Mala materia prima, difícil solución

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

En las incineradoras, además de reducir drásticamente el volumen y el peso de la basura, los residuos se convierten en una fuente de energía, por lo que parecen una solución muy adecuada para el problema de la basura. Sin embargo, la incineración no tiene todos a favor. Pero ¿hay alternativas?

Lo primero que se puede hacer es generar menos basura. En concreto, la Unión Europea ha incluido en su normativa una lista de prioridades en las diferentes opciones de tratamiento de la basura, en la que se indica en primer lugar la reducción de la cantidad de basura. La reutilización, el reciclaje, el compostaje, la incineración para el aprovechamiento energético y, por último, el depósito en vertedero de lo que no es útil.

La apuesta por las incineradoras se centra en la valorización energética, donde se concentran los esfuerzos y se destina mucho menos dinero para que las medidas anteriores sean efectivas.

Los envases desechables se han extendido completamente.

Sin embargo, se pueden adoptar medidas concretas y efectivas para reducir la generación de basura, reutilizar el material desechado y reciclarlo al máximo. El resultado no sólo es beneficioso para el medio ambiente, sino también para los beneficios económicos y sociales. Por ejemplo, en Bélgica se multan los productos que tienen más envoltorios de los necesarios. En Alemania, los productos adecuadamente recogidos llevan un punto verde que permite a los consumidores elegir responsablemente.

Alfonso del Val ha estado dirigiendo los planes de residuos de Navarra, Granada y La Palma, entre otros. Según él, el programa navarro se adelantó a las normativas y actuaciones existentes en Europa y Estados Unidos para la recogida selectiva y el reciclaje (1993-96). Por ejemplo, en la mancomunidad de Montejurra han conseguido reciclar más del 60% del total de residuos generados.

Para hacer compost de buena calidad con la basura doméstica es muy importante repartir bien los materiales. Por otro lado, los residuos de jardines constituyen una materia prima para la elaboración del compost.
Foto superior: ALBAR

En cuanto a la recuperación y reutilización, en Navarra colaboran con Traperos de Emaús y los grupos que trabajan en ello desde siempre. La integración de estos grupos en el sistema es muy efectiva y ‘económica’. Según Alfonso del Val, las 150 familias gitanas que operan en un único barrio marginal de Madrid en la recogida de chatarra acumulan más chatarra metálica que todas las plantas de recuperación de Madrid. Hay que tener en cuenta que España importa anualmente 4 millones de toneladas de chatarra férrica y que sólo recupera un millón y medio de toneladas.

Residuos fertilizantes

Una de las partes aprovechables de los residuos es la materia orgánica. En la basura urbana abundan las materias orgánicas fermentables: restos de comida procedentes de hogares, restaurantes y industrias alimentarias, restos de mataderos y carnicerías, de parques y jardines y de lodos de depuración. Finalmente, la mitad de los residuos son materia orgánica.

Compostable con materia orgánica fermentable. El compost se obtiene por la degradación controlada de esta materia orgánica, que además de ser útil para la fertilización del suelo, tiene otras ventajas: se evita la contaminación por degradación incontrolada de los residuos, se reduce considerablemente el volumen de basuras a vertedero o tratamiento...

Normalmente, el compost que se obtiene es de poca calidad, ya que lleva mezclado otros materiales. Además, las antiguas instalaciones son poco eficientes. Por ello, sólo quedan la mitad de las 50 plantas de compostaje existentes en España. En Europa el compostaje también ha sufrido un fuerte retroceso y ahora sólo el 3% de los residuos urbanos se compostan.

El compost se utiliza principalmente para la fertilización de tierras agrícolas, pero también es muy adecuado para la recuperación de tierras tras las obras.

Sin embargo, la separación correcta de la materia orgánica y el control del proceso permiten obtener un compost de buena calidad que enriquezca los suelos agrícolas, ajardinados y forestales quemados. En Navarra, el compost y el lodo se utilizan en agricultura ecológica, obteniendo en tres años un reciclaje de 40 mil toneladas de materia orgánica. En cualquier caso, se puede utilizar compost de menor calidad tanto en obras públicas como en la restauración de canteras y áreas degradadas.

Recuperando la energía de los residuos

Otra forma de aprovechar la materia orgánica es la generación de biogás. Las bacterias que degradan la materia durante el compostaje son aerobios, es decir, necesitan oxígeno para vivir. El biogás se obtiene por medio de un medio libre de oxígeno, en el que las bacterias anaerobias degradan la materia orgánica y el resultado es metano y dióxido de carbono.

En los vertederos, la fermentación anaerobia se produce de forma espontánea y los gases que se generan deben ser controlados, sobre todo el metano, que es explosivo en concentraciones entre 5-10%.

La electricidad generada en las instalaciones de Biogas en La Coruña ilumina las calles de la ciudad.
ALBAR

En las plantas de obtención de biogás todo se realiza bajo control y los gases se utilizan para producir energía eléctrica: 620 litros de biogás necesarios para producir aproximadamente 1 kW h de energía eléctrica.

Un ejemplo es la planta de A Coruña. Recibe diariamente 500 toneladas de residuos, muchos de los cuales transforma en electricidad. La energía eléctrica generada es suficiente para cubrir las necesidades de la propia instalación y para iluminar las calles de la ciudad. Además, una vez terminada la fermentación anaerobia de la materia orgánica y cuando no se produce más gas, los restos que quedan se utilizan para hacer compost.

Quemar basura para obtener energía

Otra forma de recuperar la energía contenida en los residuos es mediante la quema de la basura, y existen varias posibilidades de hacerlo. Las más comunes son las incineradoras, pero también se están investigando y mejorando tecnologías basadas en la gasificación y la pirólisis.

Según el ingeniero Mikel Alberdi, de la empresa de consultoría ambiental ADE Biotec, la gasificación presenta numerosas ventajas frente a la incineración. En la gasificación y en la combustión tradicional se emplean temperaturas similares, pero en la gasificación se trabaja con menos aire. De esta forma se reduce la generación de gases y compuestos tóxicos y además se utiliza el gas producido, por lo que prácticamente no se emite nada a la atmósfera. Por otro lado, en las escorias y cenizas que quedan en las incineradoras hay contaminantes, mientras que los restos que quedan en la gasificación son cristales totalmente inertizados.

En Japón se realiza la pirólisis de plásticos y las instituciones dan dinero a las refinerías para que reciban el líquido final.

Sin embargo, la gasificación aún no está totalmente desarrollada. Uno de los inconvenientes es que los residuos deben ser homogéneos, ya que se debe conseguir que la temperatura sea la misma. Pero en eso han avanzado mucho últimamente, y ese problema ya está superado. La tecnología está cada vez más avanzada, ya que recientemente se había previsto la instalación de una planta incineradora en Alemania y finalmente se instaló una planta de gasificación.

Lo mismo ocurre con la pirólisis. En la pirólisis se trabaja sin oxígeno y se utilizan temperaturas más bajas que en la incineración. Esto reduce la generación de gas y el producto final es un líquido aceitoso que puede ser utilizado como combustible. Este líquido, sin embargo, no puede utilizarse directamente, es muy complejo y debe ser tratado. Esta es una gran desventaja ya que encarece mucho esta opción. Sin embargo, se pueden dar algunos pasos: En Japón se realiza la pirólisis de plásticos y las instituciones dan dinero a las refinerías para que reciban el líquido final.

Sin embargo, para muchos ni la gasificación ni la pirólisis son alternativas a las incineradoras. Se basan en diferentes tecnologías, pero todas ellas requieren un suministro continuo de combustible para su funcionamiento. Es decir, necesitan basura y cuanto mayor sea su poder calorífico mejor. Esto dificulta la alternativa de reducción, reutilización y reciclaje de los residuos urbanos.

Vertederos llenos

La mejor basura que no se genera.

Si la quema de basura no es una alternativa, mucho menos la acumulación en vertederos. Sin embargo, los actuales vertederos controlados se asemejan poco a los antiguos vertederos, y gracias a ellos eran una fuente de graves problemas sanitarios y medioambientales. Sin embargo, no es posible seguir acumulando en vertederos toda la basura generada, ya que no hay espacio suficiente. La Unión Europea también lo señala claramente: sólo se recogerán en vertederos los residuos que no puedan ser recuperados, reciclados o valorizados energéticamente.

Por tanto, el criterio respecto a los vertederos es claro, ya que deben pasar de ser el sistema de tratamiento de residuos casi único y más extendido a ser la última opción. Asimismo, deberán estar especialmente diseñados y gestionados para minimizar el impacto ambiental.

En cuanto a la basura, lo único que está claro es que la solución no es fácil. No hay una solución única, seguramente habrá que aprovechar todas o la mayoría de las alternativas existentes, siempre midiendo bien los daños y los beneficios, y sin olvidar cuál es la basura que menos problemas genera: la que no se genera.

Casi todo lo que se tira a la basura se puede separar y reciclar

Según el Gobierno Vasco, la relación de materiales reciclables es la siguiente:

    Materia orgánica
    Papel y cartón Envases de
    plástico, latas y briks
    Envases
    de vidrio
    Pilas Residuos de obras domésticas Acumuladores
    y baterías Aceite de

    coche Aceites vegetales usados Residuos eléctricos
    y electrónicos
    Grandes electrodomésticos Residuos
    textiles Medicamentos Lámparas de

    descarga (fluorescentes, halógenos...)
    Neumáticos
    Radiografías
    Residuos tóxicos domésticos
A. Galarraga

Un par de opiniones

“La incineradora me parece hoy una solución razonable para Gipuzkoa”

Iñigo Legorburu, profesor
de la Facultad de Química de la UPV e investigador en contaminación atmosférica.
G. Roa

“La incineración tiene sus contras, pero es la opción más desarrollada y rentable de las existentes.

Por ejemplo, el compostaje con materia orgánica presenta dificultades de comercialización y, además, las dioxinas y otros compuestos tóxicos que contiene la basura no desaparecen. Otra opción es la metanización, la generación de biogás. Pero eso también tiene problemas, las instalaciones son feas, malolientes y el metano se inflama con facilidad.

Por otro lado, la gasificación y la pirólisis pueden ser soluciones adecuadas en el futuro. Pero hay que tener en cuenta que su eficacia depende de las materias primas y que la basura es materia prima de baja calidad.”

“El plan de residuos de Gipuzkoa se ha elaborado para justificar la incineración”


Juantxo López de Uralde, Presidente de
Greenpeace España.
Greenpeace-Armestre

“Las incineradoras son máquinas de quema de basuras que necesitan para rentabilizarlas. Por tanto, apostar por la incineradora es luchar contra las medidas de reducción, reutilización y reciclaje de residuos.

Económicamente, casi cualquier otro medio es más barato que la incineración. Y es que las incineradoras demandan una inversión enorme, pero por supuesto, el negocio también es de esta medida. La construcción del edificio, el comercio de basuras y la venta de energía son para algunos un negocio enorme. La incineradora hipotecará la gestión de los residuos de Gipuzkoa para los próximos 25 años.”