Han pasado muchas cosas desde que el grupo de Barandiaran dejó de excavar a Lezetxiki. Casi se puede decir que nada es como en aquellos tiempos. De hecho, el entorno de este yacimiento, situado junto a Arrasate, ha cambiado mucho. La Cueva de Labeko, situada a cuatro kilómetros de distancia, no existe en la actualidad. Y no sólo han cambiado los lugares, sino también la gente y la tecnología.
Paralelamente a esta evolución, se han producido dos grandes cambios en la investigación prehistórica europea. Por un lado, ha sido un gran avance tecnológico, con técnicas y herramientas que hace cuarenta años no se podían imaginar. Por otro lado, los yacimientos descubiertos en las últimas décadas han sacudido la perspectiva de la población prehistórica.
Durante este tiempo, es decir, desde que Barandiarán y su equipo dejaron de excavar, los paleoantropólogos han descubierto nuevas especies de homínidos y han proliferado restos humanos y yacimientos investigados. Entre ellos destacan los yacimientos de Atapuerca, excavados sistemáticamente a partir de los años 80. Se encuentra a unos diez kilómetros de la ciudad de Burgos, en una cordillera kárstica decorada con bosques mediterráneos. Junto a otros vestigios, el hallazgo ha modificado la perspectiva de la prehistoria europea.
Atapuerca y Lezetxiki tienen una fuerte relación. No es de extrañar que están situadas en el paso natural que une el continente europeo con la meseta de la península Ibérica. Por tanto, todo movimiento de población ha pasado por estos lugares. Además, esta pasarela no es sólo una cuestión prehistórica, sino que en otras muchas épocas ha sido una vía básica. Por ejemplo, en la Edad Media los peregrinos recorrían la ruta jacobea, por lo que la ruta jacobea más utilizada en la actualidad se encuentra en esta zona para ir de Logroño a Burgos. El uso de esta vía también se refleja en los medios de comunicación de hoy.
Además, en la prehistoria, las poblaciones procedentes de Europa encontraban en los montes de Euskal Herria y en los alrededores de Burgos cuevas idóneas para su protección (y Lezetxiki era una de ellas). Esto significa que cualquier especie humana que se encontrara en uno de estos yacimientos sería probablemente la otra. A pesar de que este concepto es evidente, tiene una gran importancia para la correcta interpretación de las huellas de Lezetxiki por su relación con los yacimientos de la zona.
Lezetxiki es un túnel natural formado en los montes de Arrasate. Sin embargo, antes de continuar con la descripción, hay que tener en cuenta que los montes no son estructuras fijas ni inmóviles. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas grandes masas rocosas se mueven, doblan y rompen.
Esto ha ocurrido en Lezetxiki (y aún está ocurriendo) y se aprecia bien en la estructura del túnel. Como consecuencia de esta actividad montañosa, el techo de la salida hacia el sur ha ido cayendo, por lo que poco a poco el túnel se ha ido haciendo más corto. Y por eso, con el paso del tiempo, el pórtico sur se ha "retrasado" y, a su vez, los seres humanos y animales que lo habitan han ido dejando sus huellas cada vez más al norte. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la actividad de estas cuevas se desarrollaba en el pórtico. Y todo ello condiciona la organización de la investigación: a medida que los investigadores excavan hacia el norte, encuentran pistas cada vez más modernas.
Sin embargo, la cueva no está formada por un único túnel. Durante la investigación del grupo de Barandiarán, un investigador llamado Leibar descubrió otra rama de la cueva. Desde entonces se denomina Valle de Leibar. Allí descubrieron, en 1965, el fósil humano más antiguo del País Vasco conocido por el momento: un humero completo.
En la campaña de excavación de los últimos años, los investigadores trabajan en otra cueva. No está claro si esta cueva (denominada Lezetxiki II) está relacionada o no con el túnel principal. Parece ser que se termina en el ramal de Leibar, pero no se conocerá hasta que se ejecute una excavación de unos cuatro metros, que podría durar aproximadamente cuatro años.
Los investigadores que actualmente se dedican a la excavación están esperanzados por la idea de que la cueva de Lezetxiki II conserva algunas respuestas. Si no están equivocados, Lezetxiki II y Leibar se juntan en el lugar donde se descubrió aquel famoso humero, y si esto es así, para entender el origen del humero, es necesario estudiar las capas de Lezetxiki II, que todavía no están excavadas.
Llevando la esperanza más lejos, es posible que en las inmediaciones del encuentro de ambas cuevas haya otros fósiles humanos. Esta hipótesis no es exagerada, porque encontrar solo un humero completo es algo muy curioso en Paleoantropología. ¿Dónde están los otros huesos del mismo cuerpo? Si no hubiera ninguno, ¿por qué el humero se ha mantenido completo?
Por tanto, los investigadores han formulado tres preguntas: ¿Están relacionados Leibar y Lezetxiki II? ¿Existe un nivel estratigráfico directamente relacionado con el humero? ¿Aparecerán otros huesos del mismo ser humano? Seguramente las dos primeras preguntas deben responder afirmativamente. Pero al final, de momento, no se puede dar respuesta. Habrá que esperar.
No obstante, Lezetxiki II no es el único punto de estudio de los investigadores en este yacimiento. El grupo de Barandiarán continúa trabajando en torno al tramo excavado, en el portal móvil situado al sur del túnel principal. En él se están extrayendo numerosos restos de fauna, que se acompañan de numerosos utensilios de piedra, no sólo herramientas de trabajo y armas, sino también objetos 'simbólicos' que han sido desenterrados. Los científicos han encontrado elementos decorativos con conchas, entre otros.
Según la sospecha, estos adornos no fueron del hombre de Cro-Magnon, lo que tiene consecuencias interpretativas, ya que los restos encontrados en Lezetxiki pueden ser pruebas contra hipótesis que cuestionan la capacidad intelectual de Neanderthal (o de los seres humanos anteriores). Este tipo de interpretación es cada vez más aceptada en paleoantropología.
El yacimiento es, por tanto, interesante, tanto por lo localizado en él, como por lo localizable, así como por sus implicaciones en el contexto de la prehistoria europea. Sin embargo, la excavación y la investigación no son rápidas, ya que presentan grandes obstáculos.
Por un lado, las labores arqueológicas son en sí mismas lentas; se trata de una actividad que requiere de una planificación muy precisa y que requiere de un cuidado especial para conseguir conclusiones fiables. En el yacimiento trabajan arqueólogos, antropólogos, paleontólogos, zoólogos, palinólogos, geólogos y otros expertos. Por otro lado, en la administración no se considera ciencia una investigación de este tipo, sino ciencia humana. Por lo tanto, tiene pocas subvenciones, mucho menos de lo que recibe cualquier otra investigación científica. En Lezetxiki trabajan algunos de los mejores profesionales del mundo y, según los directores del proyecto, su presupuesto no se corresponde con el grado de interés de la investigación.
Grupo de trabajo de Lezetxiki