Hasta hace unos años los científicos creían que gracias a los receptores de la lengua distinguíamos cuatro sabores: dulce, salado, amarga y ácido. Luego se dieron cuenta de que éramos capaces de detectar otro sabor, la umami.
Ahora, los investigadores de la Universidad de Borgoña han demostrado que los ratones tienen receptores de grasa, y todo apunta a que el ser humano también tiene receptores.