Nos ha muerto Thomas S. Kuhn

Aquel joven graduado que hace décadas pasó de la física teórica a la filosofía de la ciencia ha muerto. Sin embargo, este dolor no podrá ocultar los excitantes temas que enseñó en las Universidades de Harvard, Berkeley y Princeton. Y mucho menos sus libros sobre ciencia y naturaleza en su estilo directo. Todas las personas que estudiamos y nos ocupamos de las ciencias contemporáneas, de las acciones impuestas a la naturaleza y de las formas de pensar, estamos en deuda con Kuhn.

La obra más importante de Kuhn es la llamada 'Estructura de las revoluciones científicas', traducida por Elhuyar hace años en un buen euskera. En esta obra Kuhn describe la génesis, evolución, cambio y muerte de las teorías científicas. Hasta la llegada del maestro Kuhn, pensábamos que la evolución de la ciencia era un camino continuo hacia la veracidad. Cualquier teoría científica conservaba para siempre una parte de la veracidad del cosmos y, desde ese punto de vista, la ciencia empezó a sustituir el comportamiento que antes cumplía la religión. Kuhn, por primera vez en los expertos, nos dijo que esa visión absoluta no era la adecuada.

Alfonso Mtz. Lizarduikoa

En opinión de Kuhn, la práctica científica diaria (denominada ciencia convencional) se desarrolla dentro de un paradigma. El paradigma es la concepción general básica que los científicos tienen del mundo en una época histórica. Estos paradigmas no se pueden negar, de lo que nos quedaríamos fuera de la ciencia (convertirse en un herexe desde el punto de vista científico). Sin embargo, con el paso del tiempo también se produce una evolución dentro de la ciencia convencional, lo que provoca nuevos problemas.

La ciencia convencional no puede resolver estos problemas y entonces surge la crisis del paradigma. Esta crisis requiere una revolución científica. La revolución científica cambiará de paradigma y los elementos que antes se consideraban metafísicos serán ahora aceptados dentro de la nueva ciencia ortodoxa (la nueva ciencia convencional). Por lo tanto, si consideramos que el nuevo paradigma es cierto, lo que antes existía habrá que considerarlo falso (aunque durante muchos años ha sido útil).

El proceso de implantación de un paradigma (negando el viejo) se lleva a cabo a través de las organizaciones científicas y de la lucha, sobre las que subyacen las 'razones científicas', que en muchas ocasiones no van a tener mucho contacto con la estructura de la lógica. En opinión de Kuhn, las luchas por imponer teorías, a menudo, se asemejan más a las que existen para lograr poder político que a la consecución de la racionalidad.

Estas rupturas (revoluciones) en torno a la ciencia nos sugieren que la ciencia continua (acumulativa) no es una ciencia continua y, aunque parezca dura, la ciencia no se acerca al punto en el que estaba situada, ni siquiera a la veracidad abstracta. La ciencia será, en definitiva, un sistema de racionalización de la existencia, más cercano a la sociología que a la lógica.

Hoy en día, en un planeta en crisis social, en el que la ciencia se encuentra en un frente eficaz, esta relectura colectiva e institucional de la ciencia es realmente estimulante, sobre todo para quienes creemos que hay caminos más adecuados que la lógica de racionalizar las relaciones entre individuos, sociedad y naturaleza. Gracias T. S. Kuhn, por todo ello.

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