Se sabe que en los océanos del mundo hay una pila de plástico flotando. Los investigadores del Instituto Five Gyres de California han calculado ahora cuánto puede ser esta pila: Fracción de al menos 5,5 billones de plástico que pesan 268.940 toneladas.
Para el cálculo se han unificado los datos de seis países y 24 expediciones. Estas expediciones, realizadas entre 2007 y 2103, recogieron datos en cinco remolinos oceánicos subtropicales del mundo, la costa australiana, la bahía de Bengala y el mar Mediterráneo.
Para el cálculo, los investigadores se han basado en dos datos principales: el número de microplásticos que recibieron estas expediciones en las redes y el elevado número de plásticos que vieron flotar. Posteriormente, con estos datos, se calibró un modelo que predice la distribución del plástico en los océanos. Una vez calibrado el modelo, los investigadores han sido capaces de calcular cuánto plásticos flotan en nuestros océanos. Los resultados del trabajo, publicados en la revista PLOS ONE, han destacado que por primera vez un estudio ha comparado los plásticos de todos los tamaños. Junto a ello, los investigadores han destacado que han sido muy prudentes con los cálculos y que los dados son “cantidades mínimas”.
Además de la cantidad, el modelo aporta más información. Por ejemplo, el mayor número de fragmentos de plástico en la costa o, en contra de lo que los investigadores pensaban, los micro-plásticos más pequeños se encuentran en remolinos más lejanos (menores de 4,75 mm). Según los autores, la distribución de fragmentos plásticos de diferentes tamaños sugiere que los remolinos oceánicos actúan como trituradores, reduciendo las partes más grandes de los plásticos, que posteriormente son expulsados y extendidos a través de los océanos.
También han visto que en la superficie marina hay mucho menos microplásticos de lo que sugiere el ritmo de fragmentación de grandes plásticos. Para explicarlo, los investigadores han propuesto mecanismos que eliminan los microplásticos de la superficie a una escala superior a la esperada: degradación por rayos ultravioleta, biodegradación, ingestión de organismos, pérdida de flotabilidad por adherencia a organismos, unión a partes más grandes que se hunden, desembarque, etc. También puede ocurrir que los microplásticos se fragmenten aún más y que no se detecten porque escapan de los orificios de las redes.