Se sabe que las proteínas están formadas por cadenas de veinte aminoácidos. Y cómo se colocan estos aminoácidos, se crea una u otra estructura, dependiendo de la cual la proteína tendrá una función u otra. Un cambio en uno de los aminoácidos puede provocar una mutación, una enfermedad. Eso ha sido investigar desde que empecé mi trabajo.
Y al principio, cuando estaba haciendo la tesis, no sabíamos mucho de la estructura. En aquella época comenzó a desarrollarse la biología estructural. Con ello fuimos conociendo la estructura de las proteínas. Y saber cómo definían la estructura las secuencias de los aminoácidos fue una revolución para nosotros, ya que fue entonces cuando empezamos a comprender por qué una pérdida funcional o una enfermedad se debe a un cambio en un aminoácido.
Además, nos permitió iniciar el diseño racional de las proteínas. Así, en el laboratorio estamos creando secuencias de aminoácidos, las estructuras deseadas para que realicen las funciones deseadas: un inhibidor, un sensor… Esto ha supuesto una cierta revolución. A ello se añaden nuevas herramientas de computación como la inteligencia artificial. Gracias a ello, nuestro área ha conseguido un gran impulso.
A pesar de la gran evolución, todavía estamos lejos de alcanzar nuestros objetivos. Porque lo que buscamos es predecir cuál será la secuencia de una proteína a partir de la función que buscamos, ya sea terapéutica o tecnológica: materiales, sistemas de captación de energía...
Así que mi sueño sería eso. Poder comprender completamente este código y poder imaginar una proteína con la estructura y función deseada para resolver un problema, biomédico o tecnológico, y poder escribir esta secuencia, producir proteína y ser capaz de hacer lo que hemos previsto.
Todavía estamos lejos de hacerlo. Sin embargo, cuando empecé a hacer la tesis, los aminoácidos los representábamos como bolitas y ahora podemos ver su estructura molecular. Así, conociendo la secuencia y la estructura, podemos predecir la función. Es como ser capaz de leer la partitura. Lo que buscamos es más difícil: escuchar música, escribir la partitura. Mi sueño es ser capaz de hacerlo.