El cociente intelectual está ligado a una determinada forma de entender qué es la inteligencia. De hecho, se considera que la inteligencia es una característica estable y monolítica que puede tener varios componentes, pero es única. Así, a partir de este concepto y del número que supuestamente representa ese concepto, "se creó una escala de una sola línea para la inteligencia". Así lo denuncia el paleontólogo y escritor Stephen Jay Gould en su libro “The mismo easure of man”.
Escala del cociente intelectual XX. Según Gould, "uno de los mayores usos incorrectos de la ciencia" del siglo XX. De hecho, la persona que creó esas escalas, el psicólogo francés Alfred Binet, creó los primeros tests con otro fin. En 1904 el Ministerio de Educación francés encargó el desarrollo de una serie de técnicas para identificar a los niños que fracasan en las aulas habituales.
Así, Binet decidió unir un montón de pequeñas obligaciones -vinculadas a problemas de la vida diaria. Según explica Gould, Binet quiso destacar tres notas para evitar un mal uso de la herramienta que acababa de desarrollar. Por un lado, señaló que se trata de una herramienta práctica que no debería ser considerada como una inteligencia. Por otro lado, destacó que se trata de una guía orientativa para identificar a niños con dificultades de aprendizaje y no de una herramienta para graduar niños normales. Y por último, señaló que se debería incidir en la formación específica de los niños identificados.
Sin embargo, Gould dice que "saltaron todas las anotaciones y dieron la vuelta a todas sus intenciones" cuando los test llegaron a Estados Unidos. De hecho, "la escala de Binet se convirtió en la herramienta escrita habitual para el estudio de todos los niños".
Según la profesora Izaskun Etxebarria de la Escuela de Magisterio de la UPV, "hoy en día está muy criticado el test, el concepto de número". Para empezar, ¿qué es la inteligencia? "La inteligencia no es conocimiento, no es sabiduría congénita; la inteligencia es la capacidad, y cómo se utilizan los conocimientos, cómo se codifica la información, cómo se procesa la información, etc. Los tests para medir el cociente intelectual, sin embargo, se centran en las preguntas relacionadas con el conocimiento y en el estudio de algunas habilidades útiles en el ámbito académico, dejando a un lado la creatividad o las capacidades para resolver problemas".
De hecho, una de las cosas que más se critica en los tests es su carácter académico. I Aki Martínez, Orientador del Colegio Público Virgen Blanca de Huarte y Profesor de Psicología de la UPNA, ha puesto un ejemplo de su vida en relación a: "Recuerdo que un niño que hizo el test conmigo vivía en el monte, en un grupo hippy. Una de las preguntas de los test es: ¿Para qué sirven los buzones? En su pueblo no había buzón, por lo que a los siete años no sabía qué eran los buzones. Lo podía ver en la tele, pero tampoco tenía televisión".
"Además --dice Martinez-- estos test tienen otra limitación: la herramienta no está en euskera. Y por lo tanto pasan la misma prueba a los niños, tanto de Elizondo como de Tudela. Y no es lo mismo, no tienen la misma facilidad".
Sin embargo, Martínez no es tan crítico como Etxebarria con tests de inteligencia: "Nosotros en la escuela tenemos que tomar decisiones constantemente y la Administración nos pide un número. Por lo tanto, yo creo que hay que pasar las pruebas con rigor, pero interpretarlas con flexibilidad. Por ejemplo, la semana pasada pasé el test a un niño y el resultado fue que estaba al límite de la poca inteligencia. Cuando hablé con mis padres me dijeron que están en proceso de separación y que viven un ambiente muy violento. En esta situación, en el test sacó un resultado peor que el que el niño obtendría por sí mismo. Por lo tanto, el número obtenido en esa prueba no me sirve para nada, dejamos pasar el tiempo y lo volvemos a hacer".
Para Martínez, en condiciones estandarizadas, los tests son útiles: "Yo sacaría un resultado si hiciera el test y seguramente alguien más rápido que yo obtendría mejor resultado. Al menos mide algo."
Sin embargo, ambos expertos consideran que los tests del cociente intelectual no miden una inteligencia única y monolítica. Es más, no entienden así el concepto de inteligencia. Son partidarios de otro paradigma que actualmente está en vigor ligado al concepto de inteligencia, es decir, de que hay más de un tipo de inteligencia. "Yo creo que esas pruebas miden sobre todo inteligencia lingüística y lógico-matemática", dice Etxebarria.
Etxebarria es dos de los ocho tipos de inteligencia definidos por el psicólogo Howard Gardner. Y es que Gardner es uno de los referentes que dicen que hay más de una inteligencia. Su teoría se llama teoría de las inteligencias múltiples. En 1983 Gardner lo dio a conocer en el libro Frames of Mind. Dice que la propia inteligencia es la capacidad de resolver problemas o de crear productos útiles en más de una cultura.
La teoría de las mentes múltiples demuestra que la inteligencia académica no es suficiente en la vida. Etxebarria dice: "La realidad demuestra que los jóvenes que han estado muy bien a nivel académico después, al incorporarse al mundo laboral, no han tenido éxito, o más aún, no son felices; o tienen una vida personal penosa. Y por el contrario, algunas personas con resultados académicos medios o malos han seguido siendo profesionales de primera, felices y con grandes aportaciones a la sociedad. Por lo tanto, no podemos pensar que ser un cociente intelectual de 140 nos asegure una vida exitosa, ni a nivel profesional, ni personal ni social".