Elh.- ¿Cómo planteasteis vosotros en la expedición el problema de la salud?
J.F. En una expedición como Azkona- Gurea, es decir, un grupo de amigos sin mucho dinero, todo el que se desplace al monte tiene que aportar algo para conseguir la montaña. No puedes aceptar a una persona que no va a aportar directamente desde el punto de vista del alpinismo y que va a costar el dinero de llevárselo. Por eso un miembro del espidizo tendrá que asumir el trabajo del médico y en esos asuntos suele ser el más aficionado. En este caso a mí me supo hacer de médico.
Elh.- ¿Cómo planteó su trabajo?
JFA.- La Federación de Montaña cuenta con un médico especialista en medicina deportiva, Ramón Garate, que se encarga de asesorar a las expediciones desde el punto de vista sanitario. Me dirigí a él. Según el tipo de expedición, el tamaño y otros factores, tiene preparados unos modelos de botiquín. Es decir, si viajas al Himalaya, hay que llevar estos medicamentos y además si sois cinco personas la otra aspirina.
Elh.- ¿Cómo son los problemas que se pueden encontrar en el Himalaya?
JFA.- Acudiendo al Himalaya se pueden dividir en tres grupos los posibles problemas de salud. Por un lado, los habituales entre nosotros: catarros, etc. Por otro lado, la presencia de enfermedades tropicales en el medio ambiente tropical de Nepal. Y por último, los problemas relacionados con la altitud, típicos de las alturas.
Si tenemos en cuenta las enfermedades tropicales, es conveniente tomar algunas vacunas antes de salir. Se deberá tomar la vacuna bucal contra la malaria. También anti-hepatitis, porque al margen de la hepatitis mejora mucho el estado inmunológico del cuerpo. Otro problema son las disenterias. No es extraño que el estado de salud no sea bueno o que se encuentren aguas o alimentos en mal estado. A un viajero normal, con menos de tres días de antigüedad, no le perjudica mucho, pero al montañero que tiene que subir al monte puede perder la forma. Además de Nepal, la disentería es una zona endémica de la amebia, por lo que debes saber cuál es la causa ante la diarrea para luego darle el medicamento más adecuado.
En el botiquín ofrecido por Ramón Garate había un corilio para los ojos. En un principio no nos parecía muy útil, pero al final fue de otra manera porque tuvimos muchas infecciones oculares.
Lh.- ¿Cuál es la causa de estas infecciones?
DFG.- Sobre todo bajo nivel de salubridad ambiental. Sin saber por qué el ojo se levantaba por la mañana como una pelota de ping-pong. Estos problemas oculares se nos ocurrieron en una zona determinada durante la ida y la llegada.
Lh.- ¿Qué problemas plantea la altura?
JFA.- Los problemas más graves en este tipo de expedición son los provocados por la altitud, ya que si es fatal puedes perder la vida. Al subir hacia arriba la presión parcial del oxígeno atmosférico va disminuyendo, el cambio de oxígeno en los alvéolos pulmonares es menor y por tanto el aporte de oxígeno en la sangre disminuye. ¿Cómo soluciona el cuerpo este problema? En un principio acelera los ritmos cardíaco y respiratorio. El corazón realiza 120 pulsaciones por minuto en lugar de 60 habituales y consume mucha energía. El organismo debe compensarlo, gastar menos energía, aumentando la concentración de células rojas en la sangre.
Se produce un fenómeno muy curioso. Cuando se le hace alguna herida, como el hielo o el piolet, el color de la sangre es mucho más intenso que el normal; puede decirse que no es rojo y tiene un color granate; se engorda mucho, con textura de chocolate. Esto es debido a que tienes muchas células rojas en la sangre, concretamente poliglobulia.
Elh.- He oído que el edema pulmonar es uno de los problemas de la altitud. ¿Qué nos puede explicar al respecto?
JFA.- Como he dicho antes, uno de los mecanismos que utiliza el cuerpo para combatir la escasez de oxígeno es el aumento del ritmo cardiaco. Esto provoca un aumento de la presión sanguínea precapilar en los alveolos y una presión excesiva para que la sangre circule con normalidad en los alveolos pulmonares. El resultado es la acumulación de agua en los pulmones, el edema pulmonar. Edema es el resultado de un mecanismo de acondicionamiento que supera los 3.000 m. Después de pasar el sexto día por encima de los 3.500 m, desaparece el riesgo de que se produzca el edema pulmonar debido a que el mecanismo de poliglobulia ha comenzado a trabajar.
Los síntomas del edema pulmonar son tos, expectoración y disnea
Elh.- ¿Qué hacer ante la aparición de síntomas del edema pulmonar?
DFG.- Sólo tiene una buena solución: Descender por debajo de 2.500 m. Cuando hay un problema de altitud, como el edema de los pulmones o el edema cerebral que voy a explicar más tarde, la persona con este problema no se ha adaptado a la mente. Quiero decir que a medida que la persona que no tiene problemas se va aclimatando, después de unos días en esa altitud. Pero quien haya tenido un problema de aclimatación no conseguirá nada en esa altitud. Será peor, porque a medida que pasen los días su estado de salud se irá agravando. Lo mejor es perder altitud lo antes posible.
Elh.- Acaba de citar el edema cerebral. ¿Qué es?
JFA.- El edema cerebral es consecuencia de la poliglobulia. La sangre, al tener muchas células rojas, se vuelve muy gruesa y tiene dificultad para caminar por los estrechos vasos sanguíneos. Y como ocurre en los pulmones, cuando hay dificultad para la circulación sanguínea en el cerebro, el agua comienza a acumularse en las membranas cerebrales. El agua almacenada en el cerebro presiona y puede causar la muerte.
He visto algún caso así y es emocionante. En los Andes vi un inglés en el 86 y sobre la causa de un edema cerebral, un ser humano vegetal: tenía una mirada perdida, no oía, no sentía ni sufría. Además, esta situación no tiene retorno.
Lo típico de los andes es el edema pulmonar. Hay que hacer una aclimatación muy rápida y la altitud de los montes es menor. Cogen el autobús en los Andes en Lima y un día te suben al altiplano, a 4.000 m. No hay una forma de aclimatación adecuada. Sin embargo, en el himalaya pueden producirse más fácilmente edemas cerebrales, ya que la altitud es mayor.
Los síntomas más importantes del edema cerebral son la falta de coordinación y el choteo. Se plantea un tipo de test para detectar posibles sumas sencillas cuando se baja cada mañana. Si no lo consigues, lo mejor es empezar a bajar lo antes posible.
Elh.- ¿Habéis tenido problemas de congelación?
JFA.- Bueno, te voy a explicar el mecanismo de las congelaciones. Existen dos causas principales. Por un lado, la poliglobulia. La sangre es más gruesa y tiene dificultad para circular por los estrechos vasos sanguíneos de las extremidades y no puede llevar el calor necesario. Por otro lado, la fatiga hace que la sangre vaya a los órganos necesarios para vivir en mayor medida (cerebro, riñones, pulmones) y no a las ramas.
¿Qué hacer contra el engorde de la sangre? Hay que beber mucho. A altitud se pierde mucho líquido. El ambiente es muy seco, ya que arriba la presión del vapor de agua también es baja. En la respiración se pierde mucho líquido. La base de la alimentación son cosas secas, no puedes subir verduras. Tienes que conseguir todo el agua derretiendo la nieve y es un trabajo muy cansado. Imagínate que llegas a la tienda cansado al final del día y tienes que estar mucho tiempo calentando la nieve en el fuego para que no se caiga, sacar la mano de la nieve fuera... Yo la mañana anterior a la cima estuve 2 horas y media para conseguir 7 litros de agua. Estás en contra de tu voluntad porque estás cansado y preferías estar dormido, pero si quieres perdurar tienes que hacerlo obligatoriamente.
Elh.- ¿Podría decir si era sobre la alimentación que habéis tenido?
JFA.- En expediciones como la nuestra existen tres tipos de alimentación: la de marcha de aproximación, la del campamento base y la de acampada en altitud. Nosotros compramos en Nepal los alimentos que comimos en la marcha de aproximación y en el campamento base: macarrones, pastas, bollería, mermeladas, pan, verduras, etc. Además, tomábamos concentrados vitamínicos para equilibrar la dieta. En los campamentos de altitud tomábamos alimentos deshidratados y concentrados vitamínicos. Era imposible tomar alimentos frescos, ya que por un lado el peso a subir aumenta mucho y por otro el riesgo de perder. Sin embargo, sin mirar al peso subes un capricho. Nosotros, por ejemplo, subimos un pico de chorizo.
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Concluimos así el diálogo que mantuvimos con Juan Fernando Azkona sobre el Goimendi y ahora nos parece que sabemos algo más.