Los sitios web tienen bastante importancia en diferentes ámbitos de la vida: educación, empleo, salud, autoridad, comercio, ocio, etc. Por tanto, es muy importante conseguir una web accesible que ofrezca las mismas oportunidades a las personas con discapacidad, que participen en la sociedad a través de Internet y que puedan acceder a la información necesaria. De esta forma se reducirá en la medida de lo posible el fenómeno de la brecha digital.
Sin embargo, cuando hablamos de accesibilidad, no pensemos sólo en personas con discapacidades psicológicas o físicas. Las dificultades tecnológicas también deben tenerse en cuenta en los sitios web accesibles. De hecho, un alto porcentaje de la población utiliza un ordenador bastante antiguo, o no sabe instalar nuevos plugins o utiliza la última versión de navegadores o plugins. Asimismo, otro gran porcentaje de los usuarios de Internet tiene una visión cansada o alguna dificultad de movilidad. La accesibilidad de los sitios web también tiene en cuenta estos aspectos. Por ejemplo, aunque no es requisito, en general, los sitios web accesibles se cargan más rápidamente en el navegador porque no se utilizan objetos pesados o porque ofrecen medios para evitarlos si se usan. Además, la accesibilidad permite acceder desde cualquier navegador gráfico o de texto actual.
En definitiva, la accesibilidad no sólo es beneficiosa para las personas con discapacidad sino para todas las demás. Una de las principales bases de accesibilidad es la flexibilidad para dar respuesta a las diferentes situaciones, preferencias y necesidades.
A pesar de que las webs accesibles son beneficiosas para todos, son especialmente importantes y en muchos casos imprescindibles para personas con determinadas dificultades y limitaciones. Entre ellas, las más evidentes son las personas con problemas visuales, pero también hay otras muchas con dificultades para escuchar, hablar o moverse, con problemas de conocimiento o con epilepsia. Los protocolos de accesibilidad dan pautas para cada uno de estos grupos.
Se entiende por adherencia la pérdida total o grande de visión de ambos ojos. Así, para acceder a los sitios web, algunas personas necesitan un lector de pantalla, un software que lea lo que hay en la pantalla y muestre la información recibida a través de la síntesis de voz o la línea de braille. Algunos ciegos utilizan navegadores de texto como Lynx o navegadores de voz en lugar de navegadores gráficos. También pueden utilizar el teclado para moverse por los enlaces y navegar más rápido.
Pero para que el lector de pantalla funcione correctamente, el sitio web no puede estar hecho de cualquier manera. Y, en la actualidad, la larga lista de obstáculos con los que se encuentran los invidentes para operar en Internet: imágenes sin texto alternativo, imágenes complejas sin explicaciones, vídeos sin texto o voz adicional, marcos, formatos no estándar en flash, formularios que no permiten la navegación lógica mediante el teclado… Un navegador de texto no puede interpretar todas ellas, por lo que la persona ciega no recibirá adecuadamente la información contenida en el sitio web.
Por ello, entre las condiciones más importantes para que un sitio web sea accesible se encuentra la inclusión de un texto alternativo a las imágenes y, en general, a los elementos no textuales, para que el navegador de texto pueda leer en lugar de la imagen y, en caso de utilizar formatos no estándar, ofrecer alternativas para evitarlos.
Lo más ciego es el caso más grave, pero también las personas con poca o mucha visibilidad tienen dificultades para navegar por los sitios web. Estas personas utilizan pantallas grandes y aumentan el tamaño del texto y de las imágenes gracias a los recursos que ofrecen los sistemas operativos y los navegadores convencionales. Otros, en función del problema, seleccionan las lupas para la pantalla o el tipo de programas, colores o caracteres más adecuados para mejorar las características de la pantalla.
En otras ocasiones, los sitios web tienen poco contraste entre texto y fondo, lo que también dificulta la lectura. Aquí el caso más daltónico es un caso especial y a tener en cuenta. Los daltónicos tienen problemas de separación de algunos colores --principalmente rojo y verde o azul y amarillo -, por lo que utilizan hojas de estilo adaptadas a las necesidades de cada uno de ellos, con colores y características más acordes. La posibilidad de realizar estas adaptaciones es posible gracias a muchos navegadores, pero no a todos, por lo que se debe evitar diseñar páginas de bajo contraste entre texto y fondo.
