Siempre se ha dicho que los descubrimientos se consiguen gracias al trabajo, al conocimiento y al tiempo, pero en algunos casos la suerte también ayuda mucho. Podría pensarse que en 1895, en el caso del científico Wilhelm Conrad Röntgen, todos estos factores influyeron. En el laboratorio se estaba estudiando qué ocurría al pasar la corriente eléctrica a través de un gas a baja presión, y gracias a este trabajo descubrió nuevos y diferentes tipos de rayos.
Era la tarde del 8 de noviembre de 1895. Rodeaba el tubo de descarga con un cartón grueso y trabajaba en una habitación oscura aislada de la luz. Frente a este tubo de descarga se colocó una fina lámina de platicianuro de bario que observó que durante el funcionamiento del tubo de descarga emitía rayos fluorescentes. En los experimentos realizados a continuación intercaló objetos de diferente grosor en el recorrido de los rayos y comprobó que al reflejarlos en la placa fotográfica tenían distinto grado de transparencia. Por un momento, colocó la mano de su mujer en el recorrido de los rayos y la sombra de los huesos de su mano apareció claramente sobre la placa fotográfica. La carne de mano también podía destacarse, aunque más difusa que los huesos.
Wilhelm Conrad Röntgen (1845-1923).Este fue el primer röntgenograma obtenido. En los experimentos realizados desde entonces, Röntgen demostró que estos nuevos rayos se producen al chocar los rayos catódicos contra el objeto material. Los matemáticos llaman X al número desconocido y siguiendo esa costumbre Röntgen bautizó el rayo con el nombre de rayos X. Más tarde, Max von Laue y su equipo de investigadores descubrieron que los rayos tenían el mismo origen electromagnético que la luz.
Pero, ¿qué son los rayos X? Los rayos X son un tipo de onda electromagnética. Y tienen una longitud de onda diez mil veces más corta que la luz visible (10 -12 cm de longitud de onda). Por tanto, son mucho más energéticos que la luz visible. Son muy penetrantes y pueden causar daños graves en el organismo (destrucción de tejidos, quemaduras de piel, daños al ADN, etc.). Los efectos biológicos que provocan las radiaciones se miden mediante dosis equivalente y su unidad es el sievert (Sv). Si las dosis recibidas son altas, los daños son inmediatos. En dosis bajas, sin embargo, los daños aparecen a más largo plazo.
Primer röntgenograma obtenido.Dependiendo del espesor, densidad o composición de los tejidos de los cuerpos, los rayos X se absorben de forma diferente según se atraviese el cuerpo. Por ejemplo, cuando los rayos X atraviesan nuestro cuerpo, se contrarrestan de forma más acusada en los huesos, por lo que la sombra de los huesos es más limpia en la imagen de rayos X. Por tanto, en las radiografías las sombras nos proporcionan información sobre la estructura interna.
El ser humano no puede verlos a simple vista, pero al ser capaz de ennegrecer emulsiones fotográficas, pronto se aplicaron a la medicina para, entre otras cosas, realizar radiografías. De hecho, las radiografías son imágenes obtenidas como consecuencia de la acción de los rayos X.
Las radiografías que se realizan con rayos X son aquellas que se realizan en el hospital o en el ambulatorio. Sin embargo, no hay que olvidar que además de explorar nuestros huesos, son muy útiles para otras muchas tareas.
Además de la medicina, los rayos X son muy utilizados en la industria. La difracción de rayos X se realiza para corregir los cambios en las composiciones químicas y los fallos en el interior de los materiales. La espectroscopia por difracción de rayos X sólo puede estudiar la estructura cristalina. Sin embargo, esta técnica analítica ha cobrado gran importancia, entre otras cosas, en la investigación de proteínas. Las proteínas se aíslan y cristalizan primero. A continuación se envían los rayos X, y si se mide la cantidad y posición de los rayos que se difractan, se puede conocer la estructura tridimensional de la molécula.
En la imagen superior, imagen captada por los rayos X por el telescopio Chandra de la NASA. Abajo, la imagen óptica. (Fotos: ANDÉN).Otro uso importante se realiza en obras artísticas, sobre todo en cuadros. De hecho, los rayos X permiten conocer el estado de las pinturas y su procedencia. La radiografía también ‘denuncia’ las técnicas que ha utilizado el pintor o los últimos retoques que ha dado al trabajo.
Los rayos X también tienen su aplicación en astronomía. De hecho, algunos telescopios, como el Telescopio Chandra de la NASA, reciben rayos X en lugar de luz visible, y después, normalmente, emparejan la imagen óptica con la recibida a través de rayos X. En esta última siempre se observan los detalles con mayor precisión.
La fama adquirida de este importante descubrimiento permitió a Röntgen dedicar gran parte de su vida a la naturaleza, un montañero apasionado y amante de la naturaleza. Murió el 10 de febrero de 1923 en carcinoma intestinal.