Elhuyar y la UEU llevan 50 años integrando la ciencia y la investigación en la sociedad, en euskera y a partir de la producción científica del País Vasco. Juntos han recorrido el camino y quieren seguir avanzando juntos en los próximos años. Para ello se analizaron sus posibilidades y dificultades en una tertulia que se celebró el 22 de junio en la Fábrica de Teja.
Acaba de estrenar verano y está lloviendo fuera, pero estamos tranquilos, al abrigo de la Fábrica de Teja, una docena de personas. Como dice Arantxa Urretabizkaia de literatura Bejarano, la socialización de la ciencia es “algo que a la mayoría no importa nada ni a pocos”. No somos muchos, pero estamos deseando escuchar y participar. Tenemos delante, sentados alrededor de una mesa alta, a los dos interlocutores y al moderador.
Con la precisión que exige la ciencia, a las 18:00 en punto, puntual, Igor Leturia Azkarate da la bienvenida y presenta la sesión. Las instituciones UEU y Elhuyar han presentado en primer lugar sus referentes en la socialización de la ciencia y la investigación. Los conoce de cerca, ya que es miembro de ambos, socio de uno y trabajador de otro. Presenta a los interlocutores que tiene a cada lado: “Ana Galarraga Aiestaran, licenciada en Veterinaria y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, lleva más de 20 años comunicando la ciencia de Elhuyar. Y Ainhoa Latatu Nuñez, Doctora en Biología, ex consejera de Ciencias Naturales de la UEU, que durante los últimos 20 años trabaja en el equipo de la UEU”.
La pregunta cuajada ha venido después de una breve exposición de la actividad de cada uno de sus organismos: “¿Por qué y para qué socializar la ciencia?”. Galarraga lo deja claro: “¿Por qué? Porque es un derecho. Uno de los derechos humanos es el acceso al conocimiento de la ciencia. Nosotros contribuimos a ello. ¿Y para qué? Una sociedad con criterio, crítica, culta, responsable y capaz de asumir y exigir responsabilidades”. Latado tiene la misma visión: “Cuando transmites conocimiento estás proporcionando herramientas y claves para interpretar la realidad. Si creemos en esta transformación social, tenemos que dotarnos de esos instrumentos. Y si esa sociedad es euskaldun, pues tenemos que hacerlo en euskera, porque esa es la lengua de esa sociedad”.
Sin embargo, la presencia del euskera en el mundo de la investigación es escasa. Sin embargo, en una época en la que casi todo se comunica en inglés a nivel académico, la UEU lleva siete años organizando el congreso IkerGazte, en euskera, contracorriente. “Si queremos incidir en la normalización del euskera, también en la investigación tenemos que normalizar el euskera”, reivindica Latatu. “Además de su importancia en el ámbito relacional, debemos realizar la investigación en euskera y crear referencias en euskera. Por lo tanto, a contracorriente sí, pero a la vez respondiendo a una necesidad. Así es como estamos Elhuyar y la UEU, desde que nacimos, adaptándonos a las necesidades que surgen en la sociedad”. Los gestos y las palabras de Galarraga expresan su total acuerdo: “Así lo recoge el lema de Elhuyar: ‘cambiar de conocimiento’. Además de ser ideal, es faro para nosotros”.
El cambio y la adaptación es vital para permanecer 50 años en la comunicación científica. Leturia pregunta si los formatos han evolucionado mucho y han sabido adaptarse bien. Comienza Galarraga: “En 50 años, no sólo permanecer, sino estar presente en todos los formatos de comunicación existentes es una muestra de algo, muchos otros han tenido que dejarlo en el camino y nosotros estamos viviendo y transformándonos constantemente. Creo que estamos acertando”.
Y el contrapunto: “Hay una especie de obsesión por estar también en los últimos formatos. Pero también hay que tener paciencia y perspectiva, ver cuál de estos formatos avanza y si sirven para nuestros contenidos y nuestros objetivos”.
“Nosotros hemos evolucionado mucho en comunicación”, continúa Latado. “Pero, como dice Ana, sabiendo muy bien cuál es nuestro objetivo y cuál es el medio más adecuado para ello”.
Hace 50 años, los medios de comunicación y difusión no estaban al alcance de cualquier persona. El desarrollo de Internet ha facilitado y democratizado mucho la comunicación. Hay mucha más información disponible ahora y además de forma gratuita. Aunque podría pensarse lo contrario, Galarraga cree que eso pone en valor su trabajo: “Necesitamos ayuda para distinguir el grano de la paja y nosotros aportamos información fiable, independiente, contrastada, prudente, profunda y moderada, huyendo del alarmismo y del triunfalismo. Y eso lo agradece mucho el destinatario. Además, la nuestra es gratuita. Entonces, como es una aportación a toda la sociedad, las instituciones públicas deberían garantizar los recursos necesarios para mantener nuestra actividad”.
“Totalmente de acuerdo”, continúa Latado. “Democratización y liberación del conocimiento es algo muy acorde con la UEU. La existencia de información fiable faculta al destinatario. En la pandemia se ha visto claramente, para saber cómo interpretar las cosas que están sucediendo es importante disponer de información fiable. Nosotros tenemos que estar ahí”.
Esta fiabilidad y credibilidad es importante porque esta democratización de la comunicación ha venido acompañada de la proliferación de noticias falsas y mentiras, la expansión de las pseudociencias y pseudociapias y los negacionismos. “Nuestra misión es hacerles frente”, dice Galarraga. “Tenemos esa responsabilidad, pero no es nuestra responsabilidad. El resto de medios deberían responsabilizarse también de la difusión de información fiable y contrastada. Y también toda la sociedad, los individuos. Y ahí hay mucho que hacer desde la educación para que todos tengamos espíritu crítico”.
