Economías verdes
El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. En un contexto de crisis, la Organización de las Naciones Unidas ha centrado el día en la economía y ha propuesto como tema de este año la "economía verde". Este mismo tema será tratado en la Asamblea General que se celebrará este mismo mes. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) quiere ser un hito al igual que el realizado en 1992 en Río de Janeiro.
La ONU considera el congreso de junio como una oportunidad para definir las líneas para el mundo que queremos ser dentro de veinte años y presentará allí su propuesta de llegar a ese mundo futuro: la economía verde. Según la definición de la ONU, la economía verde es una economía que mejora el bienestar y la igualdad social de las personas, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales y las deficiencias ecológicas.
La ONU prevé cuánto dinero y en qué áreas invertir para crear un futuro gobernado por estos valores: un 2% anual del producto interior bruto mundial hasta 2050. Y en el esquema de las Naciones Unidas, la tecnología y su desarrollo serán instrumentos decisivos.
Su reflexión sobre el camino de Río a Río deja poco espacio al optimismo. Y es que, según la ONU, la crisis que vivimos ha traído consigo una mala gestión del capital: se ha puesto en bienes, combustibles fósiles y activos financieros, y no en energías renovables, eficiencia energética o agricultura sostenible.
Así las cosas, ¿será suficiente la crisis económica para pensar que en los próximos veinte años se actuará de otra manera? Los críticos de la economía verde creen que no. Según ellos, la economía verde no es una variante de la economía sostenible que ha fallado, y la propuesta de la ONU, una receta para aliviar los síntomas. Apuestan por cambiar el propio paradigma de la economía, por otro que tenga en cuenta todo el ecosistema, independientemente del desarrollo de las tecnologías, porque el actual falla de la propia definición.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
