto, a que los nutracéuticos están haciendo hueco cada día en la terapéutica y parece que la diferencia con los medicamentos es cada vez menor. Sin embargo, son muchas las razones que nos llevan a confiar más en los medicamentos.
El principal problema de los nutracéuticos está en la legislación. En Europa los medicamentos y los alimentos de uso nutricional especial (PARNUTS) tienen legislación específica, mientras que los nutracéuticos sólo deben cumplir la normativa general de alimentos. Por tanto, los controles legales a los que deben someterse los nutracéuticos no son tan estrictos como los de los medicamentos, a pesar de que las organizaciones de nutracéutica médica están trabajando seriamente contra ello.
Por tanto, ¿cómo demostrar que todos los productos que se comercializan como nutracéuticos cumplen los criterios de calidad? Por ejemplo, al no ser legalmente necesario, sería posible que no contengan más, menos o ninguna sustancia bioactiva de la indicada en la etiqueta del producto; o que el efecto biológico que predica no estuviera científicamente demostrado.
Además, no podemos olvidar que los nutacéuticos, en general, son producidos por industrias alimentarias, que suelen tener menos recursos que las farmacias: tienen un presupuesto de investigación mucho menor, tienen menos experiencia en pruebas de seguridad y eficiencia, utilizan menos tecnología patentada, etc. Sin embargo, el interés de la industria farmacéutica también es elevado, y a principios de este siglo han aumentado considerablemente las fusiones estratégicas entre las industrias alimentarias y farmacéuticas. Por ejemplo, en el año 2000, el gigante farmacéutico suizo Novartis compró las licencias mundiales de dos nutracéuticos desarrollados por GalanGen y Forbes Medi-Tech. GalanGeni adquirió a nivel mundial los derechos de los componentes inmunológicos naturales (Proventa) obtenidos de la leche materna (oriz) de los primeros días, y la patente de los esteroles Forbes Medi-Techi, compuestos derivados de las plantas que reducen el colesterol.
Otro inconveniente a tener en cuenta es que algunos fabricantes utilizan el carácter natural de los nutacéuticos como sellos de seguridad sin ninguna prueba. En la mayoría de los casos, el efecto biológico sólo se demuestra en animales y no se realizan ensayos clínicos en humanos. Por lo tanto, no se puede asegurar que el efecto terapéutico sea real ni, quizás más importante, que no tenga efectos adversos. Además, con los nutracéuticos no se realizan pruebas de interacción con los medicamentos, por lo que si se toman junto con los medicamentos pueden producirse efectos adversos desconocidos o no deseados.
Está claro, por tanto, que el uso de nutracéuticos tiene sus riesgos. Pueden ser beneficiosos para la salud y, según algunos expertos, el desarrollo biotecnológico puede contribuir en un futuro próximo a muchos de los fármacos obtenidos mediante síntesis química. Sin embargo, la investigación de los efectos biológicos y los efectos adversos de los nutracéuticos sigue siendo diferente a la de los medicamentos. Por ello, en caso de tomar nutracéuticos es importante obtener información fiable sobre ellos y consensuarla con el médico.