Los smartphones han ido sustituyendo cada vez más cosas de nuestro uso habitual (agenda, cuaderno, libros...) y muchos dispositivos de uso más especializado (GPS, cámaras de fotos, ordenadores portátiles...). Por el momento, una de las pocas cosas que necesitamos es la cartera, pero no por mucho tiempo, ya que empiezan a extenderse los pagos a través del teléfono móvil. Bueno, seguramente siempre necesitaremos monedas y billetes; si durante todos estos años que llevamos con tarjetas de crédito no han desaparecido del todo, no hay razón para pensar que los pagos por móvil van a suponer su fin. Pero las tarjetas de crédito tienen días contados.
En Japón, el pago por móvil está bastante extendido desde hace tiempo, utilizando la tecnología FeliCa de Sony, pero esta tecnología está un poco obsoleta y además no ha conseguido expandirse por encima de Japón o de otros países del sudeste asiático. Los sistemas de pago por móvil con mayor futuro utilizan la tecnología NFC (Near Field Communication o Comunicación de Zona Cercana). Gracias a esta tecnología se consigue una comunicación inalámbrica encriptada entre dos dispositivos en una zona de pocos centímetros. Los dispositivos equipados con tecnología NFC pueden tener diferentes aplicaciones si se suministran con el software adecuado: intercambio de tarjetas de visita, apertura de puertas de hotel... y lo que aquí nos ocupa es hacer pagos. De momento no hay muchos modelos de smartphone con esta tecnología, pero cada vez serán más.
Para poder realizar los pagos, además de un teléfono móvil con tecnología NFC, es necesario un terminal en tienda con esta tecnología. En nuestro móvil tendremos almacenados los datos de nuestro banco, tarjeta de crédito o compañía telefónica en una aplicación y, una vez abierta y autenticada o autorizada dicha aplicación, la acercaremos al terminal de la tienda. El móvil pasará nuestros datos al terminal, lo que verificará y terminará la transacción. Por lo tanto, no vamos a necesitar tarjetas de crédito físicas, pero no solo eso: los descuentos, cupones, programas de fidelidad, etc que se obtengan una vez realizada una compra, se guardarán en la aplicación y no tendremos que llevarlos encima (¡no tendremos que recordar que los tenemos! ).
Google ha lanzado en septiembre el primer sistema de pago con tecnología móvil NFC: Google Wallet. Esta es una aplicación para móviles con sistema operativo Android que por el momento sólo se ha extendido en EEUU y Sprint en el móvil Nexus S, pero con el tiempo se ampliará a más terminales y compañías con NFC, más países y más sistemas operativos. Por el momento, sólo funciona con tarjetas MasterCard Citi y tarjetas virtuales de prepago propias de Google, pero en breve también circulará con Visa y prevén que se pueda cargar a la factura telefónica. Y aunque de momento sólo funciona en EE.UU., en sus 300.000 tiendas existe la posibilidad de pagar por ello, también en la mayoría de los taxis de Nueva York, y quieren que se abra rápidamente.
¿Cuánto tiempo se tardará en hacer habitual el pago por móvil? No se puede saber, pero teniendo en cuenta los agentes implicados no parece que vaya a tardar.
Las tarjetas de crédito y el pago por móvil, aunque sean digitales, se basan en dinero y monedas del mundo físico, es decir, los pagos se realizan en dólares, euros o en las monedas de que se trate. Pero hay una moneda con el mundo digital en su territorio: Bitcoin.
Detrás de la moneda electrónica Bitcoin se encuentra el proyecto del mismo nombre basado en una red descentralizada de código abierto P2P encriptada. En lugar de existir un banco central que emita y controla la moneda, existen muchos nodos que controlan la producción (para evitar inflaciones y fraudes) y conservan un registro de todas y cada una de las transacciones que se realizan (para garantizar la fiabilidad de la moneda). Los usuarios instalan un programa para gestionar su dinero y sus transacciones, lo que da a conocer las transacciones a los nodos de la red para comprobar que todo el dinero que entra en uno ha salido de otro y no ha habido trampas, pero garantizando la privacidad. En los nodos de la red podemos comprar bitcoinas por monedas reales. Las bitcoinas se pueden utilizar posteriormente en varios servicios de la web y son muchos los proyectos de código abierto o proyectos de colaboración que aceptan aportaciones en bitcoinas.
El proyecto Bitcoin nació en 2009 y desde entonces ha ido creciendo tanto en número de usuarios como en servicios que lo soportan. Sin embargo, no ha tenido un crecimiento espectacular y sigue limitado al mundo de los geeks. Además, de momento, sólo los servicios y entidades de la web aceptan pagar en esta moneda.
Además, el proyecto ha fallado recientemente en dos de sus principales reivindicaciones. Se dice que la red descentralizada ofrecía una protección contra la especulación diferente de los sistemas económicos tradicionales, lo que hacía que la moneda se estabilizase, de manera que esa descentralización y la criptografía hacían un sistema seguro. Pues bien, durante el mes de junio, unos nodos de intercambio sufrieron ataques y un malware destinado a las fundas de vitcoin de los usuarios se dedicó a robar los datos de los usuarios. Y la desconfianza generada por todo ello hizo que el valor de la vitcoina disminuyera drásticamente.
Hay que ver la evolución del proyecto. No parece fácil que una moneda totalmente virtual tenga una difusión masiva, pero teniendo en cuenta que una parte cada vez mayor de nuestra vida es online y virtual, cualquiera sabe...