Una investigación llevada a cabo en los laboratorios del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona ha demostrado que la degradación de los plásticos puede provocar una importante acidificación del agua marina. Como referencia, desde la Revolución Industrial, el pH de los océanos se ha acidificado en 0,1 unidades, debido al CO2 generado por las actividades humanas (reducción de aproximadamente 0,02 unidades por década). Pues, en áreas costeras fuertemente contaminadas, se puede producir una acidificación de 0,5 unidades en la degradación del plástico acuático obsoleto por radiación solar. De hecho, en las tasas de emisión de CO2 más pesimistas, el mismo nivel de acidificación que a finales de este siglo y en el océano abierto está previsto.
Los científicos sabían que la lixiviación de los plásticos alteraba las características biogeoquímicas del agua del mar, pero no sabían si también provocaba acidificación. La investigación llevada a cabo en el laboratorio ha revelado que en la degradación de los plásticos se liberan ácidos orgánicos al agua, ya que forman parte de los polímeros plásticos y de los aditivos que se añaden. Estos ácidos orgánicos han demostrado que acidifican el agua marina. Es más, la radiación solar fotooxida los plásticos obsoletos y el CO2 resultante también influye directamente en la reducción del pH del agua.
Los investigadores aclaran que la concentración de plástico utilizada en los experimentos coincide con la que aparece en bahías de grado medio. Por lo tanto, creen que será aún mayor en zonas de alta contaminación. Asimismo, recuerdan que la contaminación de los plásticos, además de los efectos negativos sobre los ecosistemas marinos, tendrá efectos directos sobre la salud humana, ya que los microplásticos ya han llegado a la alimentación humana y al agua potable.