La misión LADEE comenzó en septiembre de 2103 y duró 184 días. Durante este tiempo se recogieron los datos de la atmósfera a través de un recipiente que orbitaba la Luna a distintas alturas (a 220-260 km de la superficie y a 20-100 km).
Esto ha permitido no sólo estudiar la composición, densidad y distribución de la nube de polvo, sino también aclarar el origen de las partículas. Según los astrónomos, estas nubes se deben a cometas que pasan a gran velocidad cerca de la Luna. De hecho, el polvo de las nubes se produce cuando las partículas liberadas de los cometas golpean la superficie de la Luna. Prueba de ello es el aumento de la densidad de la nube durante la época de lluvias meteorológicas, especialmente cuando se acondicionan las Géminidas.
Ante esta situación, los astrónomos han anunciado que todos los cuerpos planetarios sin atmósfera pueden tener nubes similares. Junto a ello, han descartado que la nube que ahora han estudiado en la Luna tenga que ver con lo que han visto los astronautas de las misiones Apollo 15 y 17. Al parecer, los astronautas indicaron que vieron un brillo en la nube de la Luna, pero su descripción no coincide con la que se desprende de los datos de la misión LADEE. Por lo tanto, sigue sin resolverse el misterio de la brillante nube observada en las misiones Apollo.