A pesar de que los titulares de algunos medios de comunicación han apuntado lo contrario, el virus H5N1 debería llevar a cabo más de una mutación causando una pandemia en humanos. Así lo han explicado el catedrático de microbiología Ignacio López-Goñi y la viróloga Elisa Pérez Ramírez en la publicación "the Conversation". En el artículo firmado por ambos, se han dado explicaciones detalladas sobre la situación, las características del virus y cómo debería cambiar para que los seres humanos pudieran infectarse, penetrar en sus células y replicarse. Han dejado claro, para todo ello, que una sola mutación no es suficiente.
Según han explicado, el malentendido proviene de otro artículo publicado en la revista Science en diciembre de 2024. En un estudio in vitro realizado en el laboratorio, los investigadores pudieron constatar que una determinada mutación de una proteína, la hemaglutinina, del virus H5N1, proporciona al virus una facilidad para conectarse a los receptores humanos.
Esto, en cierto modo, sugería que si el virus mutara como en el laboratorio, el ser humano tendría más facilidad para infectarse. Por el momento, sin embargo, el virus no tiene demasiadas facilidades para conectarse a los receptores humanos. De hecho, las aves son los primeros receptores de la variante H5N1 más extendida en la actualidad. Además de la facilidad de conexión a los receptores de aves, se introduce y replica en sus células causándoles graves patologías. Así, en todo el mundo, millones de aves han muerto a causa del virus. Pero, además de infectar a las aves, también ha infectado a los mamíferos. Según especifican López-Goñi y Pérez, se ha detectado la presencia de más de 350 especies de aves y 50 de mamíferos, es decir, ha provocado una panzootia.
Entre los mamíferos, los cultivos de vaca tienen una especial responsabilidad, ya que el virus se ha extendido mucho en los cultivos de Estados Unidos y la mayoría de las infecciones diagnosticadas en las personas de ese país han sido a través de las vacas. En el artículo, los autores señalan que se han registrado un total de 64 casos, y los que no han sido por vacas, salvo en un caso en el que no se ha podido identificar su procedencia, han sido a través de aves domésticas. De hecho, la mayoría de los casos que se han dado en el resto del mundo lo han sido a través de aves domésticas.
En las personas infectadas en Estados Unidos, el síntoma más frecuente ha sido la conjuntivitis, que ha afectado a casi todos los pacientes. Casi la mitad de los casos han tenido fiebre, y algo más de un tercio, síntomas respiratorios. Recientemente se ha confirmado la primera muerte en Estados Unidos, en Lousiana, y en Canadá también ha habido otro paciente que ha estado muy grave. En ningún caso se ha demostrado que el virus se haya contagiado de la persona a la persona.
Teniendo todo esto en cuenta, los autores creen que si se propagan en humanos, el virus tardará más en encontrar la combinación adecuada entre las mutaciones. No basta con sujetar bien a las células humanas, debe ser capaz de interiorizarse y reproducirse y superar el sistema inmunitario. Según han adelantado, es muy probable que una parte de la población padezca algún tipo de inmunidad a la neuranimidasa del tipo 1, ya que, por ejemplo, tiene contacto con la gripe H1N1, o las vacunas de temporada pueden dar algún tipo de protección.
En cualquier caso, el título que se mencionó al principio (una sola mutación es suficiente para que la gripe aviar dé lugar a una pandemia en seres humanos) ha sido negado. Pero no han ocultado su preocupación, sobre todo, si una especie vulnerable (cerdo, vaca, visón) se infecta al mismo tiempo con la gripe humana y la del ave: esta situación facilitaría la reorganización de los genomas de los virus y la formación de un híbrido capaz de contagiar a los seres humanos. Para evitarlo, y con el fin de implementar medidas preventivas eficaces, López-Goñi y Pérez han apostado por la estrategia Salud Única.