Cantera UEU

Mujika, Alfontso

Elhuyar Fundazioa

José Ramón Etxebarria

Creo que los que queremos vivir en euskara en el futuro País Vasco somos parte y co-fundadora de un proyecto muy amplio: es decir, somos parte de un proyecto de país o nación. Y si me permitiera la analogía, tomaré la imagen del proyecto de las antiguas catedrales, para así traer a la reflexión una alegoría que se ha tomado con frecuencia antes que yo.

Como sabemos, las catedrales realizadas hace siglos son de piedra y gracias a ello siguen en pie. ¡Qué menos podemos hacer en nuestro pueblo de piedra que basarnos en la piedra para sentar las bases para el futuro! Si queremos mantenerse firme y de pie. Por eso no considero fuera de lugar partir de la imagen de la catedral, porque aunque nuestro proyecto no sea sagrado, la belleza de la intención merece el esfuerzo de toda la vida.

Periódico

Seguramente habrás oído en más de una ocasión aquella famosa anécdota de tres canteros de la cantera. Los tres trabajaban la piedra, cada uno de ellos, los tres iguales, con formas de paralepípedo sencillas, es decir, piedras rectangulares, pero entre las posturas de los canteros había una diferencia, como se puede ver claramente al responder a los que se fueron preguntando. Precisamente al preguntarse en qué iban, el primero respondió aproximadamente de la siguiente manera: “estoy ganando el pan de cada día”. El segundo dijo “estoy trabajando la piedra para una pared” o algo así, ya que siendo un cantero muy fino dominaba bien la técnica. El tercero, sin embargo, sorprendió con su respuesta: “estoy construyendo la catedral”.

Sé que puede haber muchas más actitudes y que estas pueden ser consideradas como tópicas, pero aprovecharé para expresar la actitud de los canteros locales –perdón, partícipes– en una historia menos corta de la UEU, porque el lector sabe de antemano lo que es la UEU. No obstante, para que no haya dudas, recordaré que me refiero a la Universidad Vasca de Verano, una universidad extraoficial que nace y vive hace veinticinco años sólo en euskera; aunque nació en Baiona, de donde pasa a Pamplona y que en la actualidad su actividad se extiende a todos los territorios vascos, por encima de todas las zarzas, o fronteras administrativo-estatales, y por debajo de todo el esfuerzo de las nubes, o de los cielos. Me refiero a la única universidad que acepta plenamente y en la práctica la territorialidad de los pueblos vascos.

La U.E.U. forma parte de un proyecto nacional, como la catedral demangun, que requiere de otros muchos arquitectos y directores de obra, si queremos que todos los ámbitos vayan bien coordinados. Y el proyecto está en marcha, ya que el ámbito de la enseñanza es una cantera para esta construcción, ya que no se puede construir este pueblo sin la formación adecuada de la ciudadanía.

Como el proyecto tiene que redactarse en algún idioma, dice que los que creemos que somos muchos, si queremos una verdadera catedral vasca sólo se puede escribir en euskera. Por tanto, conscientes de la necesidad de la cantera vasca, a partir de la ruta de otras canteras anteriores, ya que fueron las ikastolas las que marcaron el norte, algunos pioneros vieron que en los años anteriores a la llegada de 1973 necesitábamos una nueva cantera, que no voy a enumerar aquí, pero que no se eliminarán en la memoria colectiva de todos. Y respondiendo a su llamada, en los próximos años nos acercamos a San Juan de Luz, Uztaritze y Pamplona, entre otros, para trabajar nuestra lengua de piedra para la universidad vasca.

En estos años, inevitablemente, se han acercado a los eventos de la UEU canteros de diferentes tipos. Las puertas han estado abiertas a todos los públicos desde siempre, con la única condición de participar en los actos únicamente en euskera. Porque este proyecto es para todos, porque de lo contrario será imposible construir una catedral de piedra en este pueblo. Sin embargo, la verdad es que a lo largo de estos años también se han acercado a la cantera aquellos que han querido utilizar otro material distinto a la piedra, por ejemplo, aquellos que, en nombre del nivel de la cientificidad, decían que el lenguaje era menos importante y que lo más importante era el tema, pero nosotros hemos conservado el nuestro, pensando que en todo caso la catedral necesitaba de piedra.

Al igual que en el cuento de la cantera narrado al principio, he encontrado al menos tres tipos de canteros. Como no voy a dar nombre, no creo que nadie tenga que enfadarse, porque puede juzgar a sí mismo en qué grupo; yo sólo le voy a dar la idea, porque cada uno puede sentirse sobre sí mismo.

Por un lado, han sido muchos los que han considerado la UEU como la forma de conseguir el pan. Prudentes o egoístas, ¿quién sabe eso?, algunos han visto la posibilidad de conseguir más fácilmente el puesto de trabajo vestidos en euskera y han ido a ello. Por otra parte, a pesar de que no se ha jugado tan gordo y que no es esa la intención inicial, tampoco han sido pocos los que han trabajado allí el euskera y conseguido una mejor profesión y han abandonado totalmente la UEU. Sin embargo, sabemos que los que van a la cantera en busca de pan nunca faltarán y quizás constituirán la mayoría. Y ellos también trabajan en la cantera.

Ex directores de la UEU, principales "dinosaurios". Desde la izquierda: Martin Orbe, Kepa Altonaga, Inaki Irazabalbeitia y Baleren Bakaikoa.

También ha habido canteros finos en la UEU, que han hecho un trabajo muy concreto y que lo están haciendo todos los días, que es un técnico o un científico perfecto, que trabaja perfectamente el euskera, que tiene mucho que ver con el auge de la calidad, pero que no tiene otro objetivo o, si lo prefieres, no lo ve más allá de las piedras. Algunos de ellos consideran que la UEU ha cumplido con su obligación y que hay que empezar ya a dar el relevo; más concretamente, creen que, estando ya organizado por las instituciones oficiales, la responsabilidad de la cultura vasca debe dejarse en sus manos y que el futuro está integrado en la oficialidad.

Es de suponer que en todas las canteras se pueden encontrar buenos técnicos, que cierren con gran precisión la forma del paralelepípedo, que permitan la correcta ejecución de los muros. No tengo ninguna duda de que estos canteros pueden aportar una gran ayuda para que la construcción de la catedral sea correcta y adecuada, ya que la piedra es la esencia, pero en el diseño de la catedral no van a participar, no tienen intención, y quizás nunca van a realizar una catedral, ya que son suficientes con un muro rectilíneo y sin altura.

He visto menos a los que tienen la catedral a la cabeza mientras trabajan la piedra. Pero hay y no pocos, también pueden ser suficientes si mantienen el proyecto. Porque este proyecto es de gran inspiración, inalcanzable en una sola generación, como fueron las catedrales que hoy admiramos. Es un proyecto sobrenatural, un pueblo renovado que quiere vivir en el futuro.

A pesar de los sueños y de las imágenes, creo sinceramente que en el trabajo más sencillo de la UEU también estamos construyendo un País Vasco de piedra, pero en el largo proceso (que quizás sea infinito) no sólo estamos trabajando bien las piedras, trabajando tan fino como los mejores técnicos o científicos, sino que cuando estamos tratando de encauzar nuevas ideas, cuando estamos gestando el ambiente y el respeto entre los miembros de un mismo proyecto, nunca debemos olvidar la construcción vasca. De lo contrario no es posible construir una catedral de piedra.

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