Y, empezando por hablar de responsabilidad, Leturia ha puesto encima de la mesa el tema de la igualdad de trato. “Tenemos que romper estereotipos para que las chicas tengan nuevos referentes, pero también para normalizar la presencia de las mujeres”, explica Latatu. “Una de las vías más evidentes para ello es la de dedicar especial atención a la presencia de las mujeres en las entrevistas, etc. Pero también con la presencia femenina en las comisiones y en los órganos con las que trabajamos. Tenemos mucho que hacer y tenemos que hacerlo, es nuestra responsabilidad”.
“Sí, nos toca hacer ese trabajo”, afirma Galarraga. “Y además de ofrecer referencias, debemos ayudar a denunciar la situación y a reclamar medidas a los responsables. Porque este problema es estructural, no es exclusivo de este ámbito. Y, como decíamos al principio, ¿para qué queremos gente con criterio? Pues para pedir responsabilidades, y en este caso también nos toca”.
Pero, “¿la esencia de vuestro trabajo es difundir el conocimiento científico e informar a la sociedad, o es legítimo influir en las opiniones y en la política?”, pregunta Leturia. Y, Latatu: “Sí, hemos venido para transformarnos. Pues actuemos sobre las políticas”. Sí, también Galarraga: “Antes parecía que se nos pedía una especie de neutralidad, pero la sociedad no es así. La sociedad es compleja, y nosotros la queremos interpretar, proporcionar instrumentos para interpretarla y transformarla. Entonces, deberíamos trabajar con todos los elementos y agentes”.
Tienen claro cuáles son los valores que quieren impulsar. “Lo de la lengua está claro —ha empezado Latatu—, lo queremos transmitir desde nuestra lengua, desde nuestro país, sin perder el nivel global, pero atendiendo al nuestro. Queremos apostar por ofrecer las mismas oportunidades a todas las personas, y la honestidad también es importante”. Galarraga añade otros valores: “transparencia, independencia, empatía, prudencia y humildad”.
Leturia ha traído el lema ElkarEkin que utiliza la UEU en los últimos años y ha preguntado por la función de la colaboración. “Pues este evento, por ejemplo”, responde Latado, extendiendo los brazos hacia el público. “Estar aquí, Elhuyar, UEU, Teila Fabrika en este espacio de coworking. Cada vez nos sentimos más identificados con este lema, porque damos una dimensión distinta a ese carácter comunitario que tanto le damos a nosotros. Y porque la postura es que no sólo somos comunidad, sino que vamos a empezar juntos”.
“Y por otro lado, yo creo que tenemos que ser muy agradecidos. Este camino no lo hemos hecho nosotros solos. Lo hemos hecho con la ayuda de muchos y entre muchos, juntos, y queremos seguir haciendo juntos de frente”. Galarraga continúa exprimiendo el lema: “Fue muy bonito que Elkarri concediera premio a ambas organizaciones. Nosotros también nos sentimos muy identificados con el lema, a nosotros también nos sirve”. “Claro, es para todos”, ofrece Latado. “Sí, todos cabe. Y sí, esa protección es imprescindible. No suele durar 50 años sin el apoyo de mucha gente”.
Como bertsolaris, frases bonitas y llenas de significado para poner punto final al coloquio. Pero no ha terminado ahí. Es el turno de los oyentes. Uno empieza con entusiasmo: “He leído el siguiente número de líneas: ‘Un concierto de Rammstein provoca una anomalía en el funcionamiento de un acelerador’ [reímos todos]. ¿Tenemos alguien capaz de hablar o escribir sobre ello mañana en vuestra comunidad?”. Galarraga no tiene ninguna duda: “Sí, lo tenemos. Y aunque nosotros no lo fuéramos, sabríamos a quién acudir. Llevamos mucho tiempo trabajando en la red. ¡50 años! Es una red basada en la confianza. En todos nuestros proyectos recurrimos a expertos que se dan cuenta de que los mimamos y que lo que ellos dicen lo interpretaremos bien y lo pondremos así”.
Y otro oyente subraya el valor de dar visibilidad a estos expertos: “Es muy importante que el investigador de proximidad sea la referencia, no sólo los dioses como Einstein y Newton”.
Otra se queja de que en la pandemia se hizo hincapié en la importancia de la comunicación científica, pero que ya se ha vuelto a descartar, quién es la responsabilidad de los medios de comunicación y de las administraciones públicas. “Tiene que haber una decisión política clara. Y nosotros también tenemos que pedir a los medios de comunicación que cumplan su función informativa. No pedimos suficiente”, dice Galarraga. “Yo me siento orgulloso de cómo hemos abordado la situación —dice Latatu—, ahora tenemos que seguir ahí, tenemos que mantenerla”.
Y los oyentes han seguido haciéndose partícipes, en un ambiente de casi sobremesa, preguntando si los científicos deben comunicar más, denunciando por qué en los estudios de comunicación no se aprende base científica y proclamando que la cultura científica también es cultura.
El tiempo ha avanzado sin darse cuenta. Y ahora sí, para terminar, Leturia ha agradecido y pedido aplausos a los oradores y ha felicitado a ambas instituciones por cumplir 50 años y por el trabajo realizado durante esos años. Que sigan conociendo a UEU y Elhuyar durante otros 50 años, con ElkarEkin.