Todos conocemos el servicio SMS (Short Message Service o Servicio de mensajes cortos). Los primeros teléfonos móviles, junto con la posibilidad de realizar llamadas, traían este servicio que permite enviar mensajes de hasta 160 caracteres; y los mensajes se podían enviar desde un teléfono de cualquier compañía a un teléfono de cualquier otra compañía. En cuanto al texto, este tipo de mensajería fue el que predominó durante muchos años en los teléfonos móviles y lo siguen siendo en determinados países y usos como el marketing.
Sin embargo, es evidente que en los últimos años se ha impuesto otro tipo de mensajería de texto, al menos para nuestro uso personal: la llamada mensajería instantánea (IM, Instant Messaging). Servicios como WhatsApp, Facebook Messenger, Telegram, etc. La mensajería instantánea presenta diferencias respecto al SMS. Por un lado, el servicio de SMS utiliza la línea de telefonía móvil y la mensajería instantánea la conexión a Internet (ya que los servicios de mensajería instantánea se extendieron cuando los teléfonos móviles se hicieron inteligentes, es decir, cuando proliferaron los smartphones con conexión a Internet). Por otro lado, los servicios habituales de mensajería instantánea permiten hacer cosas que van más allá de los mensajes de texto: confirmaciones de recepción, posibilidad de adjuntar ficheros de distinto tipo, entrevistas de grupo, etc. Y el último, pero no por ello menos importante, es que estos servicios no son estándares y compatibles entre sí, es decir, para utilizar uno de ellos es necesario abrir una cuenta en la que sólo sirve para comunicarse con los que tienen una cuenta.
Para hacer frente a este último problema surge el protocolo RCS (Rich Communication Services o Servicios Ricos de Comunicación). Desde el interior es un servicio tipo SMS: es un protocolo de comunicación entre operadores de telefonía y entre operadores y teléfonos móviles, utiliza la conexión telefónica y es estándar. Esto permite realizar comunicaciones entre clientes de todos los operadores. Pero desde el exterior es un servicio de mensajería instantánea: permite realizar entrevistas en grupo, añadir ubicación, imágenes, audios y vídeos, confirmaciones de recepción, aviso de que el interlocutor está escribiendo, realización de audiencias y videoconferencias, acceso a la agenda de contactos...
De hecho, los operadores telefónicos llevaban tiempo definiendo este protocolo. Sin embargo, las actividades de consenso y definición de estándares entre ellos van poco a poco, los sistemas de mensajería instantánea que conocemos se adelantaron y se apropiaron del mercado.
Sin embargo, en el último año y medio las cosas se han acelerado mucho. En noviembre de 2016 se acordó y publicó la primera versión del protocolo RCS. Además, Google también apoyó el proyecto anunciando y publicando la plataforma Jibe para operadores y la aplicación Android Messages para teléfonos. Gracias a Jiber, las compañías de telefonía pueden implementar fácilmente el servicio RCS y ofrecerlo a sus clientes. Con la app Android Messages los clientes pueden disfrutar del servicio RCS si su operador lo tiene implementado. Desde entonces, las compañías de telefonía están incorporando poco a poco el protocolo en su infraestructura. En España, por ejemplo, en noviembre de 2017, varios medios de comunicación anunciaron la próxima puesta en marcha de las compañías telefónicas más importantes del país. Las compañías han puesto varios nombres comerciales al servicio RCS: Advanced Messaging, Joyn... En cuanto a los fabricantes de teléfonos, la mayoría ha anunciado que lo protegerán y que sus dispositivos llevarán instalada de fábrica la mencionada aplicación Android Messages de Google.
Está por ver, sin embargo, si el RCS va a tener éxito y va a vencer los servicios de mensajería instantánea no estándar actuales. De hecho, no será fácil sustituir el servicio habitual que utiliza la gente por otro que no le ofrece nuevas funcionalidades, sólo por el estándar y la compatibilidad entre operadores.
En cualquier caso, yo creo que el RCS tiene posibilidades de abarcar el mercado. Si todas las compañías telefónicas implementan, los nuevos teléfonos llevan instalada la aplicación y no necesitas una cuenta para utilizarla (basta con el número de teléfono), creo que puede haber grandes posibilidades de utilizar RCS, ya que la gente no tendrá que instalar ninguna otra app, ni tener que abrir o activar la cuenta en WhatsApp o similar.
Sin embargo, existen dos factores que pueden afectar o impedir la expansión del RCS. Lo más importante es cómo los operadores intentarán obtener beneficios de los servicios RCS. Y es que, para mucha gente, la única razón por la que las compañías telefónicas impulsan el RCS es que los servicios de mensajería instantánea les han quitado los beneficios que obtenían de las llamadas y SMS, y la preocupación es si no van a intentar cobrar los servicios de RCS. Por el momento, en las zonas en las que se ha abierto el RCS no se está cobrando el servicio (lo normal, ya que no conseguiría que nadie deje otros servicios de mensajería instantánea), pero en un futuro y con éxito, quién sabe... El otro factor es siempre: Apple no impulsa el proyecto RCS y no tiene intención de realizar ninguna aplicación para sus dispositivos o llevarlo instalado. Pero bueno, si alguien hace la app para iOS, como es compatible con los dispositivos Android, puede que también se imponga.
En los próximos meses y años se verá si el protocolo RCS se expande o fracasa. ¡Estaría bien que un protocolo estándar y compatible ganara por mucho tiempo!