En los casos en los que la información se transmite a través de sonidos en la página web, las personas con discapacidad auditiva tienen problemas. Estas personas necesitan subtítulos habilitables y deshabilitables para disfrutar de contenidos sonoros mientras visitan la web. Por otro lado, a veces es conveniente complementar las páginas web con texto con imágenes, ya que la comprensión puede ser más complicada o más lenta para las personas con lenguaje de signos como lengua principal.
Los problemas de movilidad también son una limitación a la hora de navegar por los sitios web. Se incluyen en este grupo las debilidades, parálisis, falta de coordinación, movimientos no voluntarios, problemas articulares, limitaciones táctiles o falta de miembros.
Las personas con dificultades o discapacidades en el movimiento de brazos o manos utilizan dispositivos adecuados a sus necesidades para navegar por Internet: teclados especiales, ratones movidos con la cabeza, señaladores controlados con la boca, sistemas de reconocimiento del habla, observadores y otros dispositivos.
Por todo ello, estas personas navegan más lentamente por Internet y, entre otras cosas, necesitan más tiempo para rellenar formularios. En consecuencia, presentan problemas con sitios web con limitaciones temporales, formularios que no permiten la navegación por tabulador o navegadores y recursos que no permiten utilizar el teclado en lugar del ratón. Gracias a ellos, la navegación se hace laboriosa y difícil.
Hoy en día no es muy habitual, pero puede que la voz sea necesaria para acceder a un sitio web o a una aplicación porque tiene un sistema de reconocimiento del habla. En estos casos, para que el sitio web sea accesible es necesario que disponga de otros medios de entrada de datos como el teclado.
En este punto tampoco debemos olvidar los problemas de conocimiento y neurológicos. En este apartado se recogen diversos tipos de problemas, como la dislexia. Las personas con dislexia tienen problemas de lectura, por lo que para solucionar la dificultad de lectura utilizan lectores de pantalla. Pero para ello es imprescindible que las imágenes y los elementos gráficos tengan sus correspondientes descripciones y textos alternativos.
Las personas con dificultades de atención pueden tener problemas con sitios web con animaciones y sonidos que les impiden prestar atención al contenido. Por tanto, la forma de deshabilitarlos debe estar disponible. Además, es conveniente estructurar claramente el sitio web.
Estas medidas pueden ser útiles en otros problemas de conocimiento, neurología, memoria o inteligencia y emoción.
La escucha y los flashes visuales y los destellos pueden provocar crisis en personas con epilepsia. Por lo tanto, es importante no abusar de las animaciones y de los objetos, y es imprescindible que estén disponibles formas sencillas de deshabilitar.
Sin renunciar al diseño, se han definido normas, modelos y estándares para conseguir la flexibilidad necesaria para que la información de los sitios web sea accesible. Estas normas se agrupan en tres grupos, de menor a mayor grado de accesibilidad: A, AA y AAA.
Cada sitio web se clasifica en función de estos niveles de accesibilidad. Sin cumplir las normas incluidas en el primer nivel, algunos grupos de usuarios de Internet no podrían acceder a la información de la web. Sin embargo, si no se cumple el segundo nivel de prioridad, para algunos usuarios de Internet sería muy difícil y costoso recibir información del sitio web. Por último, el incumplimiento de las normas incluidas en el tercer y último nivel de prioridad puede suponer que algunos usuarios de Internet puedan encontrar dificultades a la hora de recibir información del sitio web.
A modo de resumen, algunas medidas importantes para la obtención de sitios web accesibles son: Utilizar el lenguaje estándar y correcto XHTML y CSS; no maquetar con tablas; añadir texto alternativo a las imágenes y, si es necesario, proporcionar una descripción alternativa; no utilizar marcos; no utilizar medios como animaciones flash para desarrollar sitios web completos; y si se utilizan, que no sean muy brillantes y que dispongan siempre de medios alternativos para incapacitarlas y evitarlas; desarrollar sitios web flexibles sin adaptar el diseño y tener tamaños de letra.
La iniciativa WAI (Web Accessibility Initiative) nace con el objetivo de promover y garantizar la accesibilidad de los sitios web. Esta iniciativa trabaja en diferentes ámbitos: asegura que la tecnología web tiene recursos para la accesibilidad, desarrolla pasos para la accesibilidad, desarrolla recursos para la evaluación y corrección de sitios web, fomenta la formación, la investigación y la difusión... WAI permite la colaboración entre empresas, discapacitados, organizaciones de investigación y gobiernos.
En este sentido, en muchos países ya se han desarrollado leyes obligatorias para asegurar la accesibilidad a los sitios web de las instituciones públicas y se han puesto en marcha programas de subvenciones para otras entidades o empresas.