El objeto cósmico de Tunguska, XX. El misterio del siglo XX

Orobengoa, Olatz

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

30 de junio de 1908 “A las siete de la mañana, estaba en el exterior de la casa. De repente, el cielo se dividió en dos y el cielo sobre el bosque del norte comenzó a arder. Yo sentí un calor increíble, como si mi camisa estuviera en el fuego... En ese momento se escuchó una explosión en el cielo... La fuerza me envió a 600 metros del portal y por un momento me perdí el conocimiento. Tras el de Danbat la tierra se asustó...”

En las cercanías del río Tunguska, en la taiga central de Siberia, nadie conoció lo que ocurrió ese día hasta mucho más tarde. Algo que provocó una catástrofe terrible desde el cielo se cayó, y los únicos que vieron directamente lo sucedido fueron unos ciervos de nieve y los hombres que los cuidaban.

Entorno actual del río Tunguska.

El objeto cósmico de Tunguska, llamado así por los científicos, es uno de los acontecimientos más sorprendentes del último siglo. Tuvo consecuencias terribles en la zona, pero hasta 19 años después el gobierno ruso no envió a nadie a analizar lo ocurrido.

La gente de estas zonas dijo que el dios del rayo les envió la maldición y que aquel lugar estaba encantado. Nadie se atrevía a acercarse. Sin embargo, en abril de 1927 Leonid A. El científico llamado Kulik, con el objetivo de conocer los hechos, se lanzó a conocer los alrededores del río Tunguska. Con lo recogido y escuchado en él, dedujo que el objeto caído del cielo fue un meteorito. Pero, a pesar de haber hecho numerosos agujeros en el suelo y de estudiar miles de árboles, no encontró parte del objeto en ningún sitio. En 1929 y 1938 realizó otras dos expediciones al entorno de la explosión, pero nunca encontró cráter o restos del objeto. En 1942, Kuli murió durante la Segunda Guerra Mundial en un campo de concentración nazi.

Gracias a los datos y testimonios recogidos por Kulike, la comunidad científica conoció el suceso de Siberia y desde entonces se han realizado numerosas investigaciones para averiguar qué pasó allí.

Consecuencias de la explosiva explosión

Leonid A. Culis.

El epicentro de la explosión se encuentra en las proximidades del río Tunguska, en coordenadas a 101 ºE y 62 ºN. Inmediatamente después de la explosión del objeto, se produjeron terremotos en el Centro de Meteorología y Magnetismo de Irkutsk, a 900 km del epicentro, un terremoto de magnitud 5 en la escala de Richter. La explosión se escuchó a 500 km y a 170 km se observó un objeto similar a una bola de fuego cayendo del cielo al suelo. Las ventanas de las casas situadas a 60 km se rompieron y la fuerza de la explosión lanzó al aire gente situada a 30 km.

El objeto estalló en el cielo, a unos 8 km del suelo. Y liberó 10 23 erg de fuerza, 40 megatonas de TNT, 2.000 veces más fuerte que la bomba atómica lanzada en Hiroshima. Como el objeto se disolvió totalmente en el aire no dejó cráteres en el suelo.

¿Una cometa o un agujero negro?

Con todos estos datos sorprendentes, los científicos han publicado numerosas teorías sobre la naturaleza del objeto. Algunos han afirmado que podía ser un cometa o meteorito, mientras que otros han dicho que podía ser una roca antimática o un diminuto agujero negro perdido en el espacio.

Quienes propusieron la hipótesis de la Antimatería afirmaron que la explosión de una roca de este tipo tendría una influencia similar a la de Túnez. Sin embargo, con el paso de los años la hipótesis ha ido perdiendo fuerza al no existir evidencia clara. Lo mismo ocurrió con la hipótesis del agujero negro.

Trayectoria del objeto.

En la actualidad, investigadores de la Universidad de Bolonia y de la Universidad de Moscú investigan el suceso y organizan la expedición a Túnez casi todos los años. Dos son las respuestas al misterio de Tunguska: con la duda de si el objeto era un cometa o meteorito, se han publicado varios artículos científicos que confirman ambas hipótesis.

Según los impulsores de la teoría del cometa, la explosión de un meteorito en la atmósfera es muy difícil, mientras que los cometas están hechos de materiales no muy densos, por lo que es posible que explote en la atmósfera. Además, en las noches posteriores a la explosión en Europa hubo una luminosidad insólita. A las 1:45 de la noche escribieron en un periódico inglés que era posible leer un libro sin luz. Dicen que la luminosidad se produjo por efecto del polvo cósmico, que era consecuencia de la explosión del cometa.

Actualmente la única huella de la explosión son unos troncos caídos.

Quienes impulsan la teoría del meteorito también tienen argumentos a su favor. Dicen que el meteorito que entra en la atmósfera a una velocidad de entre 12 y 20 km/s sufre un fuerte shock mecánico. Este shock puede llegar a ser suficiente para explotar piedras de un tamaño específico. El objeto de Tunguska tenía un diámetro de 50-60 m, para los que se consideraba un tamaño de explosión adecuado.

El artículo científico, publicado hace un año por el equipo de Bolonia, confirmó que el objeto era meteorito. Para ello se analizaron 1.160 posibles órbitas del objeto. Además, analizando las muestras de suelo recogidas durante años alrededor del epicentro, se detectaron concentraciones de nitrógeno, iridio y carbono más elevadas de lo normal.

Los italianos, al discutir cuál puede ser la composición del meteorito, comentaron que algunos meteoritos tienen órbitas parecidas a cometas y que hay también materiales poco densos. Como ejemplo se citó el cuerpo 1979 VA: También conocido como cometa P/Wilson-Harrington y asteroide Wilson-Harrington (4015).

Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila