Cuando empecé a estudiar en la Universidad, empecé a trabajar en temas científicos porque me gustaban. Sin embargo, en mi época estudiantil no hacía una reflexión real sobre los conceptos que estaba interiorizando, bastaba con aprender y memorizar los temas que había prometido.
Sin embargo, tras la entrega del proyecto fin de carrera, a principios de 1971 me llegó el momento de tomar la decisión de dirigir mi vida. El dilema fue empezar a trabajar en una empresa energética o empezar a trabajar en la enseñanza. Es evidente cuál fue el camino elegido. Y viendo las carencias de mi formación, pasé el año estudiando por mi cuenta física y haciendo reflexiones sobre lo aprendido. Así empecé a “sorprender, perturbar y sorprender” con algunos temas científicos y… “enamorarme” de la física. Nunca se me ha apagado la sensación que se me ha sentido entonces, porque cada vez estoy más sorprendida.
¿Qué es lo que más me sorprendió en aquel principio? En particular, algunas de las contribuciones de Einstein en 1905, como la consideración de la velocidad de la luz como constante universal frente a la convicción general (c), la simple y elegante relación entre masa y energía (E = mc2), la explicación tan clara del efecto fotoeléctrico, utilizando para ello la fórmula corta de la energía del fotón (E = hv). La naturaleza es realmente maravillosa y se puede entender cómo actúa a través de la física. ¿No es extraño que conceptos tan profundos puedan explicarse de una manera tan compacta, hermosa y fluida con palabras?
Aunque me gustaría llevar a cabo una revolución en algunos ámbitos sociales, hoy por hoy no parece que vaya a ocurrir. Sin embargo, todas las revoluciones se producen de forma inesperada y me encantaría acoger un mundo más justo e igualitario. Mientras tanto, participar en los movimientos populares locales es para mí un camino para poner en marcha pequeñas revoluciones.
¿Una revolución en la física? En mi opinión, en el ámbito de la física, todavía se ha producido el XX. Estamos llenando los huecos de las teorías de principios del siglo, en concreto de la teoría general de la relatividad y de la mecánica cuántica: partículas e interacciones básicas, nanotecnología, agujeros negros, cosmología… En los últimos años se están dando descubrimientos sorprendentes, pero no creo que se pueda utilizar el término revolución, porque las teorías mencionadas son desarrollos de las mismas.
En el siglo de la pandemia, tal vez por este camino se hagan descubrimientos aún más sorprendentes. Por mencionar una, me gustaría ser testigo de la detección de un gravitón que recogiera las bases de la micromunda y la macromunda, formando así un modelo estándar de partículas elementales. Sería como encontrar el cromo que necesita para un niño para completar su colección.