PCB´s (y II): barreras de gestión

En el artículo anterior os informamos de las consecuencias que producen los PCB. En esta ocasión os informaremos de los métodos de tratamiento de los mismos y de los medios para afrontar el problema, con el fin de que podáis tener una visión global del problema. “A la vista del borrador de ley que está en debate se pueden pensar en situaciones de descontrol.”

No existen opciones inocuas para el tratamiento de PCB

El tratamiento de los PCB se realiza mediante métodos térmicos, químicos y biológicos. Todos generan problemas por un lado o por otro. Entre todos ellos, la incineración es lo peor, ya que los PCB, por contener cloro en su molécula, son pioneros de las dibenzo-p-dioxinas policloradas y de los dibenzofuranos policlorados. El proceso de destrucción termoquímica denominado CTZ se basa en la reacción exotérmica entre compuestos orgánicos halogenados y silicatos de calcio, en un ambiente libre de oxígeno y a una temperatura de 600-800 ºC. Cualquier cambio de condiciones en este sistema puede dar lugar a la fuga de sustancias peligrosas. Por lo tanto, no es del todo seguro.

Entre los tratamientos químicos hay varios. El Sun Ohio PCBX se basa en el uso de compuestos orgánicos de sodio, generando cloruro sódico y restos de polímeros con tendencia a la degradación. Este sistema también descontamina en concentraciones inferiores a 2 ppm. Este sistema está siendo utilizado en Canadá y Nueva Zelanda.

Por otra parte, en el sistema denominado Decloración Catalítica Básica/(BCD, Base Catalyzed Dechlorination) se utiliza gas de hidrógeno a alta presión para la decloración de los productos. Lo más negativo es el riesgo de explosión del gas de hidrógeno. En Euskal Herria hay un proyecto que funciona con este sistema, que todavía no se ha puesto en marcha y que está pensado para transformar el lindane en lugar de tratar los PCB. Greenpeace considera lo más recomendable entre todos los sistemas de tratamiento de PCB.

Los PCB también pueden ser eliminados por procesos de degradación biológica. Así se ha demostrado a través de numerosos estudios realizados hasta la fecha. Pero este sistema aún no se ha aplicado ampliamente.

El almacenamiento también puede considerarse un sistema de tratamiento. Esto no consigue eliminar el PCB, ya que es una opción temporal. Sin embargo, mantener los PCB bien aislados del medio ambiente mientras se inventen tratamientos adecuados parece una opción aceptable. Este método requiere siempre disponer de mecanismos de control adecuados.

Medios para afrontar el problema

Ante la elevada peligrosidad de estos compuestos, se firmó un acuerdo internacional para eliminar todos los PCB de cara al año 2010. El Estado español también se adhirió al acuerdo denominado Convenio del Parco 92/3. Por su parte, la Unión Europea publicó una Directiva obligando a todos los Estados miembros a eliminar todos los PCB antes de ese año.

En cuanto a España y Hego Euskal Herria, la situación es bastante oscura. A pesar de que existen inventarios de transformadores y condensadores que contienen PCB, todavía no está claro el alcance del problema por dos motivos: por un lado, los inventarios no se hacen públicos y por otro, los datos de estimaciones son muy diferentes. Algunos dicen que hay 65.000 toneladas de transformadores y condensadores en todo el estado y otros dan una cifra de 115.00.

Es evidente la poca credibilidad de los inventarios. Actualmente existe un borrador de ley en debate. Además de una propuesta excesivamente generalista, deja los criterios de gestión de los PCB en manos de las asociaciones autónomas. Con ello se pueden pensar en situaciones de descontrol. Además, aunque parece razonable que la elaboración de un buen inventario es una condición primordial para la correcta gestión de este compuesto tóxico, la propuesta legislativa no indica claramente que sea necesario hacerlo.

Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila