La NASA, por un lado, y las Agencias Espaciales Europeas y Rusas por otro, y China, por otro, tienen previsto enviar un vehículo autónomo a Marte en 2020. Por su parte, India y los Emiratos Árabes Unidos enviarán un orbitador y en la India se está estudiando si ellos también van a enviar un vehículo junto con el orbitador. “Por un lado, el enorme desarrollo tecnológico que suponen estas misiones es motivante para cualquier país”, afirma Agustín Sánchez Lavega, director del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco. “Y por otro lado, hay un logro científico. Piensa si en alguna misión se encuentran restos de la vida”.
Investigadores del Grupo de Ciencias Planetarias participarán en la misión europea y rusa ExoMars 2020 y, sobre todo, en la Misión Mars 2020 de la NASA, que es el objetivo principal de ambas misiones, encontrar alguna huella de la vida.
“No hay duda de que alguna vez hubo agua líquida en la superficie de Marte. Se desconoce su extensión y el tiempo que estuvo líquido, pero sí los lagos y los arroyos. Por ejemplo, donde ahora está Curiosity, en el cráter Gale, hay arroyos que claramente descienden del monte”, explica Sánchez Lavega. “Teniendo en cuenta este importante punto, yo creo que existe la posibilidad de encontrar algún indicio de que haya habido alguna actividad biológica en algún nicho. Alguna huella que no se pueda explicar con la geología marciana”.
Es lo que intentarán en su misión Mars 2020 y para ello quieren instalar un vehículo autónomo en Marte. El vehículo será muy similar al actual Curiosity, con 1000 kg de peso, dotado de cámaras, sensores y herramientas. Algunas de ellas serán versiones mejoradas de las anteriores y otras nuevas como SHERLOCK. Raman es un espectrómetro que sirve para detectar moléculas orgánicas y biomarcadores. “Hasta ahora no se ha llevado este tipo de herramientas a Marte. Será fundamental en la búsqueda de señales de vida”, explica Sánchez Lavega.
Sánchez Lavega ha destacado también la herramienta RIMFAX, un radar que servirá para analizar las condiciones bajo la superficie. Las sondas Mars Express y MRO que están en la órbita de Marte tienen radares similares, pero será la primera en actuar sobre la superficie de Marte y alcanzará los 500 metros de profundidad. “Se desconoce muy bien la presencia de acuíferos bajo la superficie de Marte. A medida que aumenta la profundidad, la temperatura y la presión son mayores, por lo que puede haber agua líquida”.
La misión ExoMars 2020 reducirá el vehículo en unos 300 kg. Y su arma más importante es un taladro de dos metros de profundidad. El taladro tomará muestras a diferentes profundidades que serán analizadas en el vehículo con diferentes útiles. Así, la misión ExoMars 2020 podrá analizar por primera vez muestras de esta profundidad. Mars 2020 también dispondrá de taladro, pero no llegará a más de un metro.
Los astrobiólogos tienen claro que la mayor parte de las posibilidades de encontrar señales de vida se encuentran bajo la superficie. “La radiación ultravioleta que llega a Marte lo esteriliza todo. Por lo tanto, habría que buscarlo bajo la superficie. Los más optimistas piensan que es posible que hoy en día haya algún ser vivo”, explica Sánchez Lavega.
Aclarar si está vivo o ha estado alguna vez no será un trabajo sencillo. “Un planeta es muy grande y aunque ha estado vivo, no sé dónde están esos nichos”, explica Sánchez Lavega. Además, la NASA ha dejado claro que una cosa es detectar moléculas orgánicas y biomarcadores, pero que Mars 2020 no podrá confirmar si está o ha sido vivo en Marte.
“Es muy difícil –ha seguido Sánchez Lavega–, mira lo que pasó en 1996. Una piedra de Marte caída en la Antártida levantó polvos en el mundo científico. Algunos creyeron que podía tener vida y surgió el debate. No se aclaró el asunto hasta que se realizaron todos los exámenes. ¡Y esos estudios se realizaron en los laboratorios de la Tierra! En Marte, aunque el equipo es muy sofisticado, es limitado. Yo creo que para confirmar si realmente ha existido o no vida es necesario que las personas vayan a Marte y allí monten verdaderos laboratorios para poder explorarlos cómodamente y realizar allí exámenes”.
