La costa cantábrica presenta un aspecto mejor que hace unos meses, ya que en la superficie del mar ya no hay una gran capa de mousse de chocolate. Sin embargo, desde un punto de vista cercano, se detectan rápidamente restos de fuel. Teniendo en cuenta la cercanía del verano y la importancia del turismo, se está buscando el método más eficaz y adecuado para limpiar el litoral. Las preferencias de las autoridades y los científicos no siempre coinciden.
Sin embargo, todos tienen claro que no se puede dejar toda la limpieza en manos de la naturaleza. Antes la gente pensaba que la naturaleza tenía una capacidad de renovación ilimitada y vertía tranquilamente sus residuos al mar, con la esperanza de que con el tiempo el propio mar los destruyera. Si el mar es de hecho capaz de degradar los residuos, pero sólo en parte, un vertido de este tipo supera esa capacidad.
Desastres anteriores han demostrado que hay que hacer un esfuerzo de limpieza. En 1974, en el estrecho de Magallanes, el petrolero Metula emitió 50.000 toneladas de combustible, en las que al existir un mar muy abrupto y no habitar nadie, no se hizo nada para limpiar el vertido. Desde entonces han pasado casi treinta años y las rocas siguen estando asfaltadas.
El combustible vertido por el Prestige también se degrada lentamente y la costa cantábrica no puede mantenerse, son necesarias las labores de limpieza. Sin embargo, el límite entre los beneficios de la retirada de fuel y los daños derivados de las operaciones de limpieza es muy débil en algunos lugares. En algunos desastres anteriores se emplearon métodos de limpieza duros, y luego se han visto las consecuencias: estos tratamientos fueron más perjudiciales a la larga que el combustible.
A pesar de utilizar métodos suaves, conviene que en algunos lugares sólo participen expertos. Por ejemplo, las marismas, las playas con dunas o los bajos niveles de la zona intermareal son muy vulnerables, por lo que se debe extremar la precaución en el trabajo ya que de lo contrario es fácil evitar que se beneficie y se produzca un daño.
Para minimizar la afección al entorno es imprescindible una adecuada planificación y coordinación de las tareas de limpieza. Para empezar, conviene saber cómo es el combustible, ya que a la hora de elegir los métodos de limpieza también tiene influencia. En este caso, el fuel del Prestige tiene pocos compuestos solubles y volátiles, por lo que cabe suponer que casi todo lo que se ha vertido antes o después llegará a la costa.
Por otra parte, el fuel que llega inmediatamente después del vertido es diferente al que llega en un tiempo. La situación empeora con el tiempo: el fuel capta el agua, se emulsiona y su volumen se duplica o triplica. Finalmente, el fuel puede llegar a contener entre el 60% y el 70% de agua. El problema es que es mucho más viscoso y pegajoso que el fuel inicial.
Posteriormente, tras mucho tiempo de combustibles en el mar, aparecen las bolitas de alquitrán. Debido a las olas y a las corrientes, las grandes manchas iniciales se fragmentan, se pierden los compuestos volátiles y la capa superior se endurece. Así se forman las bolas de alquitrán. Son menos pegajosas que la emulsión de fuel y se recogen con relativa facilidad en la costa, pero son muy persistentes.
En la orilla del Cantábrico, las labores de limpieza se llevan a cabo principalmente de forma manual, no sólo porque a veces no existe otra alternativa, sino porque es la mejor opción. Sin embargo, hay zonas en las que se opta por no actuar: zonas muy peligrosas para las personas que trabajan, zonas en las que las labores de limpieza son más nocivas que beneficiosas, acantilados donde las olas limpian muy bien...
En la mayoría de los demás lugares, el mejor método de limpieza es la recogida manual del fuel mediante palas, rastrillos, cepillos, salabardos, etc.
La limpieza manual es muy adecuada si la contaminación es baja o media y si se hace bien el riesgo de afección al medio ambiente es realmente bajo. El mayor riesgo es limpiarlo con “demasiadas ganas” y extraer algas y organismos adheridos, por ejemplo. Además, hay que prever dónde recoger los residuos y por qué camino, para evitar contaminar lo que antes estaba limpio.
Los materiales absorbentes, como las fibras de polipropileno, el serrín, la paja, etc., son apropiados en algunos lugares, como los pozos de tramo de roca. Este método no produce ningún daño, pero no sirve para recoger las bolas de alquitrán cuando el fuel es muy viscoso. En los pozos con mayor cantidad de combustible se pueden utilizar aspiradoras. Sin embargo, al igual que ocurre con los materiales que absorben el aceite, el combustible debe estar líquido y la mayor parte del fuel ya está reforzado.
En zonas con gran cantidad de fuel, rocas con piedras grandes, edificios o cuando no es posible llegar al lugar donde se encuentra el fuel, se utilizan mangueras a baja presión. La presión del agua debe ser inferior a 10 psi y unirse a un sistema de recogida de combustible desprendido. Además, para evitar daños a las comunidades situadas en el nivel bajo o en los sedimentos, en ocasiones es recomendable utilizar mangueras cuando la marea está arriba.
Las mangueras de alta presión sólo son recomendables en los edificios y en algunas rocas que no llegan a la marea. En el vertido de Exxon Valdez en Alaska en 1989 se utilizaron chorreados de agua a alta presión para la limpieza de algunas zonas. Estos lugares tardaron más tiempo en recuperarse que los mantenidos. Por eso, ahora este método sólo se utiliza en malecones, muelles, etc.
Aunque en general se ha comprobado que la limpieza manual es la más adecuada, se ha utilizado también una gran maquinaria en determinadas zonas, como es el caso de la playa de San Lorenzo de Gijón. El suelo de esta playa es muy compacto y la marea negra llegó a ella durante unos días. Entonces se utilizaron las excavadoras. En otros casos, en playas con sedimentos poco compactados o con manchas dispersas de fuel, no se recomienda en ningún caso el uso de maquinaria.
Al principio, en Galicia hubo más de uno que pidió la entrada de grandes máquinas, que no creían que con la limpieza manual sería suficiente. Sin embargo, el uso de máquinas puede causar daños enormes: En 1978, el petrolero Amoco Cádiz emitió 250.000 toneladas de combustible en Francia, frente a Bretaña. Allí, como aquí, había mucha gente que vivía desde el mar y se esforzó mucho por retirar el combustible. Para la limpieza de las rías se introdujeron grandes maquinaria y se retiró medio metro del sedimento de fondo. En la actualidad estos lugares no han sido recuperados.
Lo sucedido en catástrofes anteriores ha sido decisivo para decidir qué medidas tomar.
Pero eso no es suficiente. Los expertos denuncian que en estos casos no se realizan suficientes investigaciones científicas, por lo que no es posible tomar decisiones basadas en resultados científicos. Por eso, para saber cómo se debe actuar es imprescindible realizar investigaciones a largo plazo. Porque la ciencia tiene que decir.
Limpiar la costa: ¿qué es lo prioritario?
El fuel del Prestige ha sido el lema diario del pasado invierno: se está vertiendo tanto por día, Nautile ha cubierto tantos agujeros, se han recogido tantas toneladas en las playas, tantos pescadores en el mar. Inmediatamente se detectó la necesidad de realizar una recogida de fuel en el mar para evitar la llegada del vertido a la costa. Ha quedado patente que el esfuerzo realizado en esta zona en la Comunidad Autónoma del País Vasco ha tenido un resultado muy positivo, eliminable. Por lo demás, lamentablemente, hemos caminado en paralelo.
En nuestras playas queda poco que “salvar”, desgraciadamente y salvo excepciones. Los valores naturales y ecológicos mejor conservados en nuestra costa presentan costas rocosas. La comisión institucional creada para la gestión de la crisis, impulsada por grupos ecologistas y naturalistas, aprobó con bastante celeridad el protocolo de limpieza de rocas, pero su aplicación no ha sido priorizada por expertos en crisis de Erika y Exxon Valdez. También corre peligro la presencia de rocas, y no está clara la validez de los métodos de limpieza. Además, limpiar una zona costera tan costosa y volver a ensuciarla rápidamente... No. Se pospuso.
Mientras tanto, el fuel de las rocas ha empezado a moverse y a cambiar. Unas manchas de fuel resistentes anteriormente solidificadas, reblandecidas por el sol, empiezan a deslizarse hacia zonas no manchadas. Otros han quedado cubiertos por el movimiento de las piedras. Otras son separadas por las olas de las rocas y dispersas por la costa. Es decir, empiezan a suceder imprevistos. La limpieza no priorizada parece que finalmente se acometerá.
Pero mientras tanto, los ciclos de la naturaleza han avanzado, como cada año. Los halcones y los quejigales de la costa se dedican a la cría desde enero, casi el mismo número de búhos blancos y cuerdas. Ahora toca a las gaviotas y al sero: Para San Prudencio habrá nuevos huevos asados en las colonias de cría, y los pollos que no saben volar estarán hasta la zona de San Ignacio, bajo la amenaza de cualquier persona. Las brigadas de limpieza no están pensando en entrar AHORA, ¿no? ¿O si manda San Turismo?
Rafa Saiz
¿Por dónde lavar? Antes de comenzar con las labores de limpieza se deberá definir el lugar preferente. Para ello no sólo se tiene en cuenta el grado de contaminación, sino que también se contempla otros aspectos. Por un lado, los lugares de alto valor ecológico deberían ser los primeros en limpiarse, ya que amenazan a los habitantes y a sus descendientes. Por otro lado, también se mira el aspecto socio-económico, ya que hay mucha gente de la costa que vive de los viveros de marisco y de las playas turísticas. Al final, sin embargo, el aspecto práctico es decisivo, en parte se planifica en función del dinero disponible. |