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Historia de la Construcción Naval V: Edad de los Viajes Largos

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XV. En el siglo XIX, la proliferación de viajes por el océano Atlántico hacía necesaria una herramienta de seguridad en la navegación. Para recorrer el Mediterráneo o el Canal de la Mancha no era necesario nada. Al estar siempre cerca de la Costa, por no perderse en el mar, bastaba con tener un mapa y una rosa de viento como máximo. En el océano abierto, sin embargo, las corrientes marinas, los vientos o las tormentas podían desviar fácilmente las embarcaciones. Los mapas de entonces tenían, además, poca precisión, y los marineros caminaban en alta mar.

El “palo de Jacob” solucionó el problema. Era un palo con cursor que servía para medir la latitud. Al girar el cursor se podía medir aproximadamente el horizonte y el ángulo que formaba el sol. Pero, ¿cómo medir la longitud? Este problema era más difícil de resolver. Pero la solución surgió del estudio de la Geografía de Ptolomeo.

Sin embargo, los primeros exploradores del Atlántico, XIV. A principios del siglo XX se iniciaron en las Costas de África. Necesitaba oro, especias y nuevas vías comerciales. Como en el Mediterráneo había otomanos, los genoveses, venecianos y portugueses buscaron otro camino hacia las Indias. Descubrieron las Islas Azores, Madeira, Zaire, etc. Uno de los grandes impulsores de estos viajes fue el portugués Enrique Marino.

Cristóbal Colomb tenía otro proyecto. Creía que la Tierra era redonda, quería llegar a las Indias por el oeste a través del mar. Partió con los barcos "Pinta", "Niña" y "Santa María", con los marineros vascos, y aterrizó en la isla de Guanahaní, en el Mar Caribe, en las Indias. Colomb realizó desde entonces otros tres viajes a las Indias occidentales.

El italiano Americo Vespucci descubrió lo que las Indias occidentales formaban el nuevo continente y de ahí el nombre de América.

En 1519 Magallanes partió hacia el oeste con cinco naves para llegar a las Indias asiáticas. Finalmente, un solo barco volvió a casa bajo las órdenes del getaria Elkano dando la vuelta al mundo por primera vez.

Ingleses y franceses al norte de América (Groenlandia, Canadá, etc.) fueron, como los vascos solían ir a la pesca de la ballena.

Además, desde que se descubrió el camino a América, el crecimiento del comercio marítimo fue espectacular. Esto hizo que los astilleros vascos trabajaran mucho. Por encargo de Henry V, en Francia, se construyó en Baiona un barco de dos mástiles en 1418.

En Euskal Herria se fabricaba principalmente el "nao". Era una gran nave comercial. Tenía un castillo en la proa y otro en la popa. En el mástil de proa y en el mástil principal tenía velas cuadradas, pero en el de mesana el latino. En los castillos se protegían los arqueros y alcazadores para la defensa del buque.

En los astilleros de Euskal Herria también fabricaban "galeones". El galeón tenía tres mástiles con velas cuadradas que se usaban para viajar a América. Está claro que eran barcos grandes, rápidos y bien armados. El "Santa Ana" realizado en Pasaia, por ejemplo, contaba con 68 cañones.

Los barcos tenían que tener cañones. En la conquista del océano competían distintas potencias y cualquier barco atacaba en el mar a otro. Al tener que transportar cada vez más cañones, armas y carga, empezaron a construir embarcaciones más grandes. Pero por otro lado, para escapar de los agresores necesitaban de barcos rápidos. Solucionaron el problema de otra manera. Las embarcaciones realizaban viajes en grupo a América. Mientras unos barcos transportaban géneros, otros se refugiaban incluso en el robo.