¿Cómo controlar la hipertensión?

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Se le llama ‘enemigo secreto’ (a la hipertensión), ya que cuando aparece o cuando el médico nos diagnostica apenas da síntomas. Pero a largo plazo, la hipertensión puede causar graves daños corporales, por lo que, una vez comprobado el diagnóstico, es importante controlar la situación. Para ello, es conveniente adoptar hábitos de vida saludables y, en caso necesario, iniciar el tratamiento.

¿Qué es la hipertensión?

La fuerza que circula por los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo se denomina presión (o tensión) arterial. Cuando esta fuerza es excesiva y los órganos que pasan son atacados, se produce una hipertensión. El principal problema de esta enfermedad es que apenas produce síntomas. Por ello, es muy importante tomar una tensión relativamente frecuente (cada dos años al principio, si no hay síntomas, y con más frecuencia en caso de hipertensión o de otros casos de hipertensión familiar).

¿Por qué se produce la hipertensión?

La hipertensión es una enfermedad o situación típica, ya que se estima que tiene uno de cada cuatro adultos; afecta sobre todo a personas con sobrecarga, fumadores o familiares con antecedentes de hipertensión. Y aunque en el 90% de los casos no se puede identificar la causa o causas que provocan la hipertensión, el estilo de vida influye directamente en la evolución posterior de la enfermedad. El consumo de grasa y sal, el sedentarismo, la obesidad, el tabaco y el abuso de alcohol son muy perjudiciales en estos casos. Por ello, es muy importante llevar una vida saludable, tanto para prevenir la hipertensión, si es posible, como para controlar su evolución en caso de aparición.

Hacer ejercicio

Hacer ejercicio dos o tres veces por semana, 20-30 minutos por turno, es muy beneficioso. En todo caso se deberá elegir el deporte adecuado para cada edad y condición física. Para las personas de edad avanzada o que no tienen costumbre de hacer ejercicio físico intenso, caminar media hora al día, con relativa rapidez, puede ser suficiente.

Hábitos dietéticos adecuados

El hipertenso no tiene por qué empezar a hacer dieta. Comer alimentos frescos y naturales, elaborados de forma sencilla, es suficiente. La dieta mediterránea (ver nº 164, en la revista Elhuyar Zientzia eta Teknika de 2001) es muy adecuada en los siguientes casos: legumbres, verduras, aceite de oliva y pescado azul. Los alimentos a acotar son principalmente embutidos o embutidos, bollería industrial, carnes o carnes rojas y alimentos ricos en sal.

Controlar el estrés

Está demostrado que el nerviosismo aumenta la tensión arterial. Para personas especialmente nerviosas, una solución puede ser ejercicios de relajación o yoga. Hacer deporte o dedicar tiempo a las aficiones (pintura, manualidades domésticas o cualquier otro hobby) puede ayudar a relajar esos nervios y a afrontar la vida de otra manera.

La obesidad, una cuestión a cuidar

El peso influye muy negativamente en la evolución de la hipertensión. Algunos estudios han demostrado que por cada 10 kg de peso corporal por encima de lo normal, la tensión sistólica (alta) aumentará en 3 mm Hg y la diastólica (baja) en 2,2 mm Hg. Por ello, las personas con sobrecarga tienen entre 2 y 3 veces más riesgo de hipertensión que las personas con peso normal, según los expertos. Saca de ahí las cuentas, en su caso, como lector.

Mitos sobre la hipertensión: ¿sí o no?

La sobrecarga influye negativamente en la evolución de la hipertensión.

Hay mitos muy extendidos sobre la hipertensión que aquí quisiera aclarar. ¿El café es tan perjudicial? ¿Es imprescindible dejar de fumar? ¿La sal debe desaparecer totalmente de nuestra dieta?

Utilizar la menor cantidad de sal posible

Este consejo es muy importante. Una vez cocinado, las personas con hipertensión no deberían echar nunca sal. Además, alimentos ricos en sal (embutidos, platos precocinados, platos preparados que se venden en latas o recipientes, etc.) También deben descartarse.

Café, máximo dos tazas

El hipertenso no tiene problemas para tomar dos tazas de café al día. Sin embargo, si el café provoca nerviosismo o insomnio, es mejor dejarlo, ya que las otras dos situaciones son perjudiciales para el hipertenso.

Alcohol sin excesos

Las personas que padezcan hipertensión y consuman alcohol habitualmente pueden seguir con sus bebidas favoritas, siempre que no superen los dos vasos de vino al día o dos cervezas o una copa de aguardiente (una de las tres opciones, no las tres).

Tabaco prohibido

Sin excepciones, reducción del consumo, etc. son medidas inútiles.

Materias grasas con moderación

Los alimentos ricos en grasas, especialmente las grasas animales (carnes rojas, embutidos), producen colesterol y sobrecarga. Conviene sustituirlos por verduras, legumbres y frutas frescas, aunque sea de forma progresiva y parcial.

¿Cuándo tenemos la tensión alta?

SISTÓLICO (ALTO) DIASTÓLICO (BAJO)

Situación óptima

Menos de 120 mm Hg Menos de 80 mm Hg

Estado normal

Menos de 130 mm Hg Menos de 85 mm Hg

Hipertensión leve

140-160 mm Hg Menos de 90-100 mm Hg

Hipertensión moderada

160-180 mm Hg De 100 a 110 mm Hg

Hipertensión grave

Más de 180 mm Hg Más de 110 mm Hg

Consideraciones a tener en cuenta a la hora de tomar la tensión

Los lugares más adecuados para tomar tensión son la consulta médica y el medicamento. Además, en la actualidad existen algunos aparatos que permiten tomar la tensión propia en casa. Pero para que los resultados sean fiables, conviene hacer algunas observaciones:

  • Es importante estar completamente tranquilo y relajado, ya que el nerviosismo puede cambiar las cifras.
  • Después de comer, beber alcohol, fumar o hacer ejercicio, conviene esperar media hora.
  • Durante la toma de tensión, las piernas no deben estar cruzadas.
  • Es preferible que la vejiga esté vacía.
  • No llevar ropa ajustada, sobre todo en el brazo de la medición.
  • Las cifras de tensión varían ligeramente en función del aparato utilizado. Por ello, se recomienda tomarlos siempre en el mismo lugar y con el mismo aparato.
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