Caso de abejas desaparecidas

Etxebeste Aduriz, Egoitz

Elhuyar Zientzia

En América y Europa las abejas están desapareciendo. El problema es grave, sobre todo en América. Ya han encontrado muchas colmenas casi vacías; millones de abejas están perdiendo. Pero, ¿a dónde van esas abejas? ¿Qué les pasa? Hay muchos sospechosos y mucha discusión, pero pocos resultados explicativos.
Caso de abejas desaparecidas
01/10/2007 | Etxebeste Aduriz, Egoitz | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: USDA NRCS)

En EEUU se ha convertido en un problema nacional. Y es que las abejas tienen una gran importancia económica, y no por la miel, que apenas se explota, ya que la traen de China y Argentina a un precio mucho menor, sino por su trabajo como polinizadores.

Los apicultores estadounidenses llevan sus colmenas en camiones, de campo a campo, para alquilar a los campesinos los servicios de las abejas. De hecho, para muchas plantas es casi imprescindible el trabajo de las abejas, y para otras muchas las cosechas mejoran notablemente gracias a sus servicios. Así, sólo para la polinización de las almendras de California se alquilan 1,3 millones de colonias al año, aproximadamente la mitad de las colonias de abeja de EEUU.

Las abejas han calculado un beneficio de 15.000 millones de dólares. No es de extrañar, por tanto, que preocupados por la desaparición de las abejas, los apicultores y agricultores han llevado el tema al congreso solicitando que investiguen el problema. Y el congreso, tras analizar el tema, puso en marcha en junio un plan de acción para llevar a cabo investigaciones y tomar medidas preventivas.

Sin dejar rastro

Tener pérdidas en colmenas no es algo nuevo. En las dos últimas décadas, los ácaros parásitos han causado grandes pérdidas, sobre todo el barroco --que también perjudica gravemente el País Vasco-. Y la pérdida de abejas en invierno es habitual: En EEUU, la pérdida del 20% en invierno es considerada normal. En el último invierno las pérdidas fueron del 30 al 90%. Y si bien en muchos casos se detectaron síntomas típicos de los ácaros parásitos, el 50% de las colonias desaparecieron sin dejar rastro.

Las abejas adultas son las que desaparecen y al colmenar sólo quedan la reina, los huevos, las larvas y los pupas, a veces con unos pocos adultos. Los que quedan en la colmena suelen estar sanos, con pocos parásitos. Además, hay reservas de alimentos sin robar, aunque hay colonias activas alrededor. Esto sugiere que las otras abejas evitan la colonia dañada, ya que es habitual que las abejas saquen cuando encuentran una colonia débil. Esta misteriosa desaparición es conocida por los estadounidenses como Colony Collapse Disorder.

Muchas colmenas se han encontrado casi vacías.
P. Huelga/ARS

Las abejas también están desapareciendo en Europa. En España, por ejemplo --donde se encuentra la cuarta parte de las colonias de abejas europeas -, se ha perdido entre el 30 y el 35% de las colonias en los últimos años. Algunos relacionan lo europeo con lo que está pasando en EEUU. Así, investigadores estadounidenses y europeos trabajan para comprender qué es lo que hace desaparecer a las abejas.

Muchos sospechosos

El Gobierno de EE.UU ha puesto en marcha un plan que contempla diferentes hipótesis como parásitos y patógenos, estrés, mala alimentación y pesticidas. Pero sospechan que el estrés inmunosupresor provocado por diversos factores puede ser la causa de la desaparición de las abejas. Se han explicado otras hipótesis como antenas de teléfonos móviles, plantas transgénicas, cambio climático, etc.

Los pesticidas son considerados muy sospechosos por muchos expertos. Por ejemplo, los apicultores gallegos, tras diez años de pérdida e investigación, han denunciado que los pesticidas son los responsables. Ellos han investigado que los pesticidas derivados de la nicotina afectan al sistema nervioso de las abejas y, además de debilitar el sistema inmunitario, les resta poder orientativo. Estos pesticidas fueron también denunciados por los apicultores franceses, por lo que queda prohibida su uso, aunque sólo sea en los campos de maíz y girasol.

El equipo de investigadores dirigido por Mariano Higes del Centro Apícola de Marchamalo de Guadalajara está convencido de que: El culpable es el hongo Nosema ceranae. Durante siete años han investigado la desaparición de las abejas. Los investigadores atribuyeron en un principio la culpa a los pesticidas, pero vieron que los restos de pesticidas aparecían en unas pocas colonias y que las abejas desaparecían muy lejos de las tierras cultivadas. Posteriormente se descubrió el nuevo patógeno Nosema ceranae: Hongo parásito de abejas asiáticas. Este hongo afecta a las abejas adultas, es decir, a las que trabajan fuera. Entra por la boca (esporas) y afecta al aparato digestivo. La abeja afectada, sin poder alimentarse, muere debilitada. Según Higes, un mecanismo de autodefensa impide que las abejas vuelvan a la colmena, por lo que la reina y los jóvenes no se ven perjudicados.

Los adultos desaparecen.
Waugsberg

Higes afirma que el 50% de las colonias españolas podrían estar afectadas por este fenómeno. Se extiende sobre todo al sur de Madrid, pero también en el borde del Golfo de Bizkaia se han encontrado tasas muy altas. Si las colonias afectadas por los hongos no son tratadas, según Higes, pueden desaparecer entre 6 y 18 meses. Los investigadores han tratado varias colmenas con fumagilina antibiótica y están obteniendo buenos resultados.

N. ceranae es encontrada en muestras de toda Europa. El mismo hongo también ha aparecido en EEUU, pero sus investigadores no creen que esa sea la causa de la desaparición de las abejas, o no sólo eso. Seguramente el debate será largo.

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