“Tenemos que recuperar el valor social de la ciencia”
Javier Armentia Fructuoso (Vitoria, 1962) es astrofísico y ha sido director del Planetario de Pamplona desde su fundación (1990) hasta el otoño de este año, por lo que no es de extrañar que muchos lo consideren el alma del Pamplonetario. Pero también es mucho más Armentia: profesora, divulgadora, colaboradora en los medios de comunicación, promotora de iniciativas para la socialización de la ciencia, defensora de los colectivos que sufren la discriminación en el ámbito científico y reivindicadora de sus derechos… Por lo tanto, tiene claro que, aunque no siga trabajando en el Pamplonetario, no se aburrirá. A la revista Elhuyar, por su parte, le ha dado una excusa para pedir testimonio, y ha respondido generosamente a las preguntas.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido, agitado o asombrado desde que empezó a trabajar?
Puedo decir muchas cosas, pero no quiero complicar el trabajo. Para elegir uno solo, tengo claro cuál es, todavía me fascina y me sorprende: la evidencia de la aceleración del universo. En 1998, un grupo de astrofísicos que observaban supernovas muy lejanas dieron a conocer que el universo se expandía cada vez más rápidamente. Esto trastornaba todas las hipótesis anteriores acerca de la evolución del Universo.
Yo empecé a trabajar estas cuentas en 1980, y entonces hubo una inflación cósmica en el tiempo. Según él, el Universo se expandió rápidamente y con fuerza en los primeros años y, después de ello, continuó expandiéndose de forma estable. Se discutía si el universo se extendería y se dispersaría hasta el infinito o llegaría a un límite y empezaría a reunirse hasta el Big Crunch.
Saber que el universo se está expandiendo cada vez más rápidamente fue algo terrible. ¡Pero la cosmología lo tiene! En otros ámbitos tal vez se resignarían, pero nosotros hemos seguido observando y gracias a ello hemos identificado algunos fenómenos que nos ayudan a entender lo que sabemos del Universo.
¿Qué revolución o descubrimiento te gustaría ser testigo?
Lo que yo quisiera es que la ciencia tenga su papel y su lugar en la sociedad. Que la ciencia sea una herramienta que nos ayude a resolver nuestros problemas; que contribuya, por supuesto, al clima y al medio ambiente, pero también a las desigualdades sociales, a la inclusión… Y es urgente. Pero tengo la impresión de que la ciencia, más o menos, ha jugado a menudo el papel de hermano imbécil del capitalismo. Muchos científicos han dicho: “No, yo no me meto en estos problemas, yo hago investigación”. Pero esta actitud implica ser cómplice.
La ciencia se ha centrado desde el principio en la libre circulación de ideas y en la evaluación de pares. Pero mire, lo que hemos convertido: ahora tenemos un sistema privado que mueve un montón de dinero y se ha convertido en prisionero de editoriales. Y yo también tengo que publicar artículos y mejorar mi índice de impacto. En Astrofísica, afortunadamente, los almacenes gratuitos de artículos y el software libre han sido habituales desde siempre, y los datos de los observatorios pasan a ser de dominio público tras un periodo de tiempo.
Durante mucho tiempo, los científicos han compartido sus descubrimientos con otros compañeros, por carta, etc. Y eso se ha perdido. Tenemos que recuperar el valor social de la ciencia.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