Pero todavía Sánchez Lavega lo ve lejos: “siempre se dice que ocurrirá dentro de 20 años, pero nadie lo tiene realmente planificado. El otro día pregunté a alguien de la NASA y me respondió que ellos tampoco lo sabían. Por otro lado, es cierto que ya existe una iniciativa privada para ello, lo cual es realmente curioso”.
Sin embargo, la NASA también quiere aprovechar la misión para empezar a desarrollar tecnología para ello. Por ejemplo, llevarán la herramienta MOXIE. Mediante esta herramienta se probará una técnica para obtener oxígeno del CO 2 de la atmósfera de Marte. Se espera alcanzar 0,015 kg de oxígeno por hora.
Por otro lado, Mars 2020, además de encontrar rastros de vida, tiene un segundo objetivo principal: Dar el primer paso hacia una futura misión de muestras marcianas a la Tierra. La selección, recogida y almacenamiento de estas muestras se realizará en un lugar determinado, almacenado en unos tubos metálicos que permanecerán por debajo de los 50ºC y por encima de los diez años. Posteriormente, una nueva misión traería estas muestras a la Tierra para su análisis en sus laboratorios.
“Esto me parece factible en un futuro próximo —dice Sánchez Lavega—, aunque hay que conseguir despegar de Marte. No es lo mismo despegar de la Luna que desde Marte, la gravedad es mucho mayor. Puede ser posible utilizar como combustible el oxígeno producido por MOXIE. En cualquier caso, lo veo más cerca que llegar personas a Marte”.
Mientras tanto, en las misiones de Marte también se investigarán muchos más. Por ejemplo, el Grupo de Ciencias Planetarias investigará la meteorología y el polvo marciano. “El polvo es un elemento muy importante en Marte —explica Sánchez Lavega—, ya que la atmósfera de Marte es muy ligera y el polvo se levanta con facilidad. Hay mucho polvo y se mueve rápidamente de un lado a otro. Y deteriora las herramientas. Por eso es importante conocer los ciclos del polvo, la tasa de deposición, cómo afecta a los aparatos desde el punto de vista de la electrónica, la óptica, etc. El polvo en la tierra no es algo a tener en cuenta, pero en Marte es fundamental”.
Pues bien, para investigar la meteorología y el polvo de Marte, el vehículo de la misión Mars 2020 de la NASA dispondrá de la herramienta MEDA. Bajo la dirección del Centro de Astrobiología de Madrid, investigadores del Grupo de Ciencias Planarias están participando en el desarrollo de la MEDA y se dedicarán a las investigaciones que se realicen con esta herramienta. “La MEDA es una estación meteorológica —explica Sánchez Lavega— que mide la temperatura, la presión, el viento, la humedad, o en este caso diremos la cantidad de vapor de agua atmosférico y, sobre todo, el polvo. Por otro lado, también participarán en la misión europea y rusa ExoMars 2020, en cuyo caso no realizarán la meteorología, pero contarán con detectores de polvo.
También desde la Tierra se realizarán observaciones de apoyo a estas misiones con las cámaras PlanetCAM-UPV/EHU desarrolladas por ellas. Estas cámaras se acoplan a los telescopios (uno de ellos en uno de los telescopios de Calar Alto, por ejemplo). Y con estas observaciones analizan los fenómenos que se producen en Marte a gran escala. Además, se está trabajando con una pequeña cámara de la nave ExoMars en la órbita de Marte y los datos de Curiosity, investigando la dinámica atmosférica y el polvo.
En las misiones de 2020, el Grupo de Ciencias Planetarias tendrá como objetivo “conocer de la mejor manera posible la meteorología marciana, el ciclo del polvo, la generación de nubes, como las borrascas que se producen en los polos, etc.”, explica Sánchez Lavega. “En definitiva, avanzar en el conocimiento de la meteorología marciana, entre otras cosas, porque esto va a ser muy importante para futuras visitas, ya sean visitantes, vehículos o personas”.
La participación en las misiones Mars 2020 y ExoMars 2020 es un reto para el equipo, según ha explicado Sánchez Lavega: “somos un grupo pequeño y estamos saturados, pero seguramente es el reto más bonito que hemos tenido nunca. Justo en esa época me voy a jubilar y sería maravilloso retirarme con una visita a Marte. Eso es lo que sueño”.