El uso de la edición genética para curar enfermedades en embriones humanos sigue siendo incierto. Esta conclusión es clara en un estudio publicado en la revista Nature Communitations.
Se han analizado los embriones humanos editados mediante la técnica del CRISPR y se han detectado problemas para asegurar la correcta edición. Y es que, como un embrión tiene pocas células, hay poco ADN y para poder secuenciar hay que amplificar mucho. Han visto que en la amplificación se pierde fiabilidad y que no se puede asegurar un diagnóstico adecuado.
Por otra parte, se ha analizado la diferente incidencia de la propia técnica de edición y se ha comprobado que existe el riesgo de que se realicen más modificaciones que las que se pretendían realizar para solucionar la mutación, en otros puntos del genoma, que podrían ser perjudiciales.
En este sentido, se ha subrayado que aunque la edición genética tiene un gran potencial para hacer frente a las enfermedades genéticas, aún hay limitaciones que superar para poder aplicarlas de forma segura y eficaz.