Uxoa Iñurrieta, investigadora del grupo IXA, estudió traducción y, además de dedicarse a la investigación, realiza traducciones puntuales. Antes de finalizar los estudios empezó a trabajar como traductor, pero tenía claro que quería hacer un máster. Entonces se acercó a la informática. Y confiesa que no se le ha arrepentido.
Y es que el mundo de la tecnología atrae mucho. “El Máster se llama Análisis y Procesamiento del Lenguaje y me gustó porque compagina la lingüística con la parte computacional. Además, el máster no está dirigido únicamente a lingüistas, sino también a informáticos, y esa mezcla también me gusta mucho”.
Incluso ha elogiado los beneficios de la interdisciplinariedad, reconociendo que a veces no es fácil unir los dos mundos: “De hecho, la lingüística y la informática se funden en muy pocas cosas, y quizá lo más difícil de nuestro trabajo sea la unificación. Y es que las lenguas son muy libres, tienen normas, pero una parte muy importante queda fuera de las normas. Para que el ordenador entienda todo esto es muy difícil que le des un montón de datos. Ese es el origen de muchos de los debates que tenemos entre nuestros compañeros”, ha afirmado Iñurrieta.
Dice que los informáticos intentan dar todo en cifras, mientras que los lingüistas intentan comprender las razones del idioma. Por tanto, para afrontar el mismo problema parten de enfoques muy diferentes. Sin embargo, para Iñurrieta eso es bueno: “Creo que ambas perspectivas son necesarias para llegar al objetivo, ya que son complementarias”.
Trabajo y equipo, ambos de gusto
Es un ejemplo de esta investigación que se está llevando a cabo. En concreto, se trata del segundo año de la tesis y se centra en las combinaciones de palabras (bromear, trabajar, etc.): “en las traducciones manuales, analizo las combinaciones de palabras y veo cómo se traducen para luego dar un tratamiento automático, por ejemplo, para la traducción automática. Primero he hablado del castellano-euskera, y ahora he empezado con el inglés”.
“Son estructuras singulares”, afirma Iñurrieta: “Además de su significado, se les cambia su comportamiento dentro de las frases, lo que dificulta el trabajo”. En cualquier caso, está muy satisfecho, sobre todo por la colaboración que le da el equipo de trabajo: “Nos ayudamos un montón y me siento muy protegido”, ha dicho.
También le gusta hacer la tesis: “Para mí es pagotxa porque no sólo aprendo cosas nuevas, sino que trabajo. Es decir, me pagan por estudiar en lo que me gusta”. Además, comenta que tienen una gran libertad horaria y que también lo aprecia.
Preguntando por los aspectos negativos, por un lado, destaca la imposibilidad de olvidar los temas laborales cuando no está trabajando y por otro lado, las incidencias en la motivación: “Aunque el trabajo lo hagamos en grupo, yo estoy investigando y cuando me meto en el agujero, yo tengo que sacarlo yo”. Sin embargo, ha añadido inmediatamente que sus compañeros y directores de tesis siempre están dispuestos a colaborar.
A futuro no tiene un plan concreto: “Todavía me quedan dos años y medio para terminar la tesis y luego no quiero cerrar las puertas a nada: volver, investigar, enseñar... haría todos, y si puedo, más de uno a la vez. Por ejemplo, traducir, investigar, investigar y enseñar...”