Antigüedades: el encanto del pasado

Arrojeria, Eustakio

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Kaltzada, Pili

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En la Plaza de Usurbil, en los locales de Udarregi Zaharra nos encontramos con Fermin Leizaola, coordinadora del Departamento de Etnografía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Visitamos la exposición "Antigüedades" organizada por el Ayuntamiento de Usurbil, la Diputación Foral de Gipuzkoa y Aranzadi. Charlamos con Fermin para conocer la exposición y el trabajo que tiene detrás. El objetivo de estas líneas es transmitiros la curiosidad que nos suscitó la conversación.
Fotos EKAITZ

Elhuyar: La exposición “Antigüedades” tiene su origen en un proyecto presentado en el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa. ¿En qué consiste este proyecto?

F. Leizaola: La Sección de Etnografía de Aranzadi lleva años investigando el patrimonio histórico de los guipuzcoanos. Nos parecía necesario dar cohesión y dar a conocer a la sociedad este trabajo. Lo presentado ante la Diputación es un intento de redondear los resultados de estas investigaciones. Desde el punto de vista etnográfico, las piezas apiladas en casas o caseríos tienen un gran valor histórico. Desgraciadamente, la percepción de la ciudadanía no es la misma y se considera que son objetos que hay que desechar. Olvidamos que el nuestro es un pueblo que vive unido a este legado y que todas estas pequeñas piezas que hemos reunido dan sentido a nuestra vida.

Por otro lado, se ha considerado que el patrimonio está formado por construcciones o piezas de alto valor económico. Por el contrario, no damos importancia a esas pequeñas cosas que se encuentran entre polvo. Sin embargo, estas pequeñas cosas nos proporcionan una gran información porque constituyen nuestro patrimonio mueble. Concienciar de ello y hacernos sentir orgullosos de nuestra historia son los objetivos principales del proyecto “Antigüedades”.

Elhuyar: Ya habéis realizado esta experiencia en varios municipios de Gipuzkoa. ¿Qué pasos hay que dar para que podamos ver esos objetos?.

Según nos dijo Fermin Leizaola, este proyecto tiene dos objetivos principales. Por un lado, concienciar a los lugareños de su patrimonio y, por otro, formar parte del Patrimonio Histórico de Gipuzkoa.
Fotos EKAITZ

F. Leizaola: Recurrimos a los ayuntamientos que han mostrado interés por el proyecto e intentamos implicar en el proyecto a colectivos de gran peso específico del municipio. A los representantes del Ayuntamiento y a los miembros de Aranzadi también nos juntan los jóvenes de las escuelas del pueblo. De hecho, se ha querido que los jóvenes sean actores en este proyecto de recuperación. Antes de comenzar el trabajo práctico, realizamos dos días de exposición para fijar los criterios. Una vez hecho esto comienza el trabajo externo.

Una vez agrupados los alumnos se dirigen a visitar los caseríos del pueblo. Según los criterios dados anteriormente, elaboran una lista de objetos de interés que han encontrado en el caserío. Desde el punto de vista etnográfico, aunque estos datos no son muy precisos, sirven para una primera aproximación. Con ello se quiere decir que el trabajo con los alumnos es un trabajo pedagógico y no científico. Esta experiencia les permite conocer la realidad que existe y no es la propia del pueblo.

Esta primera fase del trabajo tiene una duración de 2 meses. En base a los datos recogidos por los alumnos, los miembros de la Sociedad de Aranzadi nos dirigimos a estos caseríos para ver y enumerar objetos de interés etnográfico. A continuación se recogen los más importantes para su exposición pública. Aunque parezca sencillo, este último paso es un gran trabajo. Por un lado, debemos superar la desconfianza que los propietarios de estos objetos puedan tener con nosotros y, por otro lado, debemos advertir de su importancia. Eso es más difícil de lo que la gente pensaba.

Elhuyar: Es innegable que estas piezas expuestas en la exposición tienen un valor sentimental para la ciudadanía. Pero científicamente, ¿para qué va a utilizar el Departamento de Etnografía de Aranzadi estos datos?

Con Fermin Leizaola a la cabeza, Iosu Tellabide, Juan Antonio Lejarza e Iñaki Agirre de la Sociedad de Aranzadi están trabajando en el proyecto “Zaharrinak”. En cualquier caso, consideran fundamental la colaboración prestada por la ciudadanía.
Fotos EKAITZ

F. Leizaola: Este proyecto tiene dos objetivos principales. Concienciar a los vecinos sobre el patrimonio que tienen en el municipio y completar el Patrimonio Histórico de Gipuzkoa. En cuanto al primer objetivo, las exposiciones locales nos ofrecen esta posibilidad de integración. En cuanto al segundo, se está elaborando el catálogo del patrimonio mueble. Clasificamos y fichamos cerca del 50% de las piezas recogidas en los pueblos. El principal criterio que utilizamos para ello es el de ser reflejo de nuestro patrimonio. Con ello se quiere decir que hemos priorizado el análisis de la situación de nuestro patrimonio. Hemos querido reivindicar que aunque para muchas personas son nulas, como parte importante de nuestra historia, hay que guardarlas y respetarlas.

Elhuyar: ¿Cómo valoraría el trabajo realizado hasta ahora?

F. Leizaola: Ha sido muy enriquecedor. En Aranzadi hemos pasado muchos años en tareas similares, pero este proyecto nos ha permitido realizar una radiografía más precisa. Hasta ahora hemos estado en Andoain, Zerain, Asteasu, Azpeitia, Zaldibia, Deba, Errezil y Usurbil, y nos gustaría ir a más municipios para completar nuestro trabajo. En cualquier caso, lo realizado hasta ahora sería imposible sin la ayuda de quienes nos acogieron en esos pueblos. La Sociedad Aranzadi está realizando un gran esfuerzo para dar a conocer mejor nuestro patrimonio. Que sirva para ayudar a recuperar la dignidad de nuestro pasado.

Fermin Leizaola se quejó de la indiferencia que la sociedad ha demostrado hoy en día sobre el patrimonio histórico. “Las piezas apiladas en casas o caseríos tienen un gran valor etnográfico. Desgraciadamente, los ciudadanos no tienen la misma percepción y muchas veces descartan estos objetos. Olvidamos que el nuestro es un pueblo que vive unido a este legado y que todas estas pequeñas piezas que hemos reunido dan sentido a nuestra vida”.

Fermin destacó que estas pequeñas cosas que componen el patrimonio mueble tienen el mismo valor histórico que las grandes construcciones: “A estas pequeñas cosas que se encuentran entre polvo no les damos importancia. Sin embargo, estas pequeñas cosas nos proporcionan una gran información porque constituyen nuestro patrimonio mueble. Concienciar de ello y hacernos sentir orgullosos de nuestra historia son los objetivos principales del proyecto “Antigüedades”.

A continuación realizaremos una breve explicación de las fotografías.

En las fotos primera y segunda se pueden ver los útiles del caserío. Leizaola nos indicó que este tipo de materiales requiere una gran preparación previa, ya que, entre otras cosas, las piezas deben ser limpiadas, tratadas y expuestas. En cualquier caso, el proyecto “Zaharrinak” es una exposición sencilla, por lo que no se da el tratamiento detallado de las piezas para su colocación en los museos.

En la tercera imagen se pueden ver los arrecifes. Según la coordinadora de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, se han podido recoger todo tipo de elementos. Fermin también nos dijo que los yugos de Euskal Herria tienen características propias.

En el cuarto se pueden ver los útiles del hogar: máquinas de coser, hierros de lisa, etc. Estas piezas son especialmente atractivas para el visitante. Explican cómo era la vida antigua y si bien tienen relación directa con los utensilios domésticos que utilizamos en la actualidad, la evolución de estos años es evidente.

En el quinto, Fermín muestra el fuelle de humo y la colmena que utilizan los apicultores.

En la sexta foto se muestran los útiles de las angulas. Con el objetivo de dar cabida a las particularidades locales, el proyecto “Zaharrinak” de Usurbil ha mostrado las herramientas y herramientas utilizadas para la captura de angulas.

En la séptima foto podéis ver las herramientas de la carpintería. Las piezas pequeñas y grandes se colocaron a la vez en la exposición de Usurbil.

En la octava foto podéis ver el kaiku viejo. Al margen del País Vasco, no se utilizan kaikus, lo que da un valor intrínseco al kaiku utilizado en nuestros caseríos para el descenso de vacas y ovejas.

La novena foto nos muestra las fotos, imágenes y documentos antiguos cedidos por los baserritarras del pueblo. Curiosamente, estas piezas tienen un gran valor para analizar la evolución de la sociedad.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila