En el contexto artístico necesitamos crear un nuevo soporte con características diferentes que nos den un nuevo parámetro en función de la situación. En la creación artística, las características físicas del papel son un aspecto importante. De hecho, son idóneas para diversas obras de arte y hacen representativos de los adjetivos gruesos, delgados, transparentes, opacos, débiles... El papel se puede construir, romper, coser, plegar, tejer, taladrar, grabar o manipular de diversas formas. La fibra de papel se puede construir en capas, con marcas de agua, utilizar como pintura, verter en moldes, tallar, etc. Las fibras pueden dejarse en su color natural o teñirse o refinarse en función de los intereses de cada uno de ellos, a la vez que se le añaden otros materiales distintos a las fibras (Allen, 2005). El papel es válido para la ilustración, impresión, pintura, collage, fotografía o escultura, y puede ser utilizado en grandes tamaños en múltiples formatos, instalaciones, montajes, etc. (Figura 1). Pocos materiales tienen tantas posibilidades de generación.
En el contexto de la imaginería y el trabajo gráfico, esta investigación nace de la necesidad de la investigación práctica y analítica, así como de responder a dos preguntas: ¿podemos desarrollar, trabajar y producir nuevos soportes de fibra sin comercializar? ¿Cuáles serían sus condiciones y valor añadido?
Con estas preguntas en la cabeza, hemos seleccionado algunas plantas autóctonas y alóctonas de Euskal Herria que por sus características son de interés para nuestros objetivos. La selección se ha realizado en base a cinco aspectos:
1. Elaboración de conocimiento, valoración y prospección de especies vegetales aptas para su uso como fibras de papel.
2. Estudio y adecuación de las fases tecnológicas necesarias para la correcta extracción y utilización de la fibra.
3. Evaluación y aplicación de procesos productivos para el valor cualitativo del papel.
4º Seleccionar el ensayo y propiedades adecuadas para realizar con rigor la valoración de los resultados y el control de calidad.
5. Demostrar la capacidad de manejarse como soporte para utilizarlo como elemento artístico, como estructura interna de imágenes gráficas u otros procedimientos. Asimismo, valorar las posibilidades expresivas que ofrece el conocimiento del tratamiento tecnológico utilizado para la manipulación de fibras y la generación de papel.
A pesar de que inicialmente nos basamos en la observación general de plantas vasculares de diferentes comunidades (bosques, sotobosque, prados, tierras degradadas, acantilados, humedales, etc.), posteriormente modificamos esta decisión tomando en consideración la prospección geográfica de especies próximas. En la mayoría de los casos tenían antecedentes o tenían similitudes en la fabricación de fibras textiles o papel. La comunidad vegetal con mayor diversidad de especies ha sido la de hierbas relacionadas con el agua, plantadas en humedales, sotobosque, riberas marinas o jardines exóticos. En el primer grupo destacan las gramíneas, junto con los ciperáceos y los ihias, de las que los papeles obtenidos han mostrado una gran diversidad. De las 31 especies correspondientes a 17 familias (figura 2), el procedimiento de distribución y la obtención de fibras fueron objeto de muestreo exhaustivo.
En general, en el trabajo de campo, en el muestreo y determinación de las plantas a utilizar se tuvieron en cuenta los siguientes factores:
1. Conocimiento taxonómico y de compuestos potencialmente tóxicos o nocivos para la salud, así como de problemas de gestión derivados de su consumo como licores.
2. Abundancia, regularidad y facilidad de regeneración de la hierba seleccionada.
3. Tipo de sistema productivo descrito en la literatura para la obtención de fibra.
4º Antecedentes de utilización como fibra de papel o textil.
5. Valoración de otros usos relacionados con la planta.
6º Proximidad taxonómica a las especies descritas, utilizadas como fibras de papel.
7. Abundancia de esclerenos rentables en procesos y consumos.
8º. Posibilidad de utilizar diferentes partes de la planta.
9. Facilidad para extraer la fibra de la planta.
10. Disponer de un lugar adecuado para facilitar la obtención de la planta.
11. Aportar nuevos resultados en este ámbito de investigación.
Las fibras constituyen el esqueleto o estructura de una hoja de papel (Figuras 3-5), por lo que deben tener unas características específicas para el uso o aplicación que se pretende conseguir. Aunque teóricamente cualquier planta puede convertirse en papel, en la práctica esta hipótesis es menos viable (Hunter, 1947), ya que debemos tener en cuenta las características morfológicas o histológicas de las plantas. Por un lado, no todas las plantas tienen la misma cantidad de fibras o la misma calidad de fabricación de papel, y por otro lado, hay que tener en cuenta el biotopo de crecimiento, la época de recolección de la planta y la abundancia y disponibilidad de la especie presente en la naturaleza.
Otros aspectos a tener en cuenta en la fabricación del papel son la relativa homogeneidad en la dirección o disposición de las fibras, su abundancia cuantitativa o cualitativa y la resistencia y prosperidad de los puentes entre las fibras. Además, es importante saber que, si bien los factores que influyen en los puentes entre las fibras dependen de sus características físicas y químicas (principalmente hemicelulosa y lignina) y de su ubicación en la planta (Atchison & McGovern, 1987), los procesos posteriores (blanqueo, refinado, prensado en la humedad, calandrado o adición de aditivos, entre otros) (1998).
Los papeles hechos a mano en este contexto técnico-artístico deben cumplir una serie de requisitos: ser homogéneos, ser liso o dúctil, a veces opaco y a veces transparente, tener una dimensión estable, ser uniforme para absorber la tinta, así como ser resistente a las tensiones y mantenerse en el tiempo. Además, la variedad de matices, el control de la textura y los diferentes acabados con cada fibra nos motivan. En definitiva, el control macroscópico y microscópico de las especies a ensayar nos motiva. (Figuras 6-13). Estas características sólo serán posibles mediante un análisis exhaustivo y la elaboración manual de papel a través de un proceso técnico protocolizado (López-Quintana & Legarreta, 2008).
Para garantizar buenos resultados en la selección de especies vegetales, se establecieron como materia prima las características básicas necesarias para el correcto desarrollo del producto. Entre ellas destacan:
A. Estudio o observación morfológica en papel de los elementos anatómicos de las plantas.
B. Comparación del análisis biométrico de las secuencias de los tres sistemas de refino utilizados: desintegrador, molino de bolas y pila holandesa.
C. Ensayos físicos. Hemos cuantificado gramaje, espesor, densidad, suavidad, dureza y porosidad, pruebas de desgarro, blancura, opacidad y color, inestabilidad dimensional, capilaridad o grado de filtración.
D. Ensayos mecánicos que han analizado la idoneidad de nuevos papeles para los procesos a realizar.
De los resultados obtenidos se ha determinado el comportamiento de los ocho productos y las variables que inciden en la mejora de su calidad. Las plantas seleccionadas son: Cladium mariscus, Cortaderia selloana, Iris pseudacorus, Lygeum spartum, Phragmites australis, Spartium junceum, Typha domingensis y Zea mays (Figs. 14-15).
La variabilidad de la longitud de las fibras de las distintas especies, así como de las de los distintos órganos de una misma planta, ha permitido la creación de numerosos productos de papel, como es el caso de Zea mays. En el apartado de prospección hemos destacado la capacidad de Cladium mariscus, una nueva especie que no ha sido estudiada anteriormente en este campo de investigación.