Ciencia Medieval

En otra ocasión vimos la cumbre de la Escolástica XIII. En el siglo XIX se obtiene con Santo Tomás. Santo Tomás y sus compañeros, después de muchos trabajos, celebraron el matrimonio entre la filosofía (el conocimiento) y la religión. Parece que esta boda debería perdurar para siempre, pero al mismo tiempo, el XIII. En el mismo siglo, aparecieron sus rivales.

Entre ellos destaca Roger Bacon. A pesar de que su crítica era directa desde el punto de vista actual pero demasiado avanzada respecto al ambiente de aquella época, no tuvo gran influencia. En este aspecto es más importante el XIV. realizada a principios del siglo por Duns Scoto (1265-1308). Esto lo demostró en Oxford y París y amplió el campo de la teología que el aquiniano consideraba ajena a las demostraciones de la razón. La doctrina fundamental del cristianismo, según Scoto, se basa en cualquier voluntad divina y el don principal del ser humano, mucho mayor que la razón, era la elección.

De ahí que, de alguna manera, el ámbito de la filosofía y el de la teología se liberaran mutuamente y la filosofía no volviera a ser la “admiración de la teología”. Esta liberación supondría el desarrollo y la libertad del conocimiento y la introducción de la experimentación en el campo de la filosofía puso la base de la ciencia que hoy conocemos. Sin embargo, esto no se logró día a día. XIII. A finales del siglo XIX y principios del XIV los mundos de la filosofía y la teología estaban separados entre los aquinos y los scotos.

El entusiasta seguidor del camino emprendido por Duns Scoto fue Guillermo de Ockham. En su opinión, ningún resultado de la teología podría ser probado razonadamente. Es más, puso de manifiesto la incapacidad de la racionalidad de algunas manifestaciones que muestra la Iglesia. Luchó contra la doctrina de la supremacía del Papa y dirigió la guerra de los franciscanos contra el Papa Juan XXII. Por todo ello fue considerado como un héroe y encerrado. Pero tras huir de la cárcel se puso al abrigo del Emperador de Baviera, quien ayudó a la larga discusión que tenía contra el Papa.

Tomás de Aquino.

Ockham reconocía las dos caras o tipos de la verdad; la verdad dogmática (que se acepta a través de la fe) y la verdad filosófica (que hay que investigar a través de la razón). Esta actitud se asoció al renacimiento del nominalismo. Según esto, la única realidad existente es la de las cosas particulares. Las ideas universales, en cambio, son sólo nombres puros o conceptos de inteligencia. Los aquinos o "realistas" iban abstrayendo de lo universal a lo particular. Por el contrario, gracias al resurgimiento del nominalismo, la atención se centró en los objetos que podemos captar a través de los sentidos y, de paso, se miraba con total desconfianza las abstracciones. Con el paso del tiempo, esto supondría una observación directa, una experimentación y una investigación por inducción.

La Iglesia rechazó y prohibió el nuevo nominalismo y la Universidad de París condenó los escritos de Ockham. En aquella universidad, en 1473, es decir, durante el Renacimiento, querían poner de nuevo el realismo como doctrina oficial. Pero las ideas de Ockham estaban completamente arraigadas y siguieron en ellas. La obra de Ockham puso fin a la prioridad de la escolástica medieval. Desde entonces, la filosofía no tenía por qué llegar necesariamente a las conclusiones que mostraba la teología, y viendo la mente libre, pudo acudir a la investigación de sus temas.

El otro pensador que luchó contra la escolástica es Nicolás de Cusa (1401-1464). En su opinión, todo el conocimiento humano es conjetural, aunque Dios entiende todo lo que se esconde. Esto es posible mediante la intuición mística. Estos cultos llevaron al Cusa al panteísmo. Este panteísmo luego lo asumiría Bruno. Al margen de las ideas sobre el conocimiento, Cusa llevó a cabo la física y las matemáticas: a través de la balanza que demostró que las plantas tomaban parte del peso del aire al crecer, propuso la reestructuración del calendario, se preocupó fuertemente por la carrera del círculo, defendió la teoría del giro de la Tierra rechazando el sistema de Ptolomeo. Abriendo el camino a Copérnic, Bruno, con la astrónoma Novara, formuló la teoría de que el número es el único absoluto por su movimiento relativo.

Matemáticas y Física

Si en el campo de la ciencia hubiera que destacar un vértice en el campo de las Matemáticas, la aceptación de las cifras árabes sería la facilidad de los cálculos que se obtienen a través de ellas. Al principio estas cifras se escribían en “apices”, es decir, en fichas de rama, para utilizarlas en el ábaco del Gerberto (siglo X). Estas nuevas cifras fueron escritas en paneles recubiertos de polvo inmediatamente.

Diagrama geométrico del libro Opus Maius de Roger Bacon.

De esta manera, se podía llevar limpio y rectificado lo que se llevaba y los resultados provisionales: XII. y XIII. Durante siglos los “algoritmos” demostraban este uso. Cuando luego el papel se redujo y se extendió su uso, para que los cálculos escritos se pudieran hacer sin borrarse, debía adaptarse a la forma que utilizamos actualmente. La aritmética era necesaria en el comercio y a partir de 1340 Génova era conocida la contabilidad de doble partido.

En aritmética, junto con la geometría (es decir, el álgebra), comenzó a publicarse la ecuación secundaria. Junto con el Fibonacci visto anteriormente, el XIV. Cabe mencionar en este campo al fallecido Nicolás de Oresme a finales del siglo XX. Esto añadió un nuevo nivel a la larga cadena de logros. Se debe a la suma de series, a las primeras bases de la geometría analítica y a la invención de los exponentes, entre otros. También se ocupó de la dinámica de Nicolás de Oresme y así se mostró a favor del giro de la Tierra, ya que “aunque los cielos se mueven durante el día y la Tierra no se puede demostrar por medio de la observación” es una teoría más sencilla y perfecta del giro de la Tierra.

Uno de los grandes cambios que supuso la matemática en el campo de la física fue la teoría de que todas las diferencias reales podían convertirse en diferencias entre cantidades. Tal y como indica Crombie, la intensidad de una cualidad (por ejemplo, el calor) podía medirse como la magnitud de una cantidad. La Física Cualitativa de Aristóteles y el XVI. La diferencia entre la física matemática del siglo XX radica en este cambio.


La ciencia medieval utilizó los números árabes para desarrollar la aritmética. Tabla de punzones de moros de platería de Córdoba.

XIII. A partir del siglo XX la Física sufrió un gran impulso: la estática de la mano de Jordanus Nemorarius, el magnetismo con la aparición de la brújula, las ópticas en la escuela de Oxford, especialmente en la Thierry de Freiberg, etc. Deberíamos tener en cuenta los medios y la situación para juzgar adecuadamente esta etapa de la Edad Media, y quizás las palabras de Beaujian nos hagan:

Ptolomeo, Aristóteles y Galeno aparecían como enormes gigantes. Sus obras estaban levantadas como grandes fortificaciones. El hombre de la Edad Media abrió en estas murallas una serie de desgarros, pero quedó cerrado en su interior. El futuro iba a comprobar que aquí y allí, en lugar de hacer una crítica o un error, el camino era toda la trituración. Había que hacer una revolución: Kopernik contra Ptolomeo, Galileo contra Aristóteles y Harvey contra Galeno.

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