Anchoa en busca de jóvenes
AZTI-Tecnalia desarrolló la campaña científica JUVENA06 en septiembre y octubre de 2006. Los resultados de esta campaña indican que el número de anchoas nacidas en la pasada primavera era insuficiente para estimular la población. Por tanto, la pesca de la anchoa continúa en peligro.
Desde 2003 se han realizado campañas anuales de JUVENA a principios de otoño con el objetivo de medir la población de anchoa juvenil en el golfo de Bizkaia. Son campañas acústicas, es decir, calculan la cantidad de juveniles de anchoa mediante sondas acústicas o ecosondas.
La campaña de otoño se realizó con dos barcos: Emma Bardan con barco oceanográfico y el pesquero Itsas Lagunak. Ambos envases estaban equipados con ecosondas científicas. La primera pesca con redes pelágicas de arrastre y la segunda, como pescadores del Cantábrico, con red de cerco.
Con estos dos barcos se ha analizado la presencia de juveniles en todo el golfo. El muestreo se realiza teniendo en cuenta las expectativas de las juveniles de anchoa en esta época y tratando de localizar los límites oeste y norte de la superficie de distribución. Según estudios anteriores, en esta época las anchoas jóvenes se desplazan desde la parte oceánica del golfo hacia la costa, atravesando el talud continental hacia las costas cantábricas y francesas.
Explorando el Golfo
El muestreo se realiza en transsecciones perpendiculares a las costas. Entre los tráficos hay 15 millas marinas que se alargan hasta un punto de profundidad mínima de 2.000 m. En este punto, si todavía se detecta la presencia de la anchoa, se sigue avanzando hasta llegar a 3 millas náuticas sin anchoa.
La energía acústica detectada por Ekozundek se visualiza a través de los ecosistemas. Las imágenes que se forman en estos ecogramas se denominan ecoutensilios, y dependiendo de su forma o estructura se puede diferenciar la energía que corresponde a los peces. Posteriormente, a partir de la información obtenida de las pesquerías realizadas, se calcula a qué especie y en qué medida corresponde dicha energía.
En cada transepto, cuando aparecen las primeras ecoutensilios, se realiza una votación y a partir de ahí, cada vez que se observe un cambio en la estructura de las ecotareas, se vuelve a pescar. Se clasifican las capturas por especies y se miden los ejemplares de una muestra aleatoria de cada especie. En el caso de la anchoa, se congela la muestra y posteriormente, en el laboratorio, se pesan y se calcula la edad.
El muestreo se realiza durante el día o como máximo durante un par de horas después del anochecer. De hecho, las anchoas jóvenes aparecen formando densos bancos a lo largo del día, pero por la noche se dispersan y es difícil identificarlas entre las capas de plancton.
Según los resultados de la campaña, en otoño de 2006 la distribución de juveniles de anchoa fue muy costosa. Gran parte de la población fue encontrada en aguas de menos de 50 m de profundidad, especialmente al sur del golfo. En años anteriores las anchoas del sur aparecían alrededor del talud. En Iparralde, por el contrario, la distribución fue más amplia y se mezcló con la anchoa adulta. En cuanto a la cantidad, la anchoa se redujo en un 50% respecto a 2005 y un 30% menos que en 2003.
El objetivo final de las campañas JUVENA es establecer una relación entre el índice de abundancia de juveniles de anchoa y la abundancia de adultos del año siguiente. De momento, sólo hay tres puntos de esta relación: Otoño-Primavera 2003, Otoño-2004 Primavera 2005 y Otoño-2005 Primavera 2006 El siguiente punto se establecerá tras la campaña de primavera de 2007, pero por el momento la serie es demasiado corta para hacer predicciones y sólo tiene valor orientativo.
Clave en la gestión
El conocimiento de la biología de la anchoa indica que se trata de una especie muy vulnerable y que presenta grandes fluctuaciones de un año a otro, debido a su corta vida (3 años), a su elevada mortalidad (tanto natural como pesquera) y a la gran dependencia de la biomasa adulta de la abundancia de nuevas generaciones, lo que puede provocar graves crisis del recurso. Según los investigadores de Azti-Tecnalia, para garantizar la recuperación de la anchoa, las administraciones y el propio sector deben trabajar en una gestión adecuada basada en criterios científicos.
Si bien los datos de la campaña JUVENA tienen sólo un valor orientativo, ratifican la recomendación emitida por el Consejo de Científicos para la Investigación Marina (ICES) y aprobada por el comité científico, técnico y económico de la pesca de la Comisión Europea (STECF). Según esta recomendación, conviene prohibir la pesca hasta confirmar el reclutamiento necesario para estimular la biomasa de reproductores.
Sin embargo, el Consejo de Ministros Europeos no adoptó ninguna decisión de prohibir la pesca de la anchoa en diciembre de 2006, sino que propuso la pesca experimental. Es decir, 8 pesqueros franceses y 20 del Cantábrico, acompañados de científicos, saldrán a pescar la próxima primavera.
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