Xenotransplante

El xenotransplante es el órgano de un animal de una especie a un animal de otra especie. El xenotransplante en medicina es la aplicación del órgano de un animal a una persona.

¿Por qué la necesidad de xenotransplante?

En los últimos años se ha producido un incremento en el número de donantes de órganos de personas fallecidas en sociedades solidarias y altruistas. Estos esfuerzos han supuesto una mayor cobertura en el tratamiento de las insuficiencias renal, hepática, cardiaca, etc. Además, la medicina de trasplantes está obteniendo resultados muy satisfactorios a medio y largo plazo.

Pero todo esto no es suficiente para eliminar la lista de espera de pacientes que necesitan un órgano para seguir viviendo. Algunas patologías, como la insuficiencia renal, pueden recurrir a los órganos artificiales durante la espera del trasplante, pero otras, como el fallo hepático o cardiaco, no cuentan con ayuda de la máquina para esperar al trasplante. Algunos seguirán viviendo en esta espera y otros morirán.

¿Tenemos órganos suficientes de personas fallecidas para todos los pacientes que necesitan órganos?

Desgraciadamente no. Y por la falta de órganos suficientes para todos los pacientes, los candidatos a trasplantes deben ser seleccionados teniendo muy en cuenta criterios médicos. Los profesionales deben elegir a los pacientes más adecuados, es decir, a ver y dar a conocer al organismo que mejor funcione el órgano. ¿Y todos los demás pacientes? Algunos no tendrán nunca órgano de trasplante y otros morirán en esa espera. Por otro lado, en algunos países la donación de órganos se está disparando y cada día son menos quienes dicen no hacerlo.

Si bien en los últimos años el número de personas que han donado los órganos de la persona fallecida en sociedades solidarias y altruistas ha aumentado, no es suficiente.

Ante esta situación, hace unos años se retomó la investigación del xenotransplante para que algún día todos los que lo necesitan tengan el órgano que necesitan. La idea de utilizar los órganos de los animales para trasplantes se remonta a hace casi un siglo, superando numerosos obstáculos.

Para el xenotransplante se han utilizado cabras, ovejas, monos, babuinos, chimpancés y cerdos. Es el animal más cercano al ser humano en la escala filogenética.

Como donante de órganos para trasplante, ¿por qué más investigación sobre el cerdo que sobre el chimpancé?

El cerdo en filogenia está un poco por debajo del chimpancé, pero muchos investigadores han sustituido los primates por el cerdo, por razones muy fáciles de entender. En cuanto a los parámetros relevantes para el trasplante, existe una gran similitud entre el cerdo y el hombre, entre otros aspectos, la fisiología y el funcionamiento del riñón, corazón y pulmones.

El cerdo es muy abundante y crece con facilidad en cautiverio, los primates son escasos, se reproducen mal en cautiverio y tardan más de 6 años en madurar. El cerdo llega rápidamente a la madurez sexual, tiene numerosas crías y alcanza durante unos meses la madurez y el tamaño de los órganos del ser humano. Estas características son importantes a la hora de adquirir los órganos.

Otro aspecto muy importante sobre las ventajas del cerdo respecto al primate es el relativo a la contaminación de enfermedades infecciosas. En los porcinos no se ha descrito ninguna enfermedad contagiosa, mientras que los primates han infectado varios virus en el hombre. Hay más posibilidades de tener cerdos que no contengan patógenos específicos para su uso como donantes de xenotransplante y además es mucho más fácil que el primate para el manejo del cerdo en el laboratorio.

¿Dónde están hoy las barreras para llevar a cabo el xenotransplante?

La cirugía para la implantación de un órgano en el ser humano no presenta ninguna dificultad técnica y puede realizarse sin grandes obstáculos. Los problemas pendientes son éticos y otros biológicos, como los aspectos inmunológicos del rechazo.

En general, los aspectos éticos del xenotransplante tienen una gran desconfianza en la sociedad, si bien los resultados de las encuestas a pacientes en espera de trasplante son muy diferentes y la mayoría no tienen ningún problema ético para ser portadores de un órgano animal, para los que lo más importante es que el órgano funcione correctamente. Entre los médicos, un comité médico pidió recientemente a la Universidad de Pittsburgh (EEUU) que abandonara el programa de trasplantes para implantar los órganos de los babuinos en el ser humano a la vista de los fracasos, diciendo que el xenotransplante aún no llegó.

En cuanto a los parámetros relevantes para el trasplante, existe una gran similitud entre el cerdo y el hombre, entre otros aspectos, la fisiología y el funcionamiento del riñón, corazón y pulmones.

A la vista de esta sensibilidad social, es necesario establecer un código ético de xenotransplante que tenga en cuenta las siguientes características: trasplantar los órganos de la persona fallecida y comparar la ética del xenotransplante, los derechos de los animales, la transferencia y manipulación genética, la ética nacional, cultural, religiosa, científica y, por qué no, la financiación del xenoinjerto. Pero estas normativas no deben ser más estrictas que otras normas de comportamiento humano para no limitar los avances científicos. Yo creo que la ciencia va por delante de la conciencia humana y, en este caso concreto, esperamos una gran bondad de la ciencia, donde la deontología de los profesionales y las normativas legales observarán el mal uso de estos grandes avances de la ciencia en las personas enfermas.

Otro obstáculo aún sin resolver es el relativo a los aspectos biológicos, absolutamente dependiente de la investigación genética y de la ingeniería molecular. El primer problema a resolver es el rechazo hiperagudo, es decir, la destrucción total del órgano trasplantado en el receptor. Si todo organismo tiene sustancias espía ante la introducción de productos extraños y no se conoce esta materia, los monitores se ponen en marcha inmediatamente para destruirla. El primer paso a dar es por tanto conocer el órgano extraño, evitando el rechazo hiperagudo. Esto se ha conseguido casi por completo y ya hay algunas cría de cerdos transgénicos. El linaje de los cerdos transgénicos se está haciendo cada vez más forzado para ser utilizado como donante de órganos, al menos como donante de corazón.

Estas maniobras de ingeniería genética eliminan las sustancias que provocan el rechazo hiperagudo. Los órganos se utilizarán cuando todo sea correcto y se evitará el rechazo crónico con las drogas actuales y futuras en contra del rechazo. Y a medida que el conocimiento avanza, y va rápido, podremos superar órganos a medida y el problema del rechazo agudo y crónico. Así, el xenotransplante se remonta al XXI. A principios del siglo XX será una terapia normal y todos los que lo necesiten tendrán su órgano. En la actualidad estamos pidiendo a la sociedad que facilite gratuitamente a todos los pacientes que necesitan trasplante sus órganos, ya que de lo contrario ha hecho lo propio de su vida.

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