Debido a sus especiales características, desde que las primeras fotografías llegaron a la Tierra, Tritón atrajo la atención de los investigadores. Es más, este satélite de Neptuno fue el protagonista de la última fase del viaje de Voyager 2. Sin embargo, antes de que el Voyager 2 llegue a Tritón, era conocida una característica que distingue al satélite de todos los demás del sistema solar: Neptuno gira alrededor de su eje contra las agujas del reloj, mientras que Tritón se mueve alrededor del planeta como las agujas del reloj. Y esto no ocurre en ningún otro lugar del sistema solar.
Para los astrónomos tiene otro misterio. Su atmósfera es muy fina, pero sin embargo, su superficie es muy reducida, mucho menos visible que otros planetas y satélites de este tipo. Es un poco menor que la Luna y en cuanto a su tamaño y densidad se puede decir que Plutón y Tritón son muy similares. Al parecer, Tritón está formado por una mezcla de roca y hielo, y no sólo de hielo, como creían algunos astrónomos.
La atmósfera se parece a la del Titanio. Junto con este satélite y la Tierra de Saturno, son los únicos que tienen como componente principal el nitrógeno. Además del nitrógeno, tiene algo de metano. Las capas de nubes que han visto en Tritón están formadas por nitrógeno helado.
Es más frío que cualquier otro objeto del Sistema Solar, con una temperatura superficial de -235 ºC. La superficie de Tritón absorbe muy poca radiación solar.
Una vez comentadas todas estas características, no penséis que ahí acaba todo. Hay que contar más.
Voyager 2 ha sido la única nave espacial que se ha acercado a Tritón. Fue en agosto de 1989. Y en realidad, las cámaras de Voyager 2 recibieron datos curiosos. Quizá más sorprendentes que joyas.
Pocos esperaban encontrar la joven superficie de Tritón y de estructura geológica diversa. Y así fue, no encontraron rastro de piel helada y lenta. Por el contrario, se vieron cañones anchos, cráteres, picos, charcas heladas y enormes grietas. Pero el descubrimiento más sorprendente fue sin duda el de los volcanes.
Tritón, Io y Venus son, además de la Tierra, los únicos sistemas actualmente activos volcánicos en el sistema solar. También fue Marte. Eso sí, en cuanto a la erupción, todas son muy diferentes. Por ejemplo, los volcanes terrestres y de Venus emiten material pedregoso, Ion sulfuro y/o compuestos sulfurosos, y Tritón, compuestos volátiles como nitrógeno y metano.
Como se ve, hay algo que analizar en este singular satélite remoto. Además de las características físicas, las incidencias geológicas también tienen mucho que decir. Y, por si fuera poco, el proceso de creación de Tritón también genera muchas dudas entre los expertos, ya que todavía no se ha resuelto si se había formado como otros satélites del sistema solar.
En los gigantes gaseosos, Júpiter, Saturno, Urano y el propio Neptuno, es el planeta más alejado del Sol. Los gigantes gaseosos son planetas impresionantes formados principalmente por gases. Neptuno, con atmósfera, es casi 60 veces mayor que la Tierra. De ahí sacar las cuentas.
Neptuno está rodeado de un sistema de ocho lunas. Todas estas lunas son generalmente pequeñas, pero hay una que es grande y especial, Trito.
La composición de Neptuno es similar a la de Urano, bastante uniforme. Sin embargo, tiene un pequeño núcleo sólido a tamaño de la Tierra. La atmósfera es principalmente hidrógeno (85%) y helio (13%) y contiene algo de metano (2%).
Como en cualquier planeta de gas, en Neptuno se producen fuertes vientos y fuertes tormentas. Sus rachas de viento son las más fuertes del sistema solar, alcanzando una velocidad de 2.000 km/h.
Al igual que Júpiter y Saturno, Neptuno también tiene una fuente interna de calor que irradiaba más del doble de la energía que recibe del Sol. Y los días son algo más cortos que en la Tierra, de 16 horas y 6,7 minutos.
El diámetro de Neptuno es aproximadamente cuatro veces mayor que el de la Tierra. Además, es el planeta más denso de los planetas gigantes. En las fotos aparece Neptuno en color azul. ¿Por qué? El metano es el principal responsable de ello. De hecho, el metano presente en la atmósfera absorbe la luz roja, que en el espectro aparece en pequeñas longitudes de onda. Y refleja todo lo que no absorbe: las longitudes de onda más altas del espectro o la zona azul. Por eso se ve el azul de Neptuno.