"La tecnología debe ser un gran aliado para las personas con discapacidad, pero para ello hay que seguir trabajando en el campo del diseño universal: diseñar productos y entornos que todas las personas puedan utilizar sin necesidad de otras adaptaciones y diseños especializados". Son palabras del doctor Albert Cook, que ofreció una conferencia en San Sebastián.
Cook es profesor de Patología y Audiología del Lenguaje en la Facultad de Medicina y Rehabilitación de la Universidad de Alberta (Canadá). El pasado mes de noviembre se celebró en el Parque Tecnológico de San Sebastián una jornada sobre sistemas de comunicación para personas que, de forma temporal o permanente, no tienen acceso a la voz, sobre "Nuevos enfoques en el ámbito de la I+D de la tecnología de apoyo a la Comunicación Aumentativa y Alternativa". El segundo invitado de la cita fue el ingeniero electrónico Luis Azevedo, de la Universidad Técnica de Lisboa, que habló sobre las tecnologías asistenciales del hospital para la comunicación ampliable.
Ambas tienen una relación directa con las personas con discapacidad y expusieron ejemplos de dispositivos que ayudan a este tipo de personas en algunas tareas o en el día a día: unas son sofisticadas y otras más sencillas.
Existen dispositivos inteligentes para el oído (que adaptan el volumen en función de los ruidos del medio), así como implantes de cóclea para sordos: mediante una operación se les aplica un dispositivo en el oído para facilitar las funciones de la cóclea; el implante recibe señales acústicas y las convierte en señales eléctricas que excitan el nervio auditivo; estas últimas son enviadas al cerebro como impulso nervioso.
También mencionaron el sistema de Eye Tracking (que consiste en seleccionar los componentes con la mirada en una pantalla) y unos pequeños ordenadores portátiles para niños con discapacidad intelectual, basados en un contexto conocido por el niño, y en la pantalla se muestran diferentes lugares en imágenes (escuela, restaurante, parque…) para que pueda expresar sus preferencias. Métodos que convierten textos en voz, sistemas basados en pictogramas (cada pictograma puede tener más de un significado y el significado viene determinado por la suma de iconos)... Muchos de estos dispositivos de apoyo son accesibles en el mercado y otros siguen en desarrollo.
Es sabido que este tipo de sistemas han abierto nuevas puertas a personas con discapacidad comunicativa. Pero, además de la importancia de seguir desarrollándolos, dos expertos destacaron la importancia de apostar en todo momento por el diseño para todos.
"Las principales Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ofrecen a las personas con discapacidad grandes ventajas: se ponen en contacto con otras personas, se ofrecen posibilidades de acceso a la educación y a la inserción laboral y, en general, contribuyen a la participación social de las personas con discapacidad. La cuestión es que el principal problema es el acceso a las personas con discapacidad que van a utilizar las TICs; los obstáculos son tecnológicos", señaló Cooke.
A los que tienen problemas motores, por ejemplo, les resulta difícil utilizar el teclado, el ratón y otros métodos de entrada, y más difícil aún los pequeños teclados móviles y los ordenadores portátiles. Los problemas de visión requieren pantallas más grandes o formatos alternativos (Braille, salida de voz...). Y en el caso de los que tienen limitaciones cognitivas también hay que mejorar: "necesitan interfaces no complejos para los usuarios, que no tienen muchas vías de información o que a la vez no requieren atención en las diferentes áreas de la pantalla".
Si no se mejora todo esto, Cook considera que las TICs pueden ser más un obstáculo que una ayuda. Dice que si tienen que satisfacer las necesidades de todos, tienen que ser accesibles para todos, fáciles de adaptar para muchas discapacidades y capacidades. De lo contrario, en lugar de contribuir a la integración de las personas con discapacidad, se puede lograr lo contrario: aumentar la diferencia entre ellas y el resto de la población.
Desde hace años se comenzó a reforzar el concepto de accesibilidad universal no sólo en el urbanismo, sino también en la informática. También están muy presentes, por ejemplo, los del Laboratorio de Interacción Persona-Computador para Necesidades Especiales (BBPKEL) de la UPV.
El laboratorio fue creado por tres profesores de la UPV, hace 25 años, en el campus de Donostia. "Queríamos investigar, pero la informática en sí nos parecía demasiado tecnológica; queríamos hacer algo más humano", ha recordado Julio Abascal, fundador del laboratorio y actual director. Para abordar los problemas de comunicación de las personas con discapacidad se comenzó a trabajar en la aplicación de las nuevas tecnologías de la información.
Desde entonces se han desarrollado una serie de dispositivos dirigidos principalmente a personas con dificultades para hablar, moverse y manipular (controlar el entorno). En los últimos años han ampliado su ámbito de aplicación y han diseñado interfaces persona-computador para todo tipo de necesidades especiales. El Grupo ha diseñado programas de apoyo a la comunicación directa y remota entre las personas (mediante sistemas de telecomunicaciones accesibles), sistemas de control del entorno, software de simulación y evaluación de diversos sistemas de entrada/salida y dispositivos de comunicación portátiles, entre otros.
Tal y como explica el investigador Nestor Garay, "en un principio se fabricaron varios dispositivos en el laboratorio, combinando hardware y software, pero ahora es mucho más fácil coger un dispositivo estándar y adaptarlo, o realizar aplicaciones adaptadas a los dispositivos existentes, incorporando las correspondientes interfaces o asistencias técnicas". "Así es --dice Abascalek--. Hicimos varios dispositivos a la carta, pero luego vimos que era mejor la formalización y la teorización y el diseño para todos".
La LPC prioriza por tanto la investigación relacionada con la accesibilidad universal. "Una amplia línea de investigación se refiere a la accesibilidad web, en la que no se puede pensar en un destinatario de un solo tipo --dice Garayk--. Han salido varios proyectos y tesis doctorales: ciegos, sordos, con problemas motores... es difícil determinar el receptor, además de combinaciones. El usuario puede ser cualquiera y a eso llamamos nosotros accesibilidad universal. Queremos diseñar para que todo el mundo tenga todas las opciones, sin obstáculos. Cada persona es diferente, en las incapacidades y en las capacidades, y nosotros no debemos tratar de poner límites, los límites se crean por sí mismos o están precedidos".
Abascal indica que hay que distinguir entre sistemas accesibles para todos (“beneficiosos para todos”) y tecnologías de apoyo o dispositivos especiales. "Trabajamos a dos caras. A pesar de contar con una garantía diseñada para todos, muchas veces son necesarias dos cosas. En las páginas web se ve muy claro que un ciego, por ejemplo, necesita un lector de pantalla. Pero a pesar de tener un dispositivo especial, si hubiera una imagen en la pantalla sin comentarios, él no podría saber qué hay allí. Si no lo diseñas para todos, los dispositivos de ayuda no sirven para nada. Son dos cosas diferentes y complementarias entre ellas".
Con ello coinciden las principales líneas de investigación actuales. Y eso posibilita, de alguna manera, la colaboración. En el caso de la LPC, además de con otros miembros de la UPV, han colaborado en España, Italia, Bélgica, Alemania o EEUU. "La situación ha cambiado mucho -comenta Abascalek-. Hace 25 años este campo de la informática no estaba reconocido como un campo científico, ahora sí. La sensibilización también ha mejorado". Ejemplos de ello son las publicaciones especializadas y los congresos que se han ido editando a lo largo de estos años: "Jornadas como Miramon sirven para ver cómo trabajan los demás para conocer nuevas técnicas y experiencias. Y nos da tiempo para ampliar lo nuestro, y quizás también para colaborar".