Un chorro de rayos X que llega desde el centro de nuestra galaxia revela la existencia de un pulsar. Los pulsares son estrellas de neutrones que giran muy rápido y tienen su origen en la densa materia que queda tras la explosión de la supernova. Los pulsares, debido a la fuerza de gravedad que ejercen, absorben el gas de la estrella que los flanquean, acelerando así su velocidad de giro.
En este caso, el sistema que fue auditado el pasado 3 de abril muestra la pulsera existente en los últimos estadios. Los astrónomos de la NASA, tras analizar el fenómeno que ha durado diez días, han dicho que es un pulsar que gira 435 veces por segundo. Además, teniendo en cuenta el pequeño tamaño y la cercanía de la estrella colindante, han concluido que el sistema está al final de su evolución. El descubrimiento, el segundo de este tipo, demuestra la existencia de otros sistemas pulsares.