Ahí está la imagen de un mapa del tiempo, como los que salen todos los días en la tele. Es una de las que se revisan sistemáticamente varias veces al día en las oficinas meteorológicas. Es difícil encontrar dos mapas casi iguales. Completamente iguales, de nuevo imposible. Pero en casi todas ellas veremos los mismos elementos: isobaras, depresiones, anticiclones, frentes de lluvia o chubasco...
El mapa del tiempo es una foto de la atmósfera que muestra una foto hecha con una luz especial o cosas que no se pueden ver a simple vista. Si la sucesión de este tipo de mapas fuera como una película, sería serial inacabable y podríamos ver que la atmósfera es algo vivo; nos daríamos cuenta de cómo nacen, se desarrollan, a veces se multiplican, se desplazan y mueren depresiones, anticiclones y frentes.
Gracias a la prensa, la radio y la televisión, las palabras y frases científicas propias del léxico meteorológico que hasta hace pocos años sólo conocían los especialistas son hoy conocidas entre el público. La gente sabe bastante bien qué es la depresión. Para algunos el anticiclón de las Azores es el padrino de la meteorología del Estado español, o el del Pacífico de América, y muchas otras cosas de la ciencia del tiempo son cada vez más conocidas. Aquí trataremos de tipificar y aclarar este rompecabezas de ideas y palabras, este maremagnum. Formaremos ideas y palabras para que las lises y te resulten más útiles.
El mapa presentado es el mapa de superficie. Esto significa: Es la representación de las condiciones atmosféricas de la superficie terrestre, a nivel del suelo, más concretamente a nivel del mar medio. Como todas las fotos, este mapa corresponde a un momento. Es decir, en ella aparecen las condiciones meteorológicas a nivel de superficie en un momento dado: las correspondientes a la hora del mapa.
Como comprenderéis, las miles de observaciones necesarias para plasmar un mapa de este tipo deben realizarse de forma conjunta y con total puntualidad en sus respectivos observatorios: es el caso más claro de cooperación internacional. Un observatorio aislado sirve para poco. Todo el Estado, por supuesto. Son necesarias, eso sí, cada célula cerebral como es necesario: en caso de falta de una u otra, no funciona correctamente; todas deben ir juntas.
Y en tierra, a través del mar, miles de observatorios distribuidos por todo el mundo deben, al mismo tiempo, ser opuestos y concentrados en los centros de análisis y predicción. Los resultados de todos ellos emitidos por radio, telégrafo o teletipo a una velocidad superior a la de los satélites o por telefotografía, descodificados y transcritos sinópticamente a los mapas de trabajo, constituyen el conjunto de líneas, números y letras que vosotros veis. Explicemos el significado de estas últimas.
Los encontraréis en los mapas. Son líneas concéntricas denominadas numéricas 1000, 1004, 1008... que aparecen en muchas comarcas. Casi siempre vienen numerados con un rango de cuatro, aunque en algunos Pueblos —rara vez— aparecen con un rango de cinco.
¿Qué son las isobaras? La palabra proviene del griego y significa la misma presión. Por lo tanto, puede pensarse que se trata de líneas que pasan por puntos de la Tierra con la misma presión atmosférica en el momento de las observaciones. Es posible que lleguen a preguntarse ¿y qué es la presión?
Cuando se dice que la presión atmosférica es de 715 milímetros, ¿qué significa? Que el peso del aire sobre un centímetro cuadrado de la zona es igual al peso de la columna de mercurio de una sección de un centímetro cuadrado y una altura de 715 milímetros. A nivel del mar y a una temperatura de 15 grados centígrados, cuando la presión es de 760 milímetros, se dice que hay presión normal. En otros puntos de diferente altitud, la presión normal es diferente; cuanto más alto menos aire tiene este punto encima. Y el aire, a pesar de su ligereza, tiene peso.
Recordad que el globo de hidrógeno, aún más ligero que el aire, sube por encima, como el aceite sube sobre el agua.
Sobre la cabeza de una persona, una media de 250 kilos de aire graba.
La medida de la presión atmosférica en milímetros, aunque son milímetros de mercurio, es curiosa para varios. El milímetro es la unidad internacional de medida de longitudes, no de peso que grita sobre una superficie. El tiempo es parecido a medir en patatas el kilo consumido, o a medir la edad de un niño en una pared de zapato rota.
Aunque los resultados pueden ser satisfactorios, el procedimiento no parece el más adecuado. Lo mismo ocurre con la presión atmosférica. En meteorología los milímetros se mantienen principalmente por costumbre. Unidad histórica, utilizada por el primero en medir la presión del aire, el sabio italiano Torricelli. Pero se van descartando. Si sois portadores del mapa meteorológico de la TV sabréis que la unidad utilizada es milibara y que las isobaras se rotulan en milibar.
Milibara es la más adecuada para medir la presión atmosférica, ya que, como exigen los físicos, se define como la fuerza que ejerce sobre una unidad de superficie. Más concretamente, milibara es la fuerza que ejerce una dina sobre un centímetro cuadrado.
Otra unidad de presión utilizada por los físicos es el pascal a (Pa). Pascal es la presión ejercida por un newton sobre una superficie de un metro cuadrado. A pesar de las cuentas, el milibara equivale a 100 Pa, es decir, un hectopascal. Por esta razón, a los miles se les conoce también como hectopascales.
Sin embargo, como lo más habitual entre los profesionales de la meteorología aplicada es que trabajen en milibar, nosotros seguiremos haciéndolo.
Los famosos 760 mm de presión normal a nivel del mar son 1013,3 milibares o 1033 gramos por centímetro cuadrado. Como es normal, la presión normal sobre un monte es bastante menor que 1013,3 MB. Los meteorólogos han calculado la reducción de la presión atmosférica por metro de altura y han extraído una fórmula. De este, y para los primeros cientos de metros desde tierra, se ha podido afirmar que: 8 metros para que la presión descienda por un milíbar. Sin embargo, a mayor altura hay que atravesar mayor distancia vertical para lograr la misma reducción de presión: la presión desciende cada vez más lentamente subiendo dentro del aire.
Volviendo a nuestro mapa, recordaréis que era superficial y que esa superficie era un nivel medio de mar.
Pensemos que hay un observatorio en una montaña que marca 996 mb. Esa es sin duda la presión a este nivel.
Para que pueda ser útil en los mapas meteorológicos, este dato de representación de isobaras deberá ser modificado —se suele decir reducido técnicamente—, calculando la presión que habría de existir a nivel del mar. Sólo así, reducidas al mismo nivel (nivel del mar), se podrán comparar las miles de observaciones de presión que se realizan en todo el mundo, tal y como sólo se pueden comparar mediante la reducción de las fracciones al denominador común.
Sin profundizar más, conviene recordar que tenemos que reducir todas las observaciones de la presión atmosférica al nivel del mar para poder utilizarlas en la representación de mapas meteorológicos, independientemente de la altura real en la que se realizaron.
El procedimiento de reducción a nivel del mar consiste en calcular cuántos milibar hay que sumar a lo que marca el barómetro para compensar que a nivel del mar tengamos menos aire que el que tendríamos encima. El cálculo nunca será muy preciso, ya que entre nosotros y el nivel del mar no se puede saber si la densidad del aire en lugar de la montaña sería la misma que la del aire que nos rodea. No obstante, sólo disponemos del siguiente procedimiento de cálculo.
Para los aficionados al mapa del tiempo y a las predicciones meteorológicas, es emocionante ver nacer una depresión, sobre todo si ha anunciado previamente ese nacimiento.
Sabemos que las leyes que gobiernan la meteorología son ciertas, pero es emocionante predecir la formación de una depresión que todavía no ha nacido y ver al día siguiente en el mapa del tiempo y en el lugar más o menos anunciado. Cuando este proceso se ha visto a menudo, la persona llega a amar a las depresiones recién nacidas. Algunos profesionales también nombran la incipiente depresión que descubren: le dan el nombre de mujer.
Porque cuanto más conozcamos el tema, más seguro estamos que se comportan como seres vivos reales, naciendo y desarrollando como una criatura, y a veces, por sus consecuencias, ocupando un gran espacio en la prensa. Así nos gusta ver las depresiones y demás elementos del mapa; al igual que los vivos, un poco variables, un poco femeninas, como esas depresiones denominadas mujeres. Los anticiclones son menos cambiantes, son más duraderos, los hermanos mayores que dirigen el conjunto.
Sin embargo, como manda la realidad cotidiana, vosotros y nosotros vemos un montón de Carmen, Luisa o María a lo largo de los días de una manera mucho más prosaica en los mapas del tiempo.
Cualquiera de ellas, las otras depresiones y los hermanos anticiclones que son sus hermanas, serán para nosotros sólo isobaras unidas de una determinada manera en el mapa del tiempo. Es decir, una gran familia de líneas. Dependiendo del tamaño, forma y posición en el mapa, podemos sacar conclusiones sobre el tiempo que va a hacer.
Podéis ver la imagen adjunta y establecerla en la numeración de la isoba. Las isobaras son redondas, casi circulares: 1004, 1008, 1012, 1016,... tienen números dentro al exterior.
La presión más baja (1004 milibar en este caso) se encuentra en el centro. ¿Qué significa eso? Una región de baja presión está rodeada de otras de mayor presión. Y ese es el retrato de Carmen y de todas sus hermanas. Esa es la depresión.
Como habréis podido comprobar en los mapas meteorológicos, se introduce una D como identificación en el centro. Primera letra de la palabra depresión. En español se escribe B, aunque como en la mayoría de las lenguas de uso más reciente está de moda escribir D. En inglés L y en alemán T. Las depresiones también se denominan ciclones, aunque esta última palabra tenga un significado más reducido.
Mirad ahora la otra imagen: estas isobaras también son cerradas, pero el valor más alto es el interior. La familia de líneas así dividida constituye un anticiclón, contrario a la depresión, es decir, una región de alta presión rodeada de otras de menor presión. Se conoce la inicial A de la palabra anticiclón.
Se pueden considerar a Karmen hermanos sin problemas, y de esta manera hemos dado un paso más en el conocimiento de una familia numerosa que todavía vamos a ampliar.
Seguramente sabréis que las borrascas van con lo que decimos mal tiempo, y los anticiclones con lo bueno, dicho de una manera simplista. Pero muchas veces hay situaciones de buen tiempo y mal tiempo sin anticiclón o depresión cerrada. Hablamos de primos y primos de Karmen.
En la imagen podéis ver la familia de isobaras tipo V. La línea interior es la de menor presión. Se comporta como la mitad inferior de una depresión, creando un mal tiempo. Su nombre es el golfo o abrevadero a baja presión. A veces también se le llama línea. En el mapa se conoce con una d para indicar que es algo menor que la depresión.
El caso contrario es el de la isoba tipo U invertida. En ella corresponde la presión más alta a la línea interior. Esta configuración se denomina cuña o cuña anticiclónica y recuerda la mitad superior de un anticiclón. Se representa con una a en los mapas.
Con estas ideas os resultará fácil distinguir las diferentes formas de la zona de presión. Así se llama técnica y comúnmente a las depresiones, anticiclones y demás familiares.
Todavía no hemos dicho nada sobre su naturaleza, pero os adelantamos que los anticiclones echan aire y las depresiones absorben. Otro tanto ocurre con las cuñas y abrevaderos.
La familia isobárica que os presentamos, además de abundante, es una de esas que se arreglan bien: los ricos parientes reparten su riqueza entre los pobres (el aire), aunque a veces se crea cariño y se pelea entre ellos, con el viento de la cólera. En la siguiente página puedes ver el panorama de toda la familia, para facilitar la presencia de un solo ejemplar como representante de cada individuo.
Es lógico preguntarse cómo pasa el aire de los anticiclones a las depresiones. La imagen de la página siguiente aparece gráficamente con bastante claridad. Las flechas indican las direcciones del transporte aéreo. No van en línea recta, por el camino más corto. Los anticiclones dividen sus flujos de forma bíblica, transversalmente, sin orgullo. El viento se escapa como rodeando las líneas isobáricas, se vierte en disimulo cumpliendo la depresión, que ni siquiera se entera.
En consecuencia, las líneas isobáricas cumplen una función similar a la de los carriles del ferrocarril. Aunque el viento no corra exactamente por las líneas, podemos pensar que es así sin meter demasiadas patas. El aire va como conducido por las isobaras. Y por tanto, hemos puesto de manifiesto otra característica de estas líneas: todos los puntos, además de tener la misma presión, son también vías de aire. Son por tanto líneas de viento.
Avanzamos en la comprensión del mapa del tiempo, como veis. Si habéis leído con cuidado lo anterior, podéis adivinar perfectamente la dirección del viento, aunque en el mapa no aparezca ninguna flecha. Y probablemente habrían notado la estrecha relación entre el viento y la presión atmosférica, ya que ambas se representan en las mismas líneas.
Pero, por otra parte, dependiendo de si estas líneas son estrechas o anchas, también se puede extraer la fuerza del viento y los meteorólogos lo sacan de esa manera. Cuanto más unido esté, más viento es y viceversa.
En cuanto a la circulación de vientos en las depresiones y anticiclones, es evidente que en el hemisferio norte las bajas presiones quedan siempre a la izquierda del recorrido, al contrario que en el hemisferio sur. Veremos por qué, pero ahora podéis deducir a la luz de la regla anterior que los vientos del hemisferio norte circulan en la misma dirección que las agujas del reloj alrededor de los anticiclones y en la dirección inversa en las depresiones. En el hemisferio sur, la circulación del viento es contraria: contra las agujas del reloj, en anticiclones y a favor, en depresiones. Así, se explica por qué las flechas que suelen aparecer en los mapas de tiempo de la televisión sobre la isoba. En los centros meteorológicos, en los mapas profesionales de trabajo no se representa ninguna flecha de este tipo.
Todavía nos quedan más rayas en el mapa. Son esas líneas amarillentas que aparecen con frecuencia en los mapas meteorológicos, algunas punteadas y otras con cierto vientre. Parece que tienen mucha influencia para decidir si va a hacer buen o mal tiempo. Ya habréis imaginado que no estoy hablando de frente. El término frente lo utiliza cualquiera: viene un frente de lluvia..., se acerca un frente frío... Todo el mundo piensa en el concepto de que el frente es el causante del mal tiempo.
¿Qué es realmente el frente? Tal vez esta pregunta tenga su origen en: ¿De dónde proviene esa enorme energía que muestran a las depresiones? Las respuestas a estas preguntas no las analizaremos en este momento, ya que sólo queremos presentar una visión general del mapa meteorológico. Pero os diremos que en una depresión no existe normalmente un único tipo de aire, sino un tipo de aire i de origen muy diferente y con características y propiedades diferentes. Estas clases de aire no están mezcladas, sino que están juntas (una es caliente y otra fría). La energía de la depresión surge del contraste entre ambos. Es como una central térmica de generación eléctrica. Esta energía aparece como viento, lluvia, tormenta, etc.
El límite que separa el aire templado que avanza del frío que se está retirando es un frente cálido. El que separa la vanguardia del aire frío de la del templado, es el frente frío.
En mapas meteorológicos de un solo color, el frente cálido se representa por una línea con pequeños vientecillos y el frente frío con dientes afilados. En mapas de colores, como los mapas normativos de servicios meteorológicos, los frentes calientes se representan con líneas rojas y frías en azul.
El frente frío suele ir más rápido que el calor, llegando en muchas ocasiones a atrapar al segundo. En los mapas se dibujan entonces a la vez, alternando dientes afilados y sabelitos; o si es a color, la línea se pinta de morado (mezcla de azul y rojo). Los frentes así producidos se denominan frentes ocluidos o oclusiones y tienen propiedades comunes, actuando como mezcla de frente caliente y frío. Pero más adelante vendrá la explicación completa de estos trastornos atmosféricos. De momento, basta con lo dicho.
Tanto lector como lector, con lo aquí expuesto podrás entender los conceptos que aparecen en los programas meteorológicos. Si desea profundizar en cada concepto, le recomendamos que lea el libro mencionado al inicio de este artículo.
En resumen, los elementos esenciales de un mapa meteorológico son las isobaras y los frentes. Saber combinar el resto, tener un poco de imaginación y profundizar un poco más en el conocimiento del aire que nos rodea.