El día siguiente al fallecimiento de su tía, Jon recibió las cartas que estaban en su buzón. En una de las cartas, una joven le contaba emocionalmente cómo eligió una imagen de cera. Era un trabajo de la escuela y tenían que elegir un personaje. Tras investigar a científicos en Internet, se convirtió en su héroe.
Jon se emocionó con aquella carta. Su tía era muy cercana y sabía que su vida era asombrosa para cualquier persona. Gertrude Belle Elion luchó duro para ser científico y trabajó duro para conseguir su objetivo principal: curar a la gente.
Nació en Nueva York en 1918 y desde pequeña tuvo una gran pasión por saber. A los quince años, cuando su abuelo murió enfermo de cáncer, vio claro que sería un científico. “Quería hacer algo para curar esa terrible enfermedad”, escribiría. Tras estudiar química en la universidad pública y graduarse a los 19 años, no tuvo oportunidad de cursar estudios superiores porque sus padres no tenían dinero. Quiso empezar a trabajar en algún laboratorio como químico, pero en plena crisis económica había muy pocas oportunidades y menos para las mujeres. “Nadie me tomaba en serio. Me decían que las mujeres no hacían química. Yo, sin embargo, no veía razón alguna para que las mujeres no pudieran hacer ese trabajo”.
Finalmente consiguió un trabajo en un laboratorio, al principio sin cobrar y luego con un sueldo muy pequeño. También ejerció como profesor, y cuando consiguió ahorrar algo de dinero, se trasladó a la Universidad de Nueva York para realizar un máster en química. Allí era la única mujer.
Cuando terminó el máster, en 1941, muchos hombres habían ido a la Segunda Guerra Mundial, lo que implicaba la necesidad de químicos en la industria. Así, comenzó a trabajar en la industria alimentaria, midiendo la acidez de los encurtidos, el color de la mahonesa, etc.
Tres años después, tuvo la oportunidad de entrar en la compañía farmacéutica Burroughs Wellcom para colaborar con el doctor George Hitchings. Hitchings quedó fascinado por la inteligencia y la energía de Elion, y a pesar de que empezó como ayudante, pronto se convirtió en un investigador puntero.
A Elion le impresionó desde el principio. Le daba la oportunidad de seguir aprendiendo constantemente y, además, su objetivo era el que siempre quiso hacer: desarrollar nuevos medicamentos.
Para ello, Hitchings trabajaba en una vía innovadora, investigando el metabolismo de los ácidos nucleicos. En arte. poco sabían de los ácidos nucleicos. Acababan de sospechar que los genes podían estar en el ADN y faltaban casi diez años para aclarar la estructura del ADN. Sin embargo, estaba claro que los ácidos nucleicos eran esenciales para las células y Hitchings pensaba que entorpecer su síntesis podría ser una vía para combatir las células cancerosas y las bacterias. Para ello pretendía crear componentes falsos del ADN. Estos componentes debían ser similares a los reales para que las células sustituyeran a los reales, pero al mismo tiempo evitarían la generación de ADN. De este modo, las células cancerosas y bacterias que se reproducen mucho más rápido que las células humanas sanas no podrían avanzar.
Elion tuvo que adivinar cómo crear estos compuestos. Y acertar. Además, se dieron cuenta de que, además de ser una vía para la fabricación de nuevos medicamentos, eran un gran instrumento de investigación, ya que el estudio de la influencia de estos compuestos permitía extraer muchas conclusiones sobre la actividad celular.
A principios de la década de 1950 se crea el 6-MP o mercaptopurina. Fue el primer compuesto efectivo contra el cáncer. Servía para el tratamiento de la leucemia infantil y actualmente sigue siendo utilizada junto con otros compuestos.
Mientras trabajaba, Elion también comenzó a hacer el doctorado, pero dos años más tarde, desde la universidad le presionaron para elegir trabajo o doctorado. Elion tenía claro que no iba a dejar ese trabajo.
La mercaptopurina fue seguida de más medicamentos: acatioprina, primer inmunodepresor para trasplantes de órganos, pirimetamina, antimmalaria, aciklobir, anti-virus herpes, etc.
Tras su jubilación oficial en 1983 siguió apoyando a su equipo. Así se desarrolló la primera antiretroviral, zidovudina o TR para tratar el sida. A pesar de que Elion negó tener méritos en ello, uno de los investigadores lo dejó claro: “Trudy tiene mucho que ver con AZTI, aunque estaba oficialmente jubilado, trabajaba y asesoraba con nosotros”.
En 1998 recibió el Premio Nobel de Medicina junto a Hitchings y James Black. Era la décima mujer en conseguir el Premio Nobel y una de las pocas que conseguía sin ser doctora. Pero, como decía el propio Elion, no fue éste el galardón más prestigioso: “Nuestro objetivo era curar a la gente y no hay ningún premio que dé más satisfacción y satisfacción”.
Recibió otros once premios y reconocimientos, así como 25 doctorados honoríficos. Cuando se retiró, se acercó a la educación. Trabajó como mentor de los estudiantes de medicina, con la misma pasión con la que comenzó. Y cuando visitaba las universidades, siempre pedía estar con los alumnos. Le encantaba compartir su experiencia con las nuevas generaciones de investigadores. “No dejéis que a nadie se le estropeen vuestros sueños, que solía decirles, y trabajad duro para conseguir lo que queréis, porque nada de lo que se merece en esta vida viene con facilidad”.
Jon conocía bien a su tía y sabía que le iba a responder a aquella joven que le escribió la carta. El propio Jon le respondió y le envió un libro suyo, como su tía le hubiera gustado. Posteriormente, la madre de la niña le envió una foto: la joven vestida con una bata blanca de laboratorio, un matraz en la mano y una imitación de la medalla de los premios Nobel en el cuello.
AVERY, M.E. (2000): “Gertrude B. Elía 1918–1999. A Biographical Memoir by Mary Ellen Avery”. National Academy of Science
ELION, S.A. (1988): “Gertrude B. Elio. Biographical”. The Nobel Prize
COENIG, R. (2006): “The Legacy of Great Science: The Work of Nobel Laureate Gertrude Elion Lives On”. The Oncologist
George Hitchings and Gertrude Elion”. Science History Institute