Presos en redes sociales

Leturia Azkarate, Igor

Informatikaria eta ikertzailea

Elhuyar Hizkuntza eta Teknologia

Si algo ha triunfado en la web en los últimos dos o tres años, han sido las redes sociales. Facebook, Twitter, LinkedIn, Tuenti... han crecido sin cesar, y en la actualidad somos cientos de millones de internautas. Sin embargo, aunque estos servicios se basan en la web, no cumplen los principios básicos de la creación de la web (apertura, descentralización…), según ha advertido recientemente Tim Berners-Lee, fundador de la web. Afortunadamente, están surgiendo nuevos modelos de redes sociales que se siguen estos principios, como StatusNet o la Diáspora.
Presos en redes sociales
01/02/2011 | Leturia Azkarate, Igor | Informático e investigador
(Foto: © iStockphoto.com/Andrew Johnson)

Hace cinco o seis años, con la llegada de la Web 2.0, pasamos de ser meros consumidores de Internet a ser creadores en muchas personas, blogs, wiki, etc. Pero hace dos o tres años se ha producido una nueva revolución: la de las redes sociales; Facebook, Twitter, Tuenti, etc. En estos tampoco somos destinatarios pasivos; nosotros también creamos e interactuamos, pero de una manera más informal y en un círculo más cerrado, con el objetivo de ocio. Por eso es normal que haya habido mucha más gente que haya entrado en ellas. En Facebook, por ejemplo, más de 500 millones de usuarios están repartiendo fotos, actividades y hallazgos en la red con sus amigos.

Sin embargo, las redes sociales, sobre todo Facebook, han tenido tanto éxito como crítica desde su nacimiento. La principal crítica es si garantizan una verdadera privacidad en cuanto a su contenido (incluso en las condiciones de uso de Facebook hay cláusulas controvertidas que dicen que la propiedad del contenido que sube pasa a manos de la empresa). Otra crítica es que por el tiempo que se da en las redes sociales, cada vez hay menos gente y contenidos jugosos en los blogs, etc.

Redes sociales actuales, cerradas y centralizadas

Además de estos problemas, el inventor de la web, Sir Tim Berners-Lee, advirtió de otros, posiblemente peores, en un artículo publicado en la revista Scientific American. En él recuerda los principios de la creación de la web (universalidad, descentralización, estándares abiertos, neutralidad de la red...) y resalta el retroceso que hemos hecho últimamente en estos aspectos. Además, advierte sobre el perjuicio que las redes sociales actuales hacen a los principios básicos de la web. En concreto, si en una hipotética web del futuro la mayor parte de la actividad se centrara en una única red social, asegura que no se cumplirían los principios de universalidad y descentralización.

En lugar de universales, las redes son totalmente cerradas: puedes interactuar con los amigos que están en esa red, pero no con los que están en otras redes. De este modo, la gente se inscribe en la red que más amigos tiene y al final todo el mundo se concentra en unas pocas redes y todo queda totalmente centralizado. Además, se produce el monopolio u oligopolio de una o varias empresas, lo que sólo supone un daño.

Las razones contra el cierre no son sólo éticas o filosóficas, sino también prácticas. En la actualidad es frecuente la distribución de entrevistas, por ejemplo. Es muy habitual que aparezcan artículos en un blog, revista u otro tipo, y que se les permita dejar respuestas y crear una conversación, pero luego la gente comparte este artículo con sus amigos de su red social, en Facebook, en Twitter o en otro, donde la gente también deja respuestas. Al final, el diálogo que puede enriquecerse mucho con las aportaciones de un montón de personas queda disperso en diferentes lugares.

Además, todo el contenido que vamos creando en una red social (comentarios, fotos, enlaces...) queda preso en ella. Tienen contenido allí y en un momento dado no podemos exportar todo a un formato estándar y llevarlo a otra red. ¿Aceptaríamos algo así a un proveedor de servicio de correo electrónico o a un servicio de albergue de blogs?

Nuevo modelo de redes sociales

Para disponer de redes sociales abiertas y descentralizadas sería necesario un estándar que permita compartir amigos, comentarios, fotos, etc. Después cualquiera puede desarrollar un software que se ajusta a este estándar para crear el servidor de su red social, y probablemente también se crearían software libre. Entonces, cualquiera puede instalar este software en su servidor y aparecerán los proveedores de servicios que lo utilizan. Y nosotros, con nuestro servidor o con un proveedor, podríamos compartir cosas con amigos que están en cualquier otro. Eso es lo que hace el correo electrónico y lo que proponía Google Wave. No tendría sentido que por correo electrónico solo se pueda comunicar con los que tienen un mismo proveedor (de Gmail entre ellos, de Euskaltel sólo con Euskaltel...). ¿Por qué se acepta entonces en las redes sociales?

Afortunadamente, han empezado a gestarse iniciativas de este tipo. En Twitter, existe desde 2008 un software libre StatusNet que cualquier persona puede instalar para ofrecer un servicio similar. Este software lo utiliza el proveedor de servicios Identi.ca y utiliza el stand abierto OStatus para compartir el estado entre diferentes servidores. Y en 2010 se creó el software libre Diaspora para ofrecer un servicio similar a Facebook, que puede ser instalado por cualquier persona. Los creadores del proyecto lo ofrecen como proveedor de servicios, a través del cual diferentes servidores intercambian información. Por tanto, StatusNet y Diaspora funcionan en un modelo abierto y descentralizado. Además, las fotos que se comparten y otras se almacenan en nuestro servidor y la propiedad sigue siendo nuestra. Por otra parte, con estos protocolos abiertos se puede evitar la dispersión de las conversaciones si todos las utilizan.

Hay que ver si estas nuevas redes sociales son capaces de atraer a la gente y si en el futuro predominan este tipo de redes. Para ello es un gran obstáculo que la mayor parte de la población esté en redes cerradas. Y es que lo lógico es que la gente se inscriba en las redes sociales con más amigos (Facebook, Twitter...), pero no que entre en estas noticias en las que hay muy poca gente... Este tipo de obstáculos no sería posible si las principales redes sociales implementaran estándares abiertos de la Diáspora y de SespacioNet y los usuarios de unas y de otras pudieran comunicarse entre sí. Pero no lo harán. Prefieren un modelo cerrado para mantener la superioridad...

Existen, por tanto, alternativas y en nuestras manos está el panorama más abierto, descentralizado y no monopolizado de las redes sociales del futuro. Hay que ver si conseguimos ese objetivo o si elegimos seguir viviendo en nuestras bellezas de oro.

Leturia Azkarate, Igor
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