Cerezas

En esta época se ven estos pequeños frutos rojos dándoles color los primeros días de verano.

Las cerezas se consumen en Europa desde la época romana y griega. Aunque no tienen muchas posibilidades de desarrollarse en las regiones tropicales, por su suave sabor, son muy aceptadas y gustadas en los cinco continentes.

En su composición se encuentran todos los alimentos en pequeñas cantidades. El componente mayoritario, al igual que en otros frutos, es el agua (80,8%), seguido de los hidratos de carbono de tipo azúcar (14,3%), siendo la más importante la fructosa, por lo que los diabéticos pueden consumir cerezas con mayor tranquilidad que otros frutos. Las grasas, al igual que las proteínas, suponen el 1% de la composición de las cerezas. Las vitaminas A, B, C y E se encuentran en cantidades muy pequeñas, así como las sales minerales y oligoelementos: calcio, fósforo, magnesio, hierro, sodio, potasio (el más abundante), zinc, cobre y manganeso.

Las cerezas contienen además otros ingredientes no nutritivos pero que nos protegen de ciertas enfermedades:

  • Ácidos orgánicos (málico, cítrico…): estimulan las glándulas digestivas y limpian la sangre. Las cerezas de color rojo claro son más ricas que las oscuras en este tipo de ácidos.
  • Fibra vegetal soluble, principalmente pectina: Con 100 g de cerezas se obtiene el 10% de la fibra diaria recomendada. Esto explica sus funciones laxantes e hipolipemiantes y su capacidad para reducir los niveles de colesterol en sangre.
  • Flabonoides: gracias a ellos la cereza posee propiedades diuréticas, antioxidantes y anticancerígenas. Entre los flavonoides de la cereza destaca el ácido elágico. Las últimas investigaciones han demostrado que este ácido neutraliza sustancias potencialmente cancerígenas.
  • Ácido salicílico: precursor natural de una aspirina con efectos antiinflamatorios y reumáticos. En cerezas es sólo 2 mg/kg, pero suficiente para resaltar sus efectos.

Por todas estas razones, para que comamos en esta época del año siempre que podamos, teniendo en cuenta que hay que tomar entre 3 y 4 piezas de fruta al día y que, dependiendo de su tamaño, entre 10 y 15 piezas de fruta forman un grano de fruta.

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