Vías para llevar a la práctica la economía circular

Se publicó por primera vez la idea de economía circular. En aquellos tiempos era una propuesta teórica. Desde entonces, sin embargo, para superar los problemas que plantea el modelo económico lineal, se han creado estrategias para llevar a la práctica la economía circular. Entre ellos se encuentran los que investigan y aplican en los centros GAIKER y Ceit de BRTA.
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Ed. Tsung-Lin-Wu/Adobe Stock

En GAIKER, por ejemplo, investigan en ecodiseño. La clave está en la elaboración de productos duraderos con una larga vida útil y que cuando lleguen a su fin los materiales sean reutilizables. Koldo Gondra Zubieta es el responsable de este tema, y ha explicado que en el ecodiseño “desde el principio tenemos en cuenta qué materiales utilizamos y cómo componer el producto para su posterior separación y reutilización. A veces el material que recuperamos no se puede utilizar para hacer el mismo producto, por lo que entonces lo transformamos para otro uso”.

La investigadora Tamara Fernández Arévalo de Ceit coincide con Gondra. En su caso, especifica que el objetivo principal es la minimización de la generación de residuos y, en caso de generarse, la recuperación o reutilización y la reducción de la necesidad de materias primas: “El objetivo es la sostenibilidad. Para ello es estratégico la reutilización, transformación, innovación y reciclaje de materiales, productos, subproductos, etc.”

En definitiva, se trata de salir de la economía lineal, según Fernández: “El paradigma hasta ahora producido, utilizado y derribado es el de acabar con él y pasar a la economía circular. Para ello es importante reutilizar al máximo los recursos: energía, agua, materiales...”

Para las empresas, que hasta ahora han trabajado con otra perspectiva, no es fácil pasar a la economía circular, ya que hay que realizar inversiones para adaptarse. Fernández advierte de que existen otros obstáculos: “Además de la financiación, hay barreras culturales, porque estamos metidos en la cultura del consumo. Y hay barreras políticas, de momento, porque las leyes y las normas no obligan a hacer economía circular. Debería ser una colaboración conjunta. Yo creo que hay ganas e interés y que se ve la necesidad, pero hay que dar pasos, por ejemplo, con subvenciones, etc. para que las empresas se vuelvan a transformar”.

Gondra también ha destacado el aspecto normativo, ya que de lo contrario no todas las empresas estarían en las mismas condiciones: “Si una empresa cambia y pierde competitividad, no es fácil dar ese paso. Esto supone un gran problema, especialmente para las pequeñas empresas”.

Koldo Gondra Zubieta. Responsable del área de Composites Sostenibles de GAIKER.

Mientras tanto, los centros de investigación siguen trabajando para disponer de la tecnología necesaria para la transformación. Por ejemplo, en GAIKER se da prioridad al reciclaje mecánico y químico de materiales y a la separación, y en Ceit se han trabajado principalmente en el desarrollo y optimización de tecnologías avanzadas para el tratamiento y recuperación de compuestos de aguas residuales y orgánicos.

“Antes trabajábamos sobre todo con las aguas residuales generadas en el ámbito urbano, pero ahora también trabajamos con empresas. Por ejemplo, a través del proyecto europeo LIFE MCUBO, analizamos cómo pueden mejorar y analizar la gestión del agua en una industria. Para ello utilizamos herramientas de medida, modelos matemáticos y pilotos, y el objetivo era cambiar la gestión del agua para reducir el impacto ambiental: reducir el uso de agua, reutilizarla…”, explica Fernández.

En cuanto a los residuos, analizan qué se puede hacer con los residuos que se generan en las empresas. Uno de los ejemplos es Model2bio. Se trata de un proyecto europeo coordinado por el propio Fernández: “Es un proyecto de tres años y ahora estamos en el centro. Somos once socios, el objetivo es desarrollar una herramienta que nos ayude a tomar decisiones, para saber qué hacer con los residuos orgánicos generados en la agricultura y en las empresas. Esta herramienta tiene en cuenta la ubicación de la empresa, dónde puede ser reutilizada, composición de los residuos, etc. Con todos estos criterios, la herramienta informa a la empresa de la opción más adecuada para gestionar estos residuos”.

También se está trabajando en la industria del papel a través de la propuesta Repapel: “El objetivo principal es la recuperación y utilización de compuestos de alto valor añadido presentes en las industrias de fabricación de pasta y papel. Las tecnologías desarrolladas aquí servirán de base para su implantación a nivel nacional e internacional en otras industrias, así como para extender las tecnologías de valorización de residuos y el concepto de economía circular a otros sectores industriales”.

De hecho, se está trabajando en un proyecto similar en el campo de los lácteos. Bajo el nombre de Biobased, está dirigido por GAIKER y su esencia es la revalorización del suero en vía de economía circular.

Tamara Fernández Arévalo. Investigador del Grupo de Aguas y Residuos de Ceit.

Además, Gondra ha puesto ejemplos en otros ámbitos: “Hemos conseguido un par de proyectos europeos para reciclar composites. El problema de los materiales compuestos es que tras su uso pierden su valor económico inicial, y queremos dar solución a ello, por ejemplo, los composites utilizados en los aerogeneradores. Son materiales complejos, debido a la combinación de refuerzos de resinas termoestables, núcleos de materiales espumosos, recubrimientos y elementos que conducen descargas eléctricas, todos ellos mezclados, y de difícil puesta en valor. Estamos trabajando para solucionarlo, por ejemplo en el proyecto de red Osiris Cervera, líder de GAIKER, junto con otros centros tecnológicos y empresas”.

De cara al futuro, el reto de GAIKER es el de reciclar materiales electrónicos, baterías, productos fabricados en polímeros, etc., y para ello ha señalado las dificultades que existen: “Tenemos que conseguir que un producto sea de buena calidad, homogéneo, y que la oferta y el pedido coincidan y esto no es fácil. A menudo el coste es un problema, ya que el mercado no acepta el coste que supone el reciclaje. Pero tenemos claro que nuestra apuesta por el reciclaje, el ecodiseño y el análisis del ciclo de vida no es a corto plazo. Sabemos que los resultados no van a ser inmediatos y para ello es necesario concienciar a la empresa, pero también a la sociedad”.

En Ceit existen barreras similares para el futuro, pero no hay duda de que deben seguir investigando en la reutilización de recursos y residuos. Además de las materias antes mencionadas, trabajan con metales y tierras raras en el proyecto Neohire. Así lo explica Fernández: “Por un lado, se nos están acumulando los residuos que contienen estos elementos y es necesario gestionarlos, y por otro lado, son materias primas finitas, se agotan y cada vez tenemos más dependencia de países extranjeros. Por tanto, dar una nueva vida a estas materias primas es también una vía para reducir esta dependencia”.

Tanto en GAIKER como en Ceit tienen claro que la colaboración es la clave para avanzar, y así se está trabajando conjuntamente con organizaciones y empresas de diferentes niveles para impulsar la economía circular.

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