Estudios realizados el año pasado revelaron que algunos alimentos contienen una sustancia potencialmente cancerígeno. Se comprobó que las patatas fritas, el pan y las galletas contienen cantidades relativamente altas de acrilamida, pero no estaba claro hasta qué punto la acrilamida alimentada afectaba a la salud.
Ahora, la revista Britsh Journal of Cancer ha publicado un estudio realizado en Suecia. En este estudio se ha comparado la dieta de 987 pacientes con cáncer frente a 538 personas sanas, y los resultados muestran que un alto consumo de alimentos con acrilamida no parece aumentar el riesgo de cáncer.