DRM, la batalla tecnológica perdida contra la "piratería"

Leturia Azkarate, Igor

Informatikaria eta ikertzailea

Elhuyar Hizkuntza eta Teknologia

Desde que el contenido audiovisual se guarda y distribuye en formato digital, los fabricantes han incorporado sistemas denominados DRM (Digital Rights Management). Detrás del título “Sistema digital de gestión de derechos de autor” se esconden, fundamentalmente, sistemas anti-copia. Pero estos sistemas no sólo no han conseguido su objetivo, sino que también han perjudicado a los usuarios "legales".
DRM, la batalla tecnológica perdida contra la "piratería"
01/09/2009 | Leturia Azkarate, Igor | Informático e investigador
(Foto: ©istockphoto.com/karunaundDaniel)

Compartir música y películas con amigos no es un fenómeno nuevo. Con Kasete y VHS también grabábamos mucho para amigos y amigos. Aunque últimamente se le ha puesto un nombre de delito (piratería), no es necesariamente ilegal. En muchos países, como España, compartir cultura es legal, si no hay ánimo de lucro, y en muchos otros no está claro si es ilegal. En cualquier caso, la copia del contenido audiovisual debería ser posible, ya que cada uno tiene derecho a hacer copias privadas de lo que ha comprado, por ejemplo para escuchar lo que ha comprado en el coche.

Objetivo evitar copias

Sin embargo, desde que este contenido se conserva en digital y, sobre todo, desde que existe Internet (que permite compartir de forma más masiva gracias a programas P2P como eMule), los fabricantes han incorporado a sus productos sistemas denominados DRM (Digital Rights Management), sistemas para evitar copias.

Uno de los ejemplos más conocidos de estos sistemas son los sistemas CSS (Content Scrambling System) utilizados en DVD o los AACS (Advanced Access Content System) utilizados posteriormente en Blu-ray y HD-DVD, en los que el vídeo está encriptado y para que pueda visualizarse es necesario el código de desencriptación, que los fabricantes de software facilitan a través de la licencia a los lectores de los dispositivos (hardware). Además de este tipo de sistemas "estándar", existen aquellos que han sido implementados por determinadas compañías, como el sistema FairPlay utilizado por Apple en su tienda de música iTunes: las canciones con este sistema sólo pueden escucharse o copiarse en los reproductores de Apple, con un máximo de copias.

Todo en vano

Pero estos sistemas han sido inútiles porque siempre se han roto. Sobre todo ha sido una pesadilla para los sistemas DRM el noruego Jon Lech Johansen, conocido como "DVD Jon": En 1999, con tan sólo 16 años, rompió el sistema CSS y en 2005 FairPlay de Apple. El sistema AACS, mucho más seguro que el anterior CSS, se rompió poco después de su extracción.

Sin necesidad de romper los sistemas DRM, de una manera u otra, siempre logran que las canciones o películas más conocidas hagan el camino a Internet. Muchas películas de Hollywood han aparecido en las redes P2P por filtraciones internas, incluso antes de su estreno. Además, los sistemas DRM siempre se pueden superar a través del llamado agujero analógico: se pueden reproducir en un dispositivo y volver a digitalizarse mediante una grabadora de audio o una cámara de vídeo, incluso con una cierta pérdida de calidad. Poco después de estrenarse, se graba en las salas de cine y se emiten películas en internet.

En perjuicio de los usuarios y productores

Además de inútiles, los DRM a menudo dan problemas a compradores honestos. Por ejemplo, muchos reproductores baratos o antiguos sólo están preparados para los estándares DRM y pueden tener problemas al escuchar música de compañías que utilizan DRM propio. O es que los usuarios de Linux no pueden ver los DVDs, porque detrás de este sistema operativo realizado por la gente no hay ninguna compañía que pueda comprar la licencia de desencriptación (concretamente, el DVD Jon fue declarado inocente en el juicio por rotura de CSS porque el jurado entendió que tenía derecho a ver en Linux los DVDs adquiridos). Y ejemplos como éste son miles...

Además, a veces los productores van demasiado lejos con el tema del DRM. Por ejemplo, Sony interpuso entre 2004 y 2005 un sistema DRM en varios CDs que instalaba un programa espía en ordenadores Windows y cambiaba Windows para que no lo detectara. En otros casos, cuando una tienda on line ha desaparecido, toda la música adquirida ha quedado inutilizada.

Finalmente, mucha gente ha pasado a redes P2P, viendo que las películas y canciones obtenidas en ellas ofrecían menos problemas y mejor experiencia de usuario que las adquiridas, y han conseguido lo contrario de lo que los sistemas DRM querían conseguir.

Guerra perdida

Actualmente se puede decir que el DRM está muerto. Conscientes de que la inversión en sistemas DRM es inútil e incluso perjudicial, los fabricantes han ido descartando estos sistemas. Apple ha eliminado FairPlay de su tienda iTunes y casi todas las tiendas online venden sin DRM. En cuanto a la industria del vídeo, los discos DVD o Blu-ray siguen con el DRM, pero con el DRM roto hace tiempo, y no parece que en el desarrollo de la venta on line vayan por esa vía.

Hay otro tipo de contenidos culturales que están dando sus primeros pasos en el mundo digital e internet: los libros. Habrá que ver si las editoriales van a aprender de las industrias de la música y de las películas o si vamos a ver otro renacimiento del DRM (en cualquier caso transitorio, seguro). Por el momento, el que más experiencia tiene en libros digitales, Amazon, con su lector electrónico Kindle, va por el camino del DRM, pero con muchas críticas y baja eficiencia...

Con la pérdida de la batalla tecnológica, los productores están poniendo fuerza en esta guerra contra las copias: cánones sobre todos los soportes digitales, leyes que permiten cortar la conexión a Internet por compartir contenidos, criminalización de los medios de comunicación, concienciación temprana a través del sistema educativo, etc. No sé si el otro camino era mejor...

Leturia Azkarate, Igor